Costa Rica busca de nuevo cumplir con el viejo anhelo de restaurar para el turismo la isla San Lucas, sitio que albergó la cárcel más brutal del país y donde se gestó la novela La isla de los hombres solos.
La isla, de una gran riqueza natural e histórica, está ubicada en el Pacífico frente a las costas de la ciudad de Puntarenas y funcionó entre 1873 y 1991 para albergar a los reos más peligrosos del país; y desde 2001 el sitio fue declarado como un Refugio de Vida Silvestre.
Los gobiernos han intentado restaurar algunos edificios del antiguo centro penal como la capilla y la capitanía, pero los recursos no han sido suficientes y el lugar se ha estado deteriorando, a lo que se suman actos de vandalismo.
La actual administración de Carlos Alvarado anunció hace una semana una “ruta de reactivación” del sitio, con el fin de convertirlo en un atractivo turístico sostenible y una fuente de reactivación económica para las comunidades del golfo de Nicoya, en la provincia de Puntarenas.
La riqueza del patrimonio arquitectónico corre un grave riesgo debido a su deterioro y falta de mantenimiento, y que la escasez de personal de vigilancia aumenta la vulnerabilidad de las estructuras patrimoniales, el bosque seco y la zona marítima de la isla.
El plan –que ya cuenta con una inversión pública de unos US$ 2,4 millones–, prevé el primer semestre de 2021 como el momento para iniciar la construcción de las obras.
En el corto plazo está previsto guardaparques y policías con presencia diurna y nocturna, el acondicionamiento de una casa para esos funcionarios, la rehabilitación de un sendero y la intervención de estructuras patrimoniales urgentes.
La cárcel, que había sido cerrada en 1991, comenzó a funcionar bajo las órdenes del dictador Tomás Guardia (1831-1882). En un principio, allí se enviaba a los “políticos indeseables” y luego a los delincuentes más violentos del país.
Algunos políticos durante las campañas manifiestan promesas de construir un nuevo centro penal para recluir allí a los delincuentes más peligrosos, sin embargo, es poco probable que ello suceda.
En la cárcel de San Lucas se cometían numerosas violaciones a los derechos humanos y se exponía a los reos a condiciones infrahumanas como castigo.
El principal relato de lo que ocurrió en esa cárcel se recoge en la novela La isla de los hombres solos, publicada en 1972 por el costarricense José León Sánchez, quien estuvo preso ahí entre 1950 y 1988.
Uno de los principales atractivos turísticos de isla San Lucas son los cientos de escritos que se aprecian en las paredes de las celdas, así como grandes dibujos con alto contenido sexual y uno sobre el exfutbolista brasileño Pelé.
Al sitio hay cierta afluencia de turistas que además de la antigua cárcel pueden caminar por el bosque tropical seco que rodea el lugar.
La isla posee sitios arqueológicos indígenas, biodiversidad, así como playas donde en algún momento existió interés de construir complejos hoteleros.
EFE
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