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Gustavo Salle: "Quise defender a Sendic para que siguiera como vice y así hundir al Frente Amplio"

Facundo Ponce de León entrevista al candidato a la Presidencia por el Partido Verde Animalista
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13 de octubre de 2019 a las 22:05

 

Convencido de que los partidos Colorado, Nacional y Frente Amplio son todos iguales, "unas garrapatas" que hacen lo que poderes superiores les dictan desde el exterior, el abogado Gustavo Salle se presenta a estas elecciones como candidato a la Presidencia por el Partido Verde Animalista. Su aspiración es llegar a ser diputado, y si fracasara en el intento "sería muy duro" para él.

En el noveno y último episodio de De Cerca, Facundo Ponce de León intenta descubrir quién es Gustavo Salle más allá de la euforia y el histrionismo. Este es un resumen de la charla. 

Lo primero que me impresionó preparando este encuentro es enterarme de que en la familia sos tranquilo y hasta que eras tímido. 

Sí, sobre todo en la época de niño. Tenía momentos de timidez, pero también tenía momentos como los que me caracterizan ahora en la madurez: eufóricos.

¿De niño tenías momentos histriónicos, eufóricos? 

Sí. Curiosamente, siendo muy niñito escuchaba a Benito Nardone. Después me enteré que era agente de la CIA. En mi casa había un sauce llorón y a veces en un cajoncito o arriba del sauce llorón repetía lo que podía de los discursos de Chicotazo. A los 13 años fundé un comité de base junto a mi hermano que era siete años mayor, el comité "Paz para todos" en Sayago. 

Comité bajo el paraguas del Frente Amplio.

Sí, Frente Amplio. Éramos independientes, no estábamos alineados con ningún partido, pero allí convivíamos con socialistas, PDC, comunistas, 26 de Marzo.

¿Qué pasó, si con 13 años ya tenías esa vocación política, que recién ahora estés compitiendo en una elección presidencial? En el medio la política no estuvo tan presente.

En el medio la estudiamos. Tuvimos incursiones en la televisión, estuve en el programa Buen día Uruguay con Verónica Peinado y Patricia Murialdo. Luego estuve con Toyos en TV Libre, Toyos Investiga, y por supuesto mi formación profesional de doctor en Leyes y Ciencias Sociales, y lo que tiene que ver con las ciencias sociales profundizando en forma autodidactica. 

En todo ese proceso ya proyectabas una carrera política.

No, en absoluto. Lo que sí estaba era la preocupación por el estudio de los aspectos sustanciales de la política, no los aspectos formales, no la tribuna, no la teatralización que hace el político. El político es un gran actor político.

Lo que sos tú ahora. 

No, yo pienso y realizo una política diferente. No soy un juntavotos, no soy un demagogo, no soy un mentiroso. No voy a la política para formar parte de una casta privilegiada, prebendaria. Voy a la política precisamente a hacer lo que hice en la justicia, en Fiscalía.

Sos histriónico. 

La gente me ve normalmente enojado cuando hablo de política porque las condicionantes que vive el país a nivel nacional y las condicionantes internacionales me enojan. Pero en mi vida de relación, en el club, con mis amigos o con mi barra de Parque del Plata soy uno de los que motiva, de los que lleva la voz cantante en materia de chistes. 

O sea, no estás todo el día enojado, gritando y denunciando. 

No, y además es muy común que utilice mis propios defectos para realizar chanzas.

¿Cuáles son tus propios defectos?

Soy un individuo temperamental, demasiado eufórico. Muchas veces me tratan de viejo loco. Pero una aclaración: ¿Qué es la cordura en este momento? ¿Quiénes son los cuerdos en este momento? ¿485 homicidios en un año? ¿Violación sistemática de los derechos humanos?

Pero la historia ha sido así. Todos los años hay homicidios. 

Tengo 61 años, viví otro Uruguay. Llegué a morder en esa niñez un Uruguay diferente. Había un entramado social muy bien estructurado. 

¿Creés que ese entramado se pierde por los políticos, por el Frente Amplio?

Sí, claro. Hay una enorme responsabilidad y yo soy protagonista. Soy responsable de esa destrucción del entramado social. 

¿En qué sentido? 

Cuando sucede la incursión de la guerrilla en Uruguay: los tupamaros. 

¿Cuál es tu responsabilidad ahí? Estabas a favor de ellos. 

Sí. Había cierta simpatía del frenteamplista con el movimiento armado. Nosotros vivimos en Uruguay un teatro de operaciones a nivel internacional que fue la guerra fría, la oposición del bloque de la OTAN con el pacto de Varsovia. A nivel latinoamericano eso se tradujo en la lucha de la izquierda marxista leninista y foquista contra los partidos tradicionales y las Fuerzas Armadas. 

Vos dijiste: “Soy de la generación que vivió la peor frustración del siglo XX, que fue la debacle del socialismo real. (...) Fue una frustración enorme".

Enorme, pero no fue la frustración personal, fue la frustración de la humanidad.

Sin embargo, seguís operando un poco con esas categorías: hay unos enemigos, hay un orden general mundial.

Por supuesto. 

¿En qué cambió tu pensamiento? 

En algo muy importante: esa dicotomía OTAN, pacto de Varsovia, izquierda, derecha, buenos y malos, ahora me doy cuenta que fue una creación conspirativa de quienes siguen dominando el mundo.

¿Quiénes dominan el mundo?

Rockefeller te dice qué comer. Cuando Rockefeller lleva adelante la revolución verde con los organismos modificados genéticamente te está imponiendo que consumas porquería.

¿Qué no les gusta a tus hijos de tu actuación política?

Discrepan en mi posición con respecto a la ideología de género, sobre todo Nicole. Es un tema delicado: la ideología de género es la sustitución que ha encontrado el marxismo leninismo para reeditar una forma de atomizar y tener a las mayorías peleadas, divididas, con enconos. Antes era la lucha de clases. Al caer la Unión Soviética y el socialismo real tenían que encontrar un discurso alternativo.

¿Para vos está todo planificado?

Todo planificado. Es más, fui a uno de los laboratorios más importantes de planificación, el Instituto Tavistock de Inglaterra. Es el que lleva adelante por ejemplo el Plan Ceibal. ¿Vos creés que las pantallitas son para que el nene aprenda libremente? La pantallita es el terminal de una computadora central que gobernará tarde o temprano la humanidad. Estos individuos tienen que dominar a 7.000 millones de habitantes. Tienen que lograr además una dominación consentida, porque las armas son el último recurso. Para lograr esa dominación consentida tienen que gravitar en el cerebro. La guerra de última generación es en el cerebro. ¿Creés que es casualidad que la ORT, por ejemplo, pertenezca a capitales judíos? ¿Que la Universidad de Montevideo pertenezca al Opus Dei? ¿Que la de la Empresa pertenezca a tales grupos económicos? No, porque tienen que dar un discurso, tienen que convencer a la gente.

¿Pensás que los docentes que trabajan ahí están...?

Absolutamente. Es más, en Estados Unidos la esposa de Dick Cheney formaba parte de una asociación cuyo objetivo precisamente es el control del discurso en las cátedras. 

Supongamos que tenés razón. Sabrás que no vas a cambiar nada de eso. 

Tal vez no cambie nada, pero prefiero no ser cómplice. 

Al decir "no me importan los votos, no me importa lo electoral", es como un juego contradictorio. 

Es el juego de la lealtad y la verdad. Es no ser más de lo mismo, es no mentirle a la gente. Salen Daniel Martínez, Lacalle y Talvi a hablar de sus programas, pero saben que las tres diosas del mercado –Standard & Poor’s, Fitch y Moody’s–, el FMI y el Banco Mundial les van a decir qué es lo que tienen que hacer. 

¿Cuál es tu programa?

Lo primero que tenemos que hacer es resistir en la medida de lo posible. ¿Qué es resistir? Es tratar de no entregarte, de no bajarte las prendas íntimas tan rápido como se las bajan nuestros políticos.

¿La manera de luchar contra eso es ponerte frente a la casa de gobierno con un féretro?

El féretro vino después, no tenía nada que ver conmigo, pero bienvenido Huguito con su forma muy particular.

Trabajaste 14 años en Fiscalía, sos abogado, conocés las leyes y todas tus denuncias quedan en la nada.

No seas malo. No te permito. Pluna los estigmatizó, quedaron como delincuentes. Tabaré Vázquez quedó como delincuente, Rossi quedó como delincuente y Astori quedó como delincuente. Y vos me decís que hice poco. Me quiero morir. Hubo procesamiento.

Pero estás lleno de denuncias. 

De a poquito, despacito por las piedras. Hice caer a un vicepresidente de la República. 

No te lo crees ni vos, Gustavo. Fue el sistema político y también el Frente Amplio. 

Perdón, el sistema político no cuestionó el título. El sistema político fue cómplice del título, el que llevó a la justicia el tema del título fue el doctor Salle. Y allí quedó plasmada sin ningún tipo de posibilidad de refutación que había mentido. A partir de ese momento comienza la caída, despacito, de Sendic, a quien después quisimos mantener en la vicepresidencia de la República. Cuando me reuní con Sendic y sus abogados aceptó mi estrategia y comenzó a ejecutarla. 

¿Cuál era la estrategia tuya? 

Mantenerlo en la vicepresidencia, porque hundía al Frente Amplio. Cuando veo cuál es la estrategia del Frente Amplio, de decir "nosotros somos todos buenos", "vamos a usarlo como chivo expiatorio", ahí llamó a su abogado y le digo: "Quiero mantenerlo en la vicepresidencia, dame una mano. No lo pueden sacar, tiene las herramientas jurídicas para mantenerse en la vicepresidencia". ¿Por qué? Para que estos no hicieran lo que hicieron. 

¿Qué hicieron?

Chivo expiatorio, "el único corrupto es este". No, muchachos. Ustedes son una asociación para delinquir, así que a bancársela.

Tendrán corruptos como hay en otros ámbitos, pero eso no significa que sean una asociación para delinquir.

Soy penalista, sé cuando hay un designio criminal preordenado para cometer delitos. 

¿Vos creés que ningún político tiene una intención de mejorar la vida de la gente?

Por supuesto que no. Ellos responden al gran capital internacional.

¿Y tú a quién respondes?

Al pueblo.

¿Te parece que respondés al pueblo?

Yo soy el pueblo.

Con tu esposa tienen un buen pasar económico.

Sí, tenemos. Siempre confesé que soy un burgués. No siento culpa.

Pero entonces estás dentro del sistema.

Es imposible no estar dentro.

¿Qué cambiarías de la idiosincrasia de los uruguayos?

Haría hincapié fundamentalmente en luchar contra este concepto que precede la cleptocorporatocracia que es el internacionalismo, que los organismos internacionales estén por encima de la Constitución de la República. Volvería a un concepto de soberanía, a un concepto nacionalista, de patria, porque la cleptocorporatocracia quiere destruir el Estado nación.

¿Por qué la gente cree menos en la política?

Porque de a poquito se está dando cuenta de que son un conjunto de garrapatas.

¿Y hasta qué punto tu actuación política ayuda?

Discúlpame si resulto petulante. El discurso nuestro está incidiendo mucho en un determinado segmento de la población. Estamos haciendo docencia y estoy tratando de incidir en el laboratorio de Rockefeller. Pero necesito a mi pueblo unido para tratar de resistir en la medida de lo posible las presiones y el chantaje.

Sos un líder tan omnipresente en los medios que uno se olvida que detrás hay más gente. Sos demasiado personalista en eso, ¿no?

Sí, soy personalista. Esa es una de las grandes críticas de mi esposa.

¿Cuál es tu objetivo electoral?

Senado o diputación. Lo más probable, diputación.

Y si no llegás, ¿te retirarías de la política o seguirías?

Sería un golpe muy duro que después de jugarme tanto, y a los 61 años, que no hubiera en Uruguay 30 mil personas que compartieran mi discurso y que me quisieran en la Cámara luchando por la honestidad, la probidad, la patria y la soberanía. Sería un golpe muy duro.

¿Cómo hacés para evitar la paranoia?

Yo sé que estoy escuchado, yo sé que estoy pinchado. Pero a mí no me importa, yo le mando saludos a los que me escuchan.

Aquí podés ver todos los contenidos del ciclo De Cerca

De Cerca es producido por Mueca Films y presentado por TV Ciudad, El Observador y WILD Fi.

Otros fragmentos de la entrevista a Salle en De Cerca

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