Por Ina Godoy / Producción Agustina Amorós
El apartamento fue reciclado en 2006, conservando la distribución, los pisos de pinotea y la carpintería de roble del Cáucaso. El hall de entrada funciona también como distribuidor, ya que tiene conexión con todos los ambientes de la casa. La intensa paleta de colores, algunos detalles originales —como el monolítico de granito en el piso—, la antigua araña de bronce y cristal, y algunos toques étnicos le dan al espacio una singular personalidad que cautiva desde la entrada.
Para revalorizar la historia y el misterio que envuelven al edificio, se colgaron cuadros que registran momentos célebres del Salvo, como el paso del Graf Zeppelin en 1934.
A través de sus cinco puertas ventana con sus respectivos balcones, la vivienda ofrece desde lo alto, en todos sus ambientes, imponentes vistas de la ciudad de casi 360 grados.
Detalle de la guarda y del monograma del Palacio Salvo en los pisos de halls y paliers con diseño personalizado y diferente en cada piso, realizados artesanalmente en monolítico con granulado de mármol.
La luminaria del hall de entrada es una araña de principios del siglo XX, de bronce y caireles tubulares de cristal.
En el cuarto, la paleta de colores se mantiene intensa, con predominio de rojos, morados y rosas. El mobiliario elegido es francés y la cama tiene un decapado en color marfil.
La sensualidad de las máscaras del carnaval de Venecia enriquece un acertado detalle decorativo en la pared de la cabecera de la cama.
Las luminarias son de bronce y cristal. Como mesas de noche se usaron un antiguo escritorio infantil y un mueble auxiliar de madera con herrajes de metal, ambos laqueados de rojo.
El comedor comparte un gran ambiente con el living, con piso de tablas de pinotea. La mesa y las sillas de estilo francés fueron patinadas en color marfil y se colocó en la pared contigua un gran espejo biselado del mismo estilo. Cuadros de Vicente Martín.
En el living se combina equipamiento contemporáneo, como el sofá y la lámpara de pie, con algunas piezas vintage, como las butacas inglesas, y detalles étnicos, como la escultura de madera de Indonesia, el camino de mesa tejido al telar en lana de Jujuy y la ratona de Indonesia (Ponti). Cuadro de Vicente Martín.
El gran armario de madera es uno de los objetos más relevantes del ambiente. Es de principios de 1900 y pertenecía a una óptica del barrio Paso Molino.
La cocina es contemporánea, aunque conserva el piso de tablas de pinotea. Se colocó revestimiento de porcelanato rojo y una mesada de granito en forma de T, con una pequeña barra, ideal para desayunar con la ciudad de fondo.
Colección de sifones antiguos, un toque de época en la cocina.
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