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El uruguayo a Facebook, los ayudantes en crear aviones y el kit diagnóstico: lo que el 2020 nos dejó

El desarrollo en una semana de una app para combatir la pandemia y la elección de científicos locales para crear un kit diagnóstico revalorizaron la capacidad científica y tecnológica de Uruguay, entre otros logros y distinciones
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29 de diciembre de 2020 a las 05:02

En un año marcado por la pandemia, los científicos y desarrolladores tecnológicos uruguayos han mostrado su importancia en el país y en el mundo con logros y distinciones.

Si hay algo que dejó esta emergencia sanitaria es la valorización de la ciencia como nunca antes había ocurrido. Al menos así lo estableció en una entrevista con El Observador el coordinador del Grupo Asesor Honorario Científico, Rafael Radi: “Se visibilizó el rol de los científicos. Con esta intensidad y numerosidad creó que por primera vez en la historia del país”. El primero y fundamental fue el desarrollo del kit diagnóstico. A solo 15 días de haberse iniciado la pandemia, el gobierno evaluó la posibilidad de adquirir kits y traer tecnología y científicos de Corea del Sur. En una reunión con las autoridades, el director ejecutivo del Instituto Pasteur de Montevideo, Carlos Batthyány, les dijo que si confiaban en los científicos uruguayos no iba a haber problema de escasez.

Finalmente, el gobierno apostó a la ciencia local. Así se creó un test que aumentaba la capacidad de diagnóstico de coronavirus en el país, en un momento donde los kits escaseaban en el mundo.

El logro fue de los equipos de virología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República y el Instituto Pasteur de Montevideo.

Según indicaron, los investigadores se basaron en modelos científicos que divulgaron otras universidades en el mundo para llegar a este resultado, que permite desarrollar un test PCR en tiempo real. Esto permitió dar un paso en la llamada soberanía científica y tecnológica.

Tal fue el éxito de este logro que la revista Nature distinguió a Gonzalo Moratorio, uno de los miembros de este equipo, como uno de los científicos más importantes del mundo en 2020, que logró evitar decenas de muertes gracias a este incremento en la capacidad de testeo.

Gonzalo Moratorio

A mediados de mayo, los investigadores uruguayos obtuvieron los genomas completos de SARS-CoV-2. Los investigadores aseguraron que estos resultados, que marcaron un hito en los estudios de estos virus en el país, brindaron información sobre el origen de la pandemia y los cambios genéticos que se dan respecto a cepas detectadas en Wuhan, China, sitio de donde emergió el virus. De hecho, se supo gracias a esta tarea científica que el nuevo coronavirus llegó a fin de febrero desde Canadá y España.

Desarrollo tecnológico

El aporte del sector privado ha sido clave en el combate de la pandemia. Al menos para desarrollar la app Coronavirus UY, que en menos de una semana desde que el gobierno había decretado la emergencia sanitaria ya estaba disponible en las tiendas de aplicaciones.

El conocimiento de Genexus en este tema fue clave. Su relacionamiento con directivos de Apple, Facebook y Google les permitió que autorizaran la app más rápido que en los tiempos habituales.

Además, fue clave el rol de decenas de empresas más, sumados al aporte de la Agencia del Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información (Agesic).

Al principio, crearon una app que permitía reportar síntomas y anunciar que el usuario había estado en contacto con un positivo. Luego fue sumando funciones. La más importante es el sistema de alertas de exposición, que advierte a los usuarios que están en contacto con alguien infectado cuando están ubicados a menos de cinco metros y por al menos cinco minutos. Uruguay fue el primer país de Latinoamérica en disponer de este sistema, informaron las autoridades.

Si de desarrollos tecnológicos se trata, la convocatoria de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación para el combate a la pandemia también ha tenido un rol clave, sobre todo pensando si la situación sanitaria se pudiese descontrolar. Fue así que un grupo de empresas conformadas por decenas de ingenieros y médicos desarrollaron dos proyectos para crear respiradores con el objetivo de atender a enfermos graves de covid-19. Tras adjudicar $ 6 millones a los dos proyectos, se crearon 50 respiradores.

La impresión 3D y otros desarrollos

Bien al principio de la pandemia, la Universidad Tecnológica (Utec) y algunas empresas privadas decidieron fabricar con sus impresoras 3D decenas de mascarillas de plástico para evitar contagios a la hora de tratar con enfermos de covid-19.

Cuando la emergencia sanitaria ya llevaba algunos meses, Uruguay recurrió a este mecanismo tecnológico para acceder a hisopos, indispensables para llevar a cabo los hisopados.

La Universidad de la República, a través de la Facultad de Química, de Ingeniería (Fing) y de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (Fadu), primero donaron alguna de sus creaciones y luego desarrollaron el producto "en todo el ciclo", para luego llevar a cabo la "transferencia tecnológica" a empresas que lo fabricaran.

También hubo un aporte de Fernando Muslera a una empresa ubicada en el Polo Tecnológico de Pando, que también permitió desarrollar hisopos “made in” Uruguay y lograr “una pizca” de soberanía tecnológica.

La Facultad de Ingeniería ha desarrollado proyectos propios en conjunto con otras facultades del país. Docentes de esa institución en conjunto con la Facultad de Ciencias y la Escuela de Diseño de la Udelar desarrollaron un sistema para desinfectar las mascarillas de forma que pudiesen volver a ser utilizadas. El equipo, que utiliza irradiación de luz ultravioleta-C germicida de alta intensidad, permite desinfectar cinco unidades por vez, lo que es suficiente para cubrir las necesidades de un hospital.

Entre videojuegos, ciberseguridad y aviones

Ajeno al mundo del coronavirus, ha habido novedades que han marcado hitos en la industria tecnológica nacional.

Uno de ellos fue el logrado por Ironhide Games, la empresa de videojuegos más exitosa del país. Logró estar esta semana entre los 12 más vendidos del mundo para computadoras, algo que nunca había sucedido con cualquier otra creación uruguaya.

Kingdom Rush Vengeance llegó a ocupar la posición 12 en el mundo, superando en copias vendidas en un día a títulos como Fall Guys (en la tienda de Estados Unidos), al Need for Speed™ Heat o al NBA2K21. En la tienda de EEUU del jueves estuvo un puesto por debajo de FIFA 21, el videojuego de fútbol más vendido del mundo.

A fin de año, llegaron algunos reconocimientos de revistas especializadas en videojuegos.

Es el caso de Laia Barboza, una de las directoras de la Cámara Uruguaya de Desarrolladores de Videojuegos que fue distinguida como una de las 100 personas que está cambiando el mundo de esta industria.

Le destacan que ha sido una parte clave de Girls in Tech Uruguay desde 2015, una actividad que promueve la participación de las mujeres en la tecnología y además su rol como directiva de la Cámara Uruguaya de Desarrolladores de Videojuegos desde 2016.

Laia Barboza.

"Sin duda poder poner a Uruguay en el mapa es siempre algo que me da mucha satisfacción, sobre todo para dar visibilidad a todas las cosas que pasan en nuestro país en una industria tan importante y relevante como la de los videojuegos. A veces uno está metido en la rosca de hacer cosas, y este tipo eventos son una instancia sana para mirarlo de afuera y replantear objetivos", contó a Cromo.

Y si de logros internacionales se trata no se puede olvidar a una de las mentes tecnológicas más brillantes del país. Se trata de Ezequiel Pereira, un uruguayo de apenas 20 años, estudiante de la Facultad de Ingeniería, que luego de hackear a Google y recibir decenas de miles de dólares como recompensa, fue contratado por Facebook.

Ezequiel Pereira.

Ezequiel, que viajará a las oficinas de la red social en Londres el año próximo, trabajará ahora del otro lado de mostrador. Se trata de Whitehat, el programa de recompensas de la plataforma, que recibe reportes de fallas de ciberseguridad de usuarios en todo el mundo y da dinero a cambio.

Las buenas noticias y los reconocimientos uruguayos también abarcaron a la computación cuántica, un área que está en sus primeros pasos, pero que en Uruguay ya existen sólidos grupos que exploran sus potencialidades.

Una solución hecha en Uruguay encantó este año al fabricante de aviones Airbus, que busca nuevas formas de crearlos. Con esta tecnología es posible realizar operaciones de manera mucho más rápida y veloz, de manera más optimizada.

El grupo uruguayo, integrado por ingenieros industriales, telemáticos, civiles e informáticos, trabajó desde marzo a octubre del año pasado buscando un algoritmo que permitiera ayudar a aproximarse a la solución.  Los investigadores pensaron en cómo lograr que en una bodega con capacidad para 40 lugares, la aerolínea tuviera 60 contenedores para colocar (la cual adentro tiene valijas y otras mercancías).

Esta variable debía mezclarse con otra muy importante: determinar cuál es el centro de gravedad de la aeronave.

Otros hallazgos científicos

Juan Pablo Tosar logró revelar acciones de las células que se desconocían. Según cuenta una nota de la BBC, el uruguayo descubrió que los complejos dentro de las células donde se fabrican las proteínas, llamados ribosomas, también existen fuera de las células, en el espacio entre ellas.

Según indicó, su hallazgo podría tener impactos prácticos para millones de personas, a través de diagnósticos más tempranos de enfermedades como el cáncer.

Su estudio fue tapa de una publicación científica prestigiosa de la Universidad de Oxford y también fue tema de una nota en la otra muy célebre revista Nature.

Diciembre fue un mes de otras distinciones científicas a los desarrollos uruguayos. La Iniciativa Chan Zuckerberg, creada por el fundador de la red social Facebook y su esposa, otorgó uno de sus premios al bioquímico Leonel Malacrida, quien es investigador del Instituto Pasteur de Montevideo.

Lo que propuso fue la creación de una Unidad de Bioimagenología Avanzada (UBA) con el objetivo de crear un laboratorio nacional que dé acceso a todos los investigadores del país a instrumentos imagenológicos de última generación.

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