Leonardo Ramos

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Peñarol sufre el sedentarismo

El aurinegro jugará cinco partidos en 70 días y cuando más necesita fútbol para lograr la forma, solo descansa
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28 de febrero de 2018 a las 05:00
Cinco partidos oficiales en 70 días hacen sonar las alarmas en Peñarol. Un equipo de fútbol necesita ritmo y continuidad, y lo único que recibió Peñarol en el inicio de este 2018 fue un calendario demasiado laxo, jugando un partido cada más de 17 días y con el inquietante desafío de tener que presentarse en la Copa Libertadores sin el ritmo de juego que exige el torneo internacional.

En ese mismo período, Nacional habrá jugado el doble de partidos y alcanza un rodaje que le permite liderar el Torneo Apertura y avanzar dos rondas en la Copa, hasta llegar a la fase de grupos.

¿Por qué Peñarol juega tan poco? Porque ingresó a la Libertadores en la cuarta ronda (Nacional jugó segunda y tercera antes de llegar al nivel de competición en el que comienzan Peñarol y Defensor Sporting, la fase de grupos) y su estreno en el torneo continental recién se producirá el 15 de marzo ante The Strongest en la altura de La Paz. Además, a nivel local, la fecha libre que todos los equipos tienen –debido a que El Tanque Sisley se bajó el día previo al inicio de la temporada–, le corresponde en la quinta jornada, el próximo fin de semana y en momentos en que el equipo necesita continuidad para lograr imponer un funcionamiento.

Esto quiere decir que Peñarol volverá a jugar el 11 de marzo ante Boston River. Cuatro días después debutará ante The Strongest y tres días después jugará con Cerro.

Este escenario inquieta al técnico de los aurinegros porque no le permite lograr el funcionamiento que necesita. Las jornadas de entrenamientos se hacen eternas; las prácticas se acumulan y los resultados no se ven en la cancha, porque el equipo no puede jugar encuentros oficiales.

Esa situación se profundiza aún más en un equipo como Peñarol, que en el cierre de 2017 había logrado un funcionamiento –en base a continuidad de juego y triunfos–, que le había permitido comprobar que con rodaje era capaz de lograr un gran nivel.

En un camino opuesto por estos días, Peñarol sufre este inicio de temporada y el técnico Leonardo Ramos no tiene partidos de fútbol oficial. Tampoco tiene rivales para jugar partidos amistosos, salvo los equipos de Segunda división, pero que están en otro nivel.

Más compleja es la situación de Cebolla Rodríguez, que jugó el último partido el 11 de febrero y no volverá hasta un mes después, por dos partidos de suspensión. Además, Rodríguez y Guillermo Varela seguramente estarán en la convocatoria a la selección para la gira por China en la fecha FIFA de fines de marzo y tampoco los tendrá el técnico para los partidos del torneo local.

La situación del fútbol de Peñarol genera inquietud, por un sedentarismo preocupante.

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