Vea la entrevista completa con Ferran Adrià, uno de los mejores chefs del mundo

El hombre considerado uno de los mejores chefs del mundo quiere volver a empezar. La gastronomía, área que el español Ferran Adrià supo dominar y que llevó a los extremos con su cocina molecular y su trabajo en el restaurante El Bulli, necesita ahora orden. Para ello, trabaja en un proyecto con varias ramas enfocadas en la innovación, la creatividad, el aprendizaje y el conocimiento.

"Hicimos cosas que a la gente le cambiaron la vida. No en comida, en la experiencia", resumió Adrià sobre su trabajo con El Bulli en entrevista con Cecilia Bonino, en El Observador TV, en el marco de el evento Move Movistar. El mítico restaurante, que funcionó en Cala Montjoi, Cataluña, hasta 2011, llegó a rechazar más de dos millones de reservaciones en un año."Aún hoy es polémico y está cerrado", afirmó.

"Nosotros buscamos convertir una experiencia gastronómica en un lugar de reflexión. Fuimos capaces de darte algo que no te gustara. Un restaurante es para comer y que te gusten las cosas, por eso casi nadie entendía a El Bulli", explicó el chef español. Es que en su trabajo, el arte era más importante que saciar el apetito: "La vanguardia es algo radical, la vanguardia te va a molestar".

Ahora, con el restaurante cerrado de forma voluntaria, Adrià mantiene varios proyectos. Uno de ellos es El Bulli 1846, donde se ubicaba el antiguo restaurante. Se trata de un lugar que no está abierto al público. Allí, se experimenta con los límites de la gastronomía. Se trabaja con performances culturales y artísticas y exposiciones, todo lo cual se difundirá a través de internet.

Por otra parte, está El Bulli Lab que, bajo el lema "comer conocimiento para alimentar la creatividad" busca experimentar en algo que va más allá de la gastronomía. Con foco en el conocimiento y la tecnología, el espacio convoca a 80 personas entre las que hay programadores, ingenieros, periodistas, artistas y hasta filósofos que se dedican de lleno a la investigación.

Cuando le preguntan por su ego, la respuesta de Adrià se dirige a sus logros. "He conseguido mil veces lo que soñaba", respondió sin modestia. "Es que solo viendo mi pasado, puedo vivir de ese ego", agregó. Sin embargo, y a pesar de ser el primero en reconocer sus méritos, Adrià –que supo ser una de las 100 personas más influyentes del mundo según la revista Time – explicó que no tiene un equipo. Él es parte del equipo.

No tenía oficina, no iba a trabajar en un auto caro y así como era el último en llegar, también era el último en irse, contó. Este nivel de compromiso es lo que cree que le dio la ventaja. No solo generó un ambiente en el que todo el equipo se enfocaba totalmente a una tarea, sino que son varias las oportunidades en que ha comentado cómo el tiempo de dedicación, junto con el talento, hace al dominio de una disciplina.

Pero ahora que ya lo ha tenido todo, Adrià quiere más. Y esto no está necesariamente en seguir creciendo como chef o alimentar su ya inflada lista de reconocimientos. Ahora, se trata de volver a los orígenes, a cómo ocurre el conocimiento, cómo se genera la innovación y cómo todo esto se relaciona con el aprendizaje.

Otro de sus proyectos es La Bullipedia que, según dijo a CNN en 2014, será "la mayor disrupción del conocimiento en internet desde el surgimiento de la Wikipedia". Pretende ser una gran enciclopedia de la cocina. Lo que Adrià está intentando es contener todos los conceptos teóricos vinculados a la cocina en una misma plataforma digital y para ello, se nutrirá de su experiencia y del trabajo de El Bulli Lab.

Podría parecer que el chef pasó de la vanguardia a la retaguardia, pero no. Darle valor a todo lo que se ha hecho hasta ahora, tiene mucho de revolucionario para él. Es que con todo lo que hay para ordenar y sintetizar, el reto es enorme. "Mi challenge ('desafío' en inglés) no está en la cocina. Es algo que seguramente las personas no entienden. ¿Yo qué challenge voy a tener en la gastronomía si lo conseguí todo?", sostuvo el español de 53 años.

En un mundo donde cada vez es más difícil ser vanguardia, Adrià opina que la gastronomía se está escapando del plato. "En la experiencia de comer, el limite ahora está en lo que no es comida, en cómo se sirve, quién lo sirve", indicó. Sin embargo, para que esto funcione, lo tienen que hacer los mejores: "La provocación es fácil. Montamos un restaurante donde los chicos y chicas se queden en pelotas y salimos mañana en todos los noticieros del mundo".

Sobre el futuro de El Bulli, Adrià fue más enigmático: "Cada vez vamos a ir subiendo el nivel y nos vamos a transformar en más El Bulli, que va a ser muy radical".