Por Ina Godoy
Producción Agustina Amorós
Ubicado en las sierras de la Calera del Rey, en Maldonado, este proyecto se define como un techo que se posa levemente —como flotando— sobre dos anchos muros de piedra. Un techo abovedado de chapa de 24 metros de largo y 6 de ancho, apoyado en dos robustos muros construidos con piedra del lugar. Los muros vinculan a la tierra, la leve bóveda, al horizonte.
El trabajo del estudio Gualano + Gualano, de los hermanos y arquitectos uruguayos Marcelo y Martín Gualano, se caracteriza por una extrema conciencia del espacio y del ser humano: es austero, responsable y honesto, y este caso, no es la excepción.
El aspecto exterior de la casa está determinado por la presencia de la piedra y la chapa acanalada. El interior, por elementos protagónicos como el pórtland lustrado del piso, las tablillas de madera que acompañan la curvatura del techo, las aberturas de aluminio y vidrio, y la privilegiada presencia del paisaje.
Hacia el sur, la casa se protege; un amplio patio natural acompaña el desnivel del terreno, donde se destaca la presencia de un coronilla que señala el ingreso. Hacia el norte, la gran presencia de vidrio y la galería abierta acercan el majestuoso entorno: la pendiente natural del terreno, las plantaciones de almendros, el trayecto de monte costero que señala la presencia del arroyo, el campo y las sierras.
"A la casa se entra como por la espalda y desde arriba, y al ingresar se descubre nuevamente el paisaje", señalan los arquitectos al describir el patio natural ubicado al sur de la casa, que acompaña el desnivel del terreno y señala el ingareso.
Interior y exterior comparten el espacio bajo la bóveda. De los seis metros de ancho del techo, cuatro se destinaron a las áreas sociales y dos a la galería que recorre longitudinalmente la casa. Las aberturas son de aluminio blanco y el cielorraso se revistió con tablillas de eucaliptos de tres centrímetros para acompañar la curvatura.
El comedor se ubica en el centro del gran ambiente que comparte con las demás áreas sociales de la vivienda. Hacia un lado, la cocina y la barbacoa (ya en el exterior). Hacia el otro, el living. El juego de comedor y bargueño de madera clara y líneas puras (Marabierto) son el complemento ideal de la protagonista indiscutida del espacio: la vista hacia ambos lados del paisaje. La luminaria es de Gayatri Muebles y Accesorios de Oriente.
La cocina y el sector del parrillero en el exterior están contenidos en un volumen de piedra con muros de un metro de ancho. El equipamiento de la cocina es de acero inoxidable, el revestimiento de mosaico veneciano blanco y la carpintería es hecha a medida en finger joint, que se asocia con el eucaliptos del techo.
La barra de hormigón parece atravesar la abertura de aluminio y vidrio, dando continuidad visual y conectando el interior con el exterior, desde la cocina hasta el sector del parrillero. Las banquetas con pie de hierro y asiento de madera son diseño del estudio y también sugieren continuidad.
En el otro extremo del gran ambiente destinado a las áreas más sociales de la vivienda, próximo a la gran estufa de leña revestida en piedra, se ubicó el living. Los sillones de caño blanco con tapizado de lino y la mesa ratona de madera clara son de Marabierto.
Explica Marcelo Gualano que la continuidad del revestimiento del baño es para dar la sensación de que este termina en el patio. El techo es de hormigón visto, el revestimiento de las paredes es de mosaico veneciano blanco. El piso de la ducha y del patio son de lapacho, sugiriendo aun más la continuidad hacia el exterior. Una raja contiene en un solo gesto el lugar del espejo y el de un estante empotrado. La mesada volada es de maderas de lapacho de 10 cm de sección.
En otro gran volumen de piedra se ubicaron los cuartos, el principal tiene una abertura de aluminio blanco en ángulo con vista a un estanque. El techo de hormigón visto, el piso de madera prefinished (Barraca Paraná), ropa de cama blanca y banquetas de caño y madera (Marabierto) determinan un ambiente puro y despojado ideal para el descanso.
En el exterior, el sector de la barbacoa avanza mediante un deck de lapacho que se interna en el terreno y termina con una piscina de borde infinto, blanca y contenida en muros de hormigón ciclópeo, con las piedras embebidas en la masa, una excelente transición con la roca en la que se apoya. En el deck se destacan los lucernarios de vidrio que dejan pasar la luz natural hacia el garaje y de noche funcionan como lámparas que difuminan la luz que reciben dede abajo.
Los anchos muros de piedra definen la apariencia de la casa y conviven armónicamente con el paisaje, admirándolo.
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