Nacional > Entrevista a Verónica Alonso

Alonso apunta a la vice: “Para el segundo lugar se abre una ventana de oportunidad”

La precandidata por el Partido Nacional reconoce que “parece esquivo” ganar las elecciones internas pero que peleará por el segundo lugar; la campaña costará en el entorno de US$ 1 millón y asegura que ese dinero sale de su bolsillo
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12 de marzo de 2019 a las 15:46

Por Martín Natalevich y Natalia Gold 

Verónica Alonso dice que va a gobernar “con amor” para combatir la “apatía” de “muchos gobernantes que solamente están pensando en su silloncito”. En entrevista con El Observador, la senadora reconoció que llegar a ese gobierno con amor que proyecta parece ser “esquivo” pero que “dará pelea” para lograr el segundo lugar en la interna y asegurarse un lugar en la fórmula como candidata a vicepresidenta de su partido. Intentar alcanzar ese objetivo le costará alrededor de US$ 1 millón que, aseguró, saldrá de su bolsillo y el de su familia. 

En su presentación de lineamientos programáticos dijo que las mujeres son buenas administradoras de la casa. ¿En qué se parece administrar una casa a administrar a un país?
En muchos casos el hombre le da a la mujer el dinero que recibe y ella es la que paga, la que administra, la que dice que este mes no se puede comprar tal cosa y hay que esperar. Dice que hay que meter la plata abajo del colchón –para el que no la quiera guardar en otro lado–,  y esperar a ver para cuando venga el tiempo de las vacas flacas. En mi casa, si me entran $ 20 mil yo no puedo gastar $ 22 mil e ir a pedirle al vecino que me preste. Salvando las diferencias esto es lo que hizo el gobierno. Gastó todo lo que tenía y un poco más. Y encima nos endeudamos. Creo que las mujeres, no quiero generalizar pero está demostrado, cuidamos un poco más. Llegó el momento de que las mujeres administremos como corresponde.

¿Por el hecho de ser mujer deberían administrar mejor o porque tienen buenas estrategias, y políticas?
Creo que las mujeres somos mucho más duras y decimos que en un lugar no se puede meter un peso más, que  no podemos seguir metiéndole la mano en el bolsillo. No quiero generalizar, pero así me siento yo. 

Entonces en un balotaje hipotético entre Luis Lacalle Pou y Carolina Cosse va a votar por Cosse.
No necesariamente porque Cosse tiene algo que no comparto: una visión antidemocrática desde el momento en el que considera que en Venezuela no hay una dictadura y esto tiene que ver con visiones de país. Por eso digo que no quiero generalizar a todas las mujeres.

¿Cuál es su definición exacta de feminismo?
Soy feminista en el sentido más literal del término. Feminismo es igualdad. Biológicamente los hombres y las mujeres somos distintos pero yo lo que quiero es igualdad de derechos ante la ley e igualdad de oportunidades. Desde ese punto de vista me considero feminista

¿Qué análisis hace de lo que sucedió en la marcha del 8 de marzo en la que fue insultada?
Esto es una marcha que se politizó, que perdió la oportunidad de luchar por esa causa común. Cuando uno ideologiza una marcha que tendría que tener otro perfil, pierden todos. 

Pero el movimiento feminista es un movimiento ideológico.
¿Pero por qué dicen que si sos de derecha no sos feminista? 

¿Usted se considera de derecha?
No. ¿La izquierda o la derecha me identifica con más o menos feminismo? Habían carteles que decían: “Las feministas somos anticapitalistas”. Yo les quiero avisar que en los países capitalistas es donde las mujeres logran mayor desarrollo. Cuando las consigna termina siendo levantar un cartel que dice “Vamos a abolir la prostitución” pero a mi me gritan “puta”, ahí digo que ese no es el país que quiero.

¿Cómo reaccionó cuando le gritaron eso?
Quedé en silencio, escuchando, con dolor porque creo que estamos en una sociedad cada vez más fragmentada. Cuando los gobernantes inculcan división es difícil que en las sociedades no se genere eso.

¿Recibió llamadas de sus colegas parlamentarias, de la otra precandidata?
No.

¿Le hubiera gustado?
Sí y si hubiera sido al revés creo que lo hubiera hecho. 

¿Va a ir el año que viene a la marcha?
Sí y ojalá que pueda hacerlo en mi condición de presidenta de la República. Voy a apelar a que en esas marchas, con la absoluta libertad, podamos expresarnos y que esa sensación que me quedé, de ver actitudes intolerantes, vayan siendo menos. El viernes vi demasiadas. 

Dijo que en su casa administra usted. ¿Cuánto cuesta su campaña y cómo la financia?
En la elección pasada, en la campaña para el Senado, dije que no buscaba ningún tipo de financiamiento, que me financiaba con mis propios recursos, porque no quería pedirle a nadie para después no depender. La de estas elecciones es bastante más importante desde el punto de vista de los recursos porque es para la Presidencia de la República. 

¿De cuánto dinero estamos hablando?
De mucha plata.

¿Cuánta?
El que diga que es menos no está diciendo la verdad, pero cercana al millón de dólares. 

¿Sale de su bolsillo, son recursos genuinos de la familia?
Son recursos propios, que por supuesto tenemos gente cercana a la familia que hacen como donantes voluntarios, que está dentro del marco de la ley.

De la actual, de la que se proyecta como nueva no.
Depende de los montos y las características. Lo que creo que está mal es que las empresas financien campañas políticas. 

¿Ha hecho cenas de recaudación?
No. Capaz que en algún momento. 

¿No le parece que reducir la participación política a las personas que tienen los recursos para hacerlo no es un poco discriminatorio?
Para nada, al contrario. Creo que en una sociedad democrática y pluralista lo que pretende es que todos puedan llegar a hacer su propia campaña. Esto es un tema que también genera un cuello de botella a muchas mujeres. Muchas veces no tienen los recursos si no dependen de alguien, e ir a pedir muchas veces para una mujer y un hombre es diferente. 

¿Cuál es el equipo que tiene y la estructura pensando en dirigentes? 
Si nosotros íbamos a buscar a los mismos dirigentes, seguramente tendríamos los mismos resultados. ¿Por qué? Y esto no es en ningún momento desmerecer a ningún dirigente –que hay buenos–, pero hay muchos dirigentes que se han acostumbrado a hacer más de lo mismo. Entonces, empieza su tiempo zafral en la campaña, vienen y le dicen al líder que tienen tantos votos y el líder dice que quiere esos votos. Porque, como en el fútbol, son los goles, en la política son los votos. Quieren esos votos pero, a cambio de darlos, te ponen de rehén

"Hasta ahora hubo 41 presidentes hombres.  ¿No valdrá la pena probar a ver si una mujer administra mejor? ”

¿Cuánto cree que la ha beneficiado su vínculo con la iglesia evangélica Misión Vida?
A mí lo que me beneficia es gente que me apoye porque entiende que defiendo valores. Todos aquellos que me apoyan entendiendo que defiendo, rescato o voy a llevar adelante esos valores. Creo que eso me beneficia siempre. Yo defiendo valores. Creo que la sociedad hoy necesita, más que nunca, fortalecer esos valores.

¿Valores judeocristianos? 
Valores judeocristianos, que algunos le llaman valores tradicionales de la sociedad y que otros no le llaman ni judeocristianos ni tradicionales, le llaman valores.

Pero todos los precandidatos dicen que defienden valores
Yo no he visto a muchos del gobierno hablar de valores. Por ejemplo, el valor de la familia.

 

Su concepto de familia 
¿Por qué lado piensa el concepto de familia?
El concepto tradicional de la familia es el del hombre y la mujer. 
¿Y una familia homosexual?
No en la de familia tradicional, está claro. Pero nosotros tenemos que respetar... 
Una cosa es respetar y otra es decir que lo es
Cuando se trató el matrimonio igualitario una de las cosas que nosotros decíamos era: matrimonio de acuerdo a la concepción tradicional, pero además del concepto del Código Civil, es un hombre y una mujer. Podíamos buscar otra acepción, que en lugar de matrimonio fuera una unión de enlace. Pero después uno va entendiendo también que uno tiene que ir superando determinadas instancias y la verdad es que yo considero que está bien.
Eso va un poco contra el discurso de estos grupos evangélicos que la apoyan,  ¿es consciente de eso?
En esto lo que soy consciente es, primero que nada, apoyo mi cabeza en la almohada y tengo absolutamente libertad de conciencia y tranquila de que lo que pienso y siento es lo mismo que transmito acá, en una iglesia, en un acto político y en mi casa.

¿Es creyente?

¿Cómo es su vínculo con Dios?    
Me bautizaron, nací en el Círculo Católico, tomé la comunión y cuando llegó mi etapa más de joven, más rebelde, no me confirmé. Tenía cierta rebeldía de joven, me imagino. Pero vengo de una familia católica. Cuando empecé y seguí mis años... De adolescente y después de joven y después conocí a quien hoy es mi esposo desde hace 20 años, judío, tomé la decisión de convertirme después de estudiar, leer y analizarlo conmigo misma y reflexionarlo. 

La última encuesta de Cifra de la semana pasada le dio una intención de voto de 2%. ¿Era un porcentaje esperado para esta etapa del año?
Siempre digo que las encuestas de una interna son tremendamente movibles, dinámicas, y esa encuesta tiene casi un 9% de margen de error. Para arriba o para abajo puede ser tan variable el que hoy dice que está tercero o segundo, que en realidad ya ni siquiera las tomo como una foto porque nada mejor que mirar lo que pasó.

Pero es el dato que tienen de cómo están marcando ahora, porque todavía no se votó.
Miro la encuesta, observo, analizamos en el equipo estrategias, cambiamos cómo vamos enfocando el camino. En la última elección, Larrañaga era el favorito. Hasta el último día nosotros creíamos que Larrañaga ganaba y perdió.

Larrañaga no tenía una diferencia de más de 50% con el que iba primero.
En el caso de Lacalle Pou, está claro que tiene una distancia importante –no diría que indescontable– con todo el resto. En ese espacio para ese segundo lugar se abre una ventana de oportunidad.

 

"En la campaña nacional no deberíamos gastar mucho porque el Estado paga por voto. Ningún candidato ahí debería irle a pedir a nadie, porque con lo que nos da el Estado nos alcanzaría para una campaña austera” 

O sea que el objetivo es salir segunda.
Mi objetivo es cambiar al país. ¿Cómo? Estando donde se toman decisiones. ¿Cómo hago para estar ahí? Compitiendo.

¿En una vicepresidencia, por ejemplo?
Sin ninguna duda. Compitiendo y teniendo mis propios parlamentarios, lugares donde se puedan tomar decisiones. En el primer lugar obviamente que es donde mejor se puede cambiar al país y transformarlo. Eso parece esquivo hoy, los números lo muestran. Pero vamos a pelear.

Su precandidatura va hasta el último domingo de junio entonces.
Salvo que vea que la gente no me acompaña.

¿Mantuvo conversaciones con otros sectores del Partido Nacional para unir fuerzas?
Mantengo conversaciones con todos. Para unir fuerzas por ahora no.

¿Hay algún acuerdo en ciernes?
No hay ningún acuerdo en ciernes. Hay diálogo, hay conversaciones. Cuando haya vengo y les cuento, hacemos otra entrevista.

Cómo es la relación de Alonso con Sartori 
¿Cómo analiza el ingreso de Juan Sartori al Partido Nacional y el crecimiento que está teniendo según las encuestas?
Hay un gran descontento hacia los políticos en general. No hacia la política porque no hay que desvirtuarla. Cuando alguien llega sin estar contaminado de la vida política, eso seguramente atrae. Yo lo veo bien. Si va a hacer crecer al partido, buenísimo. Lo que no creo que esté bueno es jugar al roba montón, sacar el intendente de uno, el dirigente del otro.
¿Cree que es parte de la estrategia de Sartori?
No digo eso, sino que está bueno si todos ayudamos a que el partido crezca. Hay que animarse a ser candidato de un partido, a salir a recorrer el país. Yo ya se lo he dicho personalmente.
¿Se encontró con él?
Ya nos juntamos dos veces para conversar cómo ve la cosa, cómo la veo yo. Le cuento mi percepción.
¿Hablaron de poder trabajar juntos de cara a la interna?
No de cara a la interna pero si hay algo que tenemos es la proyección para adelante. Hay algunos compañeros que tienen su tiempo más acotado. Otros tenemos mucha más proyección. Somos de la generación que nos tenemos que hacer cargo del país.

También propuso que los políticos tengan un sueldo en base a su productividad. ¿Se considera una legisladora productiva?
No necesariamente y por eso también en esto no me hago la distraída. Si yo hubiera querido esconder mi productividad no hubiera planteado esto.

O sea que si fuera por usted se rebajaría el sueldo.
Sí, claro. Las personas no hacemos todo bien. No estoy en esto para decir que soy perfecta y que me tienen que votar porque hago todo bien. Yo no hago todo bien, soy humana, me equivoco. No todas las cosas que a otros les gustarías las voy a hacer. No se pueden bajar sueldos pero sí topearlos y buscaría sacar todas las partidas. Todo lo que adorna lo que recibimos como legisladores.

¿En qué se equivocó como legisladora?
En la presentación de proyectos o en la asistencia en determinadas comisiones. Entiendo que como legisladora me debo a un trabajo que es el que hice en estos años  y como representante soy de todo el país, no de un departamento.

Para la ciudadanía es difícil saber dónde estuvo usted.
Lo sé y todas las veces que entendía que tenía que estar para discutir la rendición de cuentas o la ley de presupuesto o aprobar o no aprobar o levantar mi voz, sentí que estaba y que estaba representando a aquellos que me votaron y confiaron en mí. El examen lo pasamos cada cinco años y creo que en nuestro país deberíamos bajar el número de legisladores.

¿A cuántos?
Soy de las que creen que 99 diputados son muchos. Si tuviéramos 20 diputados menos, no cambiaría absolutamente nada. Podríamos tener un Parlamento más ágil.  

La propuesta de Alonso sobre Jerusalén 
Se reunió hace algunas semanas con la embajadora de Israel y le dijo que tiene la intención, si es presidenta, de trasladar la embajada a Jerusalén. ¿Cuál es el fundamento de esta propuesta?
Creo que es una señal de justicia, no de buscar enfrentar a nadie ni de potenciar el enfrentamiento. Hay una decisión de Israel de que Jerusalén es su capital. Es respetar la decisión de un país democrático. Si hay algo que tiene Israel es que es la única democracia en ese lugar. Es la mirada de Occidente en todo ese mundo de conflicto y de radicalismo. Yo no estoy contraviniendo ninguna resolución internacional.
¿Cómo que no? ¿Usted conoce lo que dice el estatus internacional de  Jerusalén?
Bueno, sí. Pero en realidad la parte oeste... Ahí yo no estoy contraviniendo ninguna. Si estoy diciendo que en la parte oeste que le corresponde, en la partición, más allá de ser centro de las tres religiones, en realidad en la parte oeste no estoy contraviniendo nada.
Pero hay una resolución del Consejo de Seguridad de principios de la década de  1980 que le pedía a los países justamente que quitaran la sede diplomática de Jerusalén y la llevaran a Tel Aviv entendiendo que tener allí la embajada no era propicio para el proceso de paz.
Pero miremos el proceso de paz. ¿Cuál ha sido? Ninguno.
¿Cómo que ninguno?
Obviamente que es histórico pero no veo que esto vaya a aumentar el conflicto.
Pero Jerusalén es uno de los temas más sensibles dentro del proceso de paz. Tiene un alto valor simbólico junto con el tema de los refugiados palestinos y si uno se pone de un lado puede estar estorbando en uno de los temas fundamentales.
Lo que pasa que yo creo que la Autoridad Palestina y los palestinos, no quiero generalizar, no quieren reconocer al otro Estado. Yo soy de las defensoras de la existencia de dos Estados, pero hay muchos que complejizan más allá de decir que tienen casi todo pronto. Viven en la lógica del conflicto. No quiero entrar en decisiones de gobiernos. Yo no comparto todas las decisiones que pueda tomar el gobierno de Netanyahu. He discrepado en el Parlamento. No estoy diciendo a favor de Israel y en contra de Palestina.
¿Piensa también mover la embajada de Ramala a Jerusalén?
Si hay un espíritu de convivencia, ¿por qué no? Pero creo que en esto hay una señal que es en primer lugar la de defender a la única democracia que hay en esa zona.

 

Mirá los videos de la entrevista a Verónica Alonso 

 

 

 

 

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