A esta venta, celebrada en Château de Cheverny, en el centro de Francia, hay que sumar los US$ 1,8 millones que los coleccionistas pagaron el sábado por hacerse con reliquias vinculadas a esa historieta, en un evento paralelo.
Así, los aficionados a ese cómic se gastaron más de US$ 2 millones en fetiches relacionados con el reportero al que hicieron famosas sus aventuras en compañía del perro Milú y del Capitán Haddock.
El récord de la venta del domingo se lo llevó una edición original de "Tintín en el Tíbet" firmada por Hergé, por el que se desembolsaron US$ 25.876, cantidad ligeramente inferior a los US$ 24.968 que se pagaron por un dibujo en tinta china y acuarela titulado "Tintín, Milú y los animales en el paraíso".
Además, los coleccionistas del segmento del "gran público", a los que iba destinada la venta, llegaron a pujar US4 8.812 por una escultura de Tintin elaborada con resina por la casa Leblon-Delienne y otros US$ 5.350 por otra de Jo y Zette, los dos niños que junto al mono Jocko coprotagonizaban "Las aventuras de Jo, Zette y Jocko".
No obstante, la subasta celebrada en el castillo que inspiró Hergé para crear el Château de Moulinsart, el edificio en el que vivía Tintín y en el que el profesor Tornasol tenía instalado su laboratorio, no logró superar la venta celebrada en París.
La subasta paralela alcanzó los US$ 1.800.000 de recaudación en una venta organizada por Artcurial, en la que la pieza estrella fue una doble plancha del octavo álbum de "Las aventuras de Tintín", publicado en 1938 bajo el título de "El cetro de Ottokar", adjudicada por US$ 430.000, récord para una lámina del célebre aventurero de cabeza aceitunada y pantalones bombachos.
(EFE)