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Marcelo Tinelli con El Observador: "No estoy de acuerdo con dar por muerta a la televisión; es el medio por excelencia"

El conductor del Bailando 2023 habló sobre el regreso del programa, los uruguayos que participarán allí y el estreno en una nueva señal, América TV
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04 de septiembre de 2023 a las 13:54

Cuando este lunes Marcelo Tinelli, el conductor más importante de la Argentina y uno de los principales de la región, pase a gritar su ya característico saludo de "buenas noches, América", el mensaje tendrá una dimensión doble, una literal y otra más emocional. La primera es simple: la nueva edición del Bailando por un sueño, esa porción de Showmatch que cobró identidad propia con el tiempo, estrena esta noche a las 22 horas su decimoquinta temporada y lo hace por primera vez en América TV, una señal en la que Tinelli ejerce desde hace algunos meses como director de contenidos.

La segunda de esas dimensiones, sin embargo, va por otro lado: el regreso del Bailando es, en algún sentido, una especie de reencuentro con un formato cuya última entrega databa de 2019 y que, cuatro años después, vuelve a la pantalla de la región con el entusiasmo renovado de parte de su conductor. Y es que si bien la conducción de los programas que lo ocuparon durante este tiempo, La Academia Canta conmigo ahora, le significaron otro tipo de vínculo con el entretenimiento en pantalla, Tinelli sabe que hay fórmulas probadas y el Bailando lo es. Es una marca, un mojón de su carrera y es, también, algo así como una suerte de patrimonio de esa televisión argentina vinculada a la farándula, el espectáculo y, sobre todo, al show mediático.

Sobre el regreso del programa, la presencia de tres concursantes uruguayos —Maxi de la Cruz, Fernanda Sosa y Mónica Farro—, y esta nueva etapa en América, Tinelli habló en exclusiva con El Observador.

¿Qué significa este regreso del Bailando, a cuatro años de la última edición del formato?

Lo vivo con la misma pasión y ganas de siempre. Para mí lo más importante en este momento de la vida es sentir eso, ese cosquilleo, ese nerviosismo, como si fuera no ya el Bailando 2019, sino el primer programa de VideoMatch, allá por los 90. Siento las mismas ganas y creo que lo más lindo es volver a intentarlo. Siempre digo que hay que volver a intentarlo, volver a estar en el lugar que uno ama; yo amo la televisión, amo los medios, me gusta estar presente pudiendo no estar tranquilamente, me fascina lo que hago. Como le digo a mis hijos: hay que ir en busca de los sueños, y este es un nuevo sueño, un nuevo despertar para todos, en un nuevo canal también. América está en el tercer lugar acá en la Argentina, pero viene creciendo y me gusta ser parte de ese crecimiento. Me gusta trabajar y aportar mi granito de arena para que este equipo pueda crecer. Estoy muy feliz de volver a la televisión y que me pase lo mismo de siempre: esta enorme alegría de volver y ese cosquilleo en la panza.

¿Hay algo de búsqueda de tu parte en poder volver a sentir ese nerviosismo, o es puramente inconsciente?

No, es natural, es inconsciente. Siempre fui una persona con percepción, intuición, y por supuesto que después uno tiene herramientas para ver qué cosas pueden andar y qué no, eso te lo da la misma televisión, el minuto a minuto o un montón de situaciones que vas viviendo. Pero siempre algo en la panza, en el medio del pecho, está bueno sentir. Por supuesto te podés equivocar, está claro, pero también está bueno saber corregir. En la vida lo más lindo es hacer lo que a uno le gusta e intentarlo, y si funciona y le gusta a la gente, bienvenido.

¿Hay alguna rutina para estos días previos que sigas o pongas en práctica?

Ya me empiezo a cuidar mucho con las comidas, no tomo alcohol. Ayer fue el último día, tuve una comida con mis hijos acá en casa y ya está. Después voy al gimnasio todos los días, de lunes a domingo. Mañana también tengo ensayo desde temprano, tengo varias cosas que hacer, tengo que repasar algunas cosas del comienzo del programa, ver la escenografía. Estamos llegando con muy poco tiempo, estamos muy justos porque tuvimos que armar un estudio desde cero, por eso se demoró tanto el certamen. Tuvimos que cambiar varias veces de estudio, hasta que terminamos en este que es muy lindo, muy grande, pero tuvimos que hacer todo de cero: bajar un control, una mesa de sonido, colocar las luces blancas de fondo, colocar todas las luces led, armar la tribuna, la cabina del streaming, una escenografía completa, colocar todas las pantallas. Y todo eso en un país que además va cambiando los precios permanentemente, o sea que el presupuesto que hacés en enero o febrero, cuando lo querés cumplir en agosto te quedaste cortísimo. Pero vamos a llegar bien, estamos ensayando todos. Esta última semana ha sido muy fuerte. Y el lunes mi rutina va a ser ir al gimnasio y al peluquero al mediodía, porque quiero ponerme el pelo un poco más blanco todavía. Después voy a llegar temprano al estudio porque quiero ver todo. Pensá que va a haber mucha gente, la tribuna tiene casi 500 personas.

Volvés a un programa con público, entonces.

Para mí es el formato que el Bailando tiene que tener, con gente a los costados, donde sean tan importantes el participante como el que viene de atrás, o sus acompañantes. También vuelve el jurado original. Este año hay un montón de cosas que le fuimos agregando a partir de las nuevas tendencias en comunicación. Vamos a tener un streaming diario de siete de la tarde hasta las doce o una de la mañana, vamos a estar transmitiendo todo el tiempo más allá de que el programa se esté emitiendo también. También vamos a tener una cabina de descargos, algo que nunca habíamos hecho y por la que los participantes sí o sí van a tener que pasar y decir lo que sintieron con respecto al baile y a la devolución del jurado.

Sobre los participantes: hay tres uruguayos en el certamen. ¿Qué expectativas tenés sobre la participación de Mónica Farro, Maxi de la Cruz y Fernanda Sosa?

A mí particularmente me encanta que haya participantes uruguayos, porque siento a Uruguay como mi país también. De hecho, soy residente, tengo un contacto de muchos años y conozco perfectamente como se maneja todo allá. Conozco a mucha gente y siento que está bueno que podamos estar saliendo también a través de Teledoce. Sobre los participantes, que esté Mónica a mí me gusta porque es una de las pocas vedettes que quedan en Argentina. Es una mujer que además es muy buena jugadora de este tipo de certámenes, entiende a la perfección el show, y más allá de ser muy linda y agradable, es una mujer de lengua picante y eso la hace funcional al show televisivo. Maxi de la Cruz para mí es uno de los mejores humoristas que tiene Uruguay. Se lo digo siempre a Seba Almada, a Pichu Straneo, siempre les dije “un día tienen que traerlo a Maxi”. Lo admiro mucho, me encanta cómo conduce, todo lo que ha hecho, La máscara y lo demás. Me encanta verlo actuar, me hace reír mucho, lo miro y me río, me pasa como me pasa como con Freddy, con Seba, que me río cuando los tengo delante de mí. Últimamente lo vi actuar, porque estuvo con mi ex trabajando en Los 39 escalones, y la rompió. Me parece un capo total. Y Fernanda Sosa es una influencer que viene desde Miami, con otro color totalmente diferente a lo que tenemos acá, y me gusta eso de que nos preguntemos “bueno ¿quién es? ¿cómo es? ¿qué tiene? ¿qué trae?”.  Va a tener que demostrar, pero me parece que es muy funcional por lo que ya he hablado con ella y por lo que me contó la producción. Está muy preparada para el show.

Con 14 temporadas a cuestas, ¿ves algún tipo de legado o presencia en el imaginario colectivo de la Argentina para el Bailando?

Me parece que es un formato clásico, un formato tradicional como el de otros grandes realities en el mundo. Es un formato internacional, además, porque va a haber tres uruguayos, una chica peruana muy conocida en su país, también una actriz y conductora paraguaya. También este año va a estar nutrido de excampeones, gente muy conocida acá o que viene de otras ventanas de comunicación, como los influencers. Por eso creo que el Bailando ya tiene un nombre, algo potente, y es una de las cosas por lo que también elegí volver a hacerlo, más allá de que como director de contenidos de América podía haber elegido hacer otra cosa. Podría haber elegido un formato de humor, algo que teníamos pensado, algo con Seba Almada, Pichu, José María Listorti, con Freddy, los históricos de VideoMatch, pero me parecía que hoy no estaba cerrando tanto eso como en cambio sí lo hace un certamen que le puede dar a la pantalla de América lo que creo que le puede dar el Bailando.

La adaptación al streaming, además, evidencia que la pantalla de la televisión ya no es la única que importa.

Yo no estoy para nada de acuerdo con los que dan por muerta a la televisión, o la consideran un medio débil. Para mí la televisión es el medio por excelencia, no tengo ninguna duda y va a tener la fuerza que tiene en cualquier lugar del mundo siempre. Pero es cierto que hoy tenemos un universo muy grande de gente que ve televisión que por ahí es de una edad más grande, así que para ir a buscar al público más joven hay que emitir este contenido también por otros lados, por estas ventanas que son tan importantes como la tele hoy. Así como en su momento uno cuidaba las cosas para ponerlas exclusivamente en la televisión, hoy hay que traer otros públicos desde otras plataformas. Hoy hay que traer gente de TikTok, de Instagram, de Twitch, de YouTube, del streaming. Todo le suma al programa. En la foto del Bailando ya lo hicimos, por ejemplo, porque no solamente estuvieron los periodistas tradicionales sino también hubo sesenta influencers, algunos con 10 millones de seguidores. Imaginate que un punto de rating son 100 mil personas acá en Capital y tenés a un tipo con 10 lucas de seguidores.

Esta vez el "Buenas noches, América" va a tener un sentido literal total. En ese sentido, ¿qué desafíos te trajo el nuevo puesto de director de contenidos del canal?

Es como si hubiera estado ensayando 33 años para que en el año 34 lo pudiera decir en el canal correcto. Para mí este es un nuevo desafío que en algún momento tuve la oportunidad de poder hacer en la década de los 90, pero hoy una de las cosas que más me motivó, aparte por supuesto de conducir, que me encanta, y también producir un programa o poner programas al aire, fue que me encontré apenas llegué con esa misma filosofía o forma de entender la televisión que había cuando entré a Telefé en la primera etapa. O sea, un canal donde, aunque sea más chico, hay gente que respira televisión, hay animales televisivos. Me dieron una gran bienvenida y es un lugar donde estoy muy motivado.

El Bailando comienza cuatro días después de una noticia que removió al ecosistema mediático y social argentino, que fue la muerte de Silvina Luna. ¿Qué te generó la noticia, teniendo en cuenta que la conocías, y que había estado presente en algunos de tus programas?

Me dio mucha pena, mucha tristeza, me generó angustia, mucho dolor. De hecho, apenas me enteré al mediodía mandé a poner en la pantalla el lazo negro en toda la programación de América. Pero más allá de ese gesto, a mí personalmente me dolió mucho, porque conocía a Silvina de muchos años, de muchos amigos en común que teníamos, de haber compartido veranos en Punta del Este con amigos. Era una persona súper divina, alguien que trabajó con nosotros, que estuvo en el Bailando, alguien muy cercana. Fue muy conmovedor para nosotros, y no solamente lo fue su muerte, sino también la de Mariano Caprarola, que murió casi por lo mismo, por esta especie de mala praxis de la que se habla, por estas cosas que te ponen en el cuerpo, por quiénes te las colocan, de qué manera. Ojalá que haya justicia con todo esto. Mariano Caprarola también era una persona muy conocida por todos, con la que siempre hablábamos y nos encontramos en los desfiles de mi hija Juanita. La verdad es que me pegó mucho también, y más o menos siguió la misma línea de lo que después le pasó a Silvina.

Estás tomando clase de actuación y estás planeando actuar en una ficción. ¿De dónde sale ese interés tuyo por este otro costado de la presencia en cámara?

Bueno, siempre me pasó que actúe de mí. O sea, actúe de Marcelo Tinelli.

¿Hay un personaje, entonces, en Marcelo Tinelli?

Por supuesto, no es el mismo Marcelo Tinelli que el está todos los días en casa o cría cinco hijos. Todos tenemos un personaje que componemos, muchas veces con algunas similitudes con la vida real. Personaje y persona muchas veces se entremezclan, pero a mí me parece que está bueno. Nosotros tenemos una idea que empezamos a trabajar hace un tiempo con Daniel Barone como director, con Mario Segade como autor, y con Luciano Castro y yo como actores. Me da vergüenza decir "como actor" porque no lo soy, por eso estoy haciendo algunas clases y tomando algunos cursos, en el poco tiempo que me queda libre, con Lili Popovich. La idea es hacer una historia de dos hombres separados de 10 años de diferencia. Se llama Tatuados, y es una idea que se me ocurrió, que seguimos trabajando y la tenemos ahí. Lo hago en el tiempo que queda entre otras actividades, y no es algo que fuera una asignatura pendiente, pero la verdad es que nunca había actuado más allá de alguna vez en los años 80 de subirme en el escenario con (Juan Alberto) Badia. La actuación no es mi fuerte, lejos estoy de eso, al contrario: me veo pésimo. Entonces pienso que está buenísimo aprender y arrancar de cero.

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