Por Martín Natalevich y Natalia Gold
Verónica Alonso dice que va a gobernar “con amor” para combatir la “apatía” de “muchos gobernantes que solamente están pensando en su silloncito”. En entrevista con El Observador, la senadora reconoció que llegar a ese gobierno con amor que proyecta parece ser “esquivo” pero que “dará pelea” para lograr el segundo lugar en la interna y asegurarse un lugar en la fórmula como candidata a vicepresidenta de su partido. Intentar alcanzar ese objetivo le costará alrededor de US$ 1 millón que, aseguró, saldrá de su bolsillo y el de su familia.
En su presentación de lineamientos programáticos dijo que las mujeres son buenas administradoras de la casa. ¿En qué se parece administrar una casa a administrar a un país?
En muchos casos el hombre le da a la mujer el dinero que recibe y ella es la que paga, la que administra, la que dice que este mes no se puede comprar tal cosa y hay que esperar. Dice que hay que meter la plata abajo del colchón –para el que no la quiera guardar en otro lado–, y esperar a ver para cuando venga el tiempo de las vacas flacas. En mi casa, si me entran $ 20 mil yo no puedo gastar $ 22 mil e ir a pedirle al vecino que me preste. Salvando las diferencias esto es lo que hizo el gobierno. Gastó todo lo que tenía y un poco más. Y encima nos endeudamos. Creo que las mujeres, no quiero generalizar pero está demostrado, cuidamos un poco más. Llegó el momento de que las mujeres administremos como corresponde.
¿Por el hecho de ser mujer deberían administrar mejor o porque tienen buenas estrategias, y políticas?
Creo que las mujeres somos mucho más duras y decimos que en un lugar no se puede meter un peso más, que no podemos seguir metiéndole la mano en el bolsillo. No quiero generalizar, pero así me siento yo.
Entonces en un balotaje hipotético entre Luis Lacalle Pou y Carolina Cosse va a votar por Cosse.
No necesariamente porque Cosse tiene algo que no comparto: una visión antidemocrática desde el momento en el que considera que en Venezuela no hay una dictadura y esto tiene que ver con visiones de país. Por eso digo que no quiero generalizar a todas las mujeres.
¿Cuál es su definición exacta de feminismo?
Soy feminista en el sentido más literal del término. Feminismo es igualdad. Biológicamente los hombres y las mujeres somos distintos pero yo lo que quiero es igualdad de derechos ante la ley e igualdad de oportunidades. Desde ese punto de vista me considero feminista
¿Qué análisis hace de lo que sucedió en la marcha del 8 de marzo en la que fue insultada?
Esto es una marcha que se politizó, que perdió la oportunidad de luchar por esa causa común. Cuando uno ideologiza una marcha que tendría que tener otro perfil, pierden todos.
Pero el movimiento feminista es un movimiento ideológico.
¿Pero por qué dicen que si sos de derecha no sos feminista?
¿Usted se considera de derecha?
No. ¿La izquierda o la derecha me identifica con más o menos feminismo? Habían carteles que decían: “Las feministas somos anticapitalistas”. Yo les quiero avisar que en los países capitalistas es donde las mujeres logran mayor desarrollo. Cuando las consigna termina siendo levantar un cartel que dice “Vamos a abolir la prostitución” pero a mi me gritan “puta”, ahí digo que ese no es el país que quiero.
¿Cómo reaccionó cuando le gritaron eso?
Quedé en silencio, escuchando, con dolor porque creo que estamos en una sociedad cada vez más fragmentada. Cuando los gobernantes inculcan división es difícil que en las sociedades no se genere eso.
¿Recibió llamadas de sus colegas parlamentarias, de la otra precandidata?
No.
¿Le hubiera gustado?
Sí y si hubiera sido al revés creo que lo hubiera hecho.
¿Va a ir el año que viene a la marcha?
Sí y ojalá que pueda hacerlo en mi condición de presidenta de la República. Voy a apelar a que en esas marchas, con la absoluta libertad, podamos expresarnos y que esa sensación que me quedé, de ver actitudes intolerantes, vayan siendo menos. El viernes vi demasiadas.
Dijo que en su casa administra usted. ¿Cuánto cuesta su campaña y cómo la financia?
En la elección pasada, en la campaña para el Senado, dije que no buscaba ningún tipo de financiamiento, que me financiaba con mis propios recursos, porque no quería pedirle a nadie para después no depender. La de estas elecciones es bastante más importante desde el punto de vista de los recursos porque es para la Presidencia de la República.
¿De cuánto dinero estamos hablando?
De mucha plata.
¿Cuánta?
El que diga que es menos no está diciendo la verdad, pero cercana al millón de dólares.
¿Sale de su bolsillo, son recursos genuinos de la familia?
Son recursos propios, que por supuesto tenemos gente cercana a la familia que hacen como donantes voluntarios, que está dentro del marco de la ley.
De la actual, de la que se proyecta como nueva no.
Depende de los montos y las características. Lo que creo que está mal es que las empresas financien campañas políticas.
¿Ha hecho cenas de recaudación?
No. Capaz que en algún momento.
¿No le parece que reducir la participación política a las personas que tienen los recursos para hacerlo no es un poco discriminatorio?
Para nada, al contrario. Creo que en una sociedad democrática y pluralista lo que pretende es que todos puedan llegar a hacer su propia campaña. Esto es un tema que también genera un cuello de botella a muchas mujeres. Muchas veces no tienen los recursos si no dependen de alguien, e ir a pedir muchas veces para una mujer y un hombre es diferente.
¿Cuál es el equipo que tiene y la estructura pensando en dirigentes?
Si nosotros íbamos a buscar a los mismos dirigentes, seguramente tendríamos los mismos resultados. ¿Por qué? Y esto no es en ningún momento desmerecer a ningún dirigente –que hay buenos–, pero hay muchos dirigentes que se han acostumbrado a hacer más de lo mismo. Entonces, empieza su tiempo zafral en la campaña, vienen y le dicen al líder que tienen tantos votos y el líder dice que quiere esos votos. Porque, como en el fútbol, son los goles, en la política son los votos. Quieren esos votos pero, a cambio de darlos, te ponen de rehén
"Hasta ahora hubo 41 presidentes hombres. ¿No valdrá la pena probar a ver si una mujer administra mejor? ”
¿Cuánto cree que la ha beneficiado su vínculo con la iglesia evangélica Misión Vida?
A mí lo que me beneficia es gente que me apoye porque entiende que defiendo valores. Todos aquellos que me apoyan entendiendo que defiendo, rescato o voy a llevar adelante esos valores. Creo que eso me beneficia siempre. Yo defiendo valores. Creo que la sociedad hoy necesita, más que nunca, fortalecer esos valores.
¿Valores judeocristianos?
Valores judeocristianos, que algunos le llaman valores tradicionales de la sociedad y que otros no le llaman ni judeocristianos ni tradicionales, le llaman valores.
Pero todos los precandidatos dicen que defienden valores
Yo no he visto a muchos del gobierno hablar de valores. Por ejemplo, el valor de la familia.
¿Es creyente?
Sí
¿Cómo es su vínculo con Dios?
Me bautizaron, nací en el Círculo Católico, tomé la comunión y cuando llegó mi etapa más de joven, más rebelde, no me confirmé. Tenía cierta rebeldía de joven, me imagino. Pero vengo de una familia católica. Cuando empecé y seguí mis años... De adolescente y después de joven y después conocí a quien hoy es mi esposo desde hace 20 años, judío, tomé la decisión de convertirme después de estudiar, leer y analizarlo conmigo misma y reflexionarlo.
La última encuesta de Cifra de la semana pasada le dio una intención de voto de 2%. ¿Era un porcentaje esperado para esta etapa del año?
Siempre digo que las encuestas de una interna son tremendamente movibles, dinámicas, y esa encuesta tiene casi un 9% de margen de error. Para arriba o para abajo puede ser tan variable el que hoy dice que está tercero o segundo, que en realidad ya ni siquiera las tomo como una foto porque nada mejor que mirar lo que pasó.
Pero es el dato que tienen de cómo están marcando ahora, porque todavía no se votó.
Miro la encuesta, observo, analizamos en el equipo estrategias, cambiamos cómo vamos enfocando el camino. En la última elección, Larrañaga era el favorito. Hasta el último día nosotros creíamos que Larrañaga ganaba y perdió.
Larrañaga no tenía una diferencia de más de 50% con el que iba primero.
En el caso de Lacalle Pou, está claro que tiene una distancia importante –no diría que indescontable– con todo el resto. En ese espacio para ese segundo lugar se abre una ventana de oportunidad.
"En la campaña nacional no deberíamos gastar mucho porque el Estado paga por voto. Ningún candidato ahí debería irle a pedir a nadie, porque con lo que nos da el Estado nos alcanzaría para una campaña austera”
O sea que el objetivo es salir segunda.
Mi objetivo es cambiar al país. ¿Cómo? Estando donde se toman decisiones. ¿Cómo hago para estar ahí? Compitiendo.
¿En una vicepresidencia, por ejemplo?
Sin ninguna duda. Compitiendo y teniendo mis propios parlamentarios, lugares donde se puedan tomar decisiones. En el primer lugar obviamente que es donde mejor se puede cambiar al país y transformarlo. Eso parece esquivo hoy, los números lo muestran. Pero vamos a pelear.
Su precandidatura va hasta el último domingo de junio entonces.
Salvo que vea que la gente no me acompaña.
¿Mantuvo conversaciones con otros sectores del Partido Nacional para unir fuerzas?
Mantengo conversaciones con todos. Para unir fuerzas por ahora no.
¿Hay algún acuerdo en ciernes?
No hay ningún acuerdo en ciernes. Hay diálogo, hay conversaciones. Cuando haya vengo y les cuento, hacemos otra entrevista.
También propuso que los políticos tengan un sueldo en base a su productividad. ¿Se considera una legisladora productiva?
No necesariamente y por eso también en esto no me hago la distraída. Si yo hubiera querido esconder mi productividad no hubiera planteado esto.
O sea que si fuera por usted se rebajaría el sueldo.
Sí, claro. Las personas no hacemos todo bien. No estoy en esto para decir que soy perfecta y que me tienen que votar porque hago todo bien. Yo no hago todo bien, soy humana, me equivoco. No todas las cosas que a otros les gustarías las voy a hacer. No se pueden bajar sueldos pero sí topearlos y buscaría sacar todas las partidas. Todo lo que adorna lo que recibimos como legisladores.
¿En qué se equivocó como legisladora?
En la presentación de proyectos o en la asistencia en determinadas comisiones. Entiendo que como legisladora me debo a un trabajo que es el que hice en estos años y como representante soy de todo el país, no de un departamento.
Para la ciudadanía es difícil saber dónde estuvo usted.
Lo sé y todas las veces que entendía que tenía que estar para discutir la rendición de cuentas o la ley de presupuesto o aprobar o no aprobar o levantar mi voz, sentí que estaba y que estaba representando a aquellos que me votaron y confiaron en mí. El examen lo pasamos cada cinco años y creo que en nuestro país deberíamos bajar el número de legisladores.
¿A cuántos?
Soy de las que creen que 99 diputados son muchos. Si tuviéramos 20 diputados menos, no cambiaría absolutamente nada. Podríamos tener un Parlamento más ágil.
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