Lula en su llegada al Parlamento

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Vitoreado, Lula asumió por tercera vez la presidencia de Brasil: “Ganó la democracia”

Frente al Congreso, el mandatario se comprometió a “rescatar a 33 millones de personas del hambre y rescatar de la pobreza a más de 100 millones de brasileños que han soportado la carga más pesada del proyecto de destrucción nacional que hoy termina”
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01 de enero de 2023 a las 15:57

“Ganó la democracia” fue la primera definición fuerte que Luiz Inácio Lula da Silva pronunció en su discurso en el Congreso, luego de jurar por tercera vez como presidente de Brasil.

El flamante mandatario se comprometió a lograr, tal como lo había prometido en sus gobiernos anteriores, que “cada brasileño tenga tres comidas al día”.

Lula da Silva resaltó la democracia como el valor que primó en su triunfo: “A lo largo de esta campaña electoral vi brillar la esperanza en los ojos de un pueblo que sufría, como consecuencia de la destrucción de políticas públicas que promovían la ciudadanía, los derechos esenciales, la salud y la educación”, sostuvo.

Dijo además que “bajo los vientos de la redemocratización decíamos: ¡dictadura nunca más! Hoy, tras el terrible reto que hemos superado, debemos decir: ¡democracia para siempre!”.

Asimismo, adelantó que hoy mismo firmará medidas de reorganización de las estructuras del Poder Ejecutivo “para que el Gobierno vuelva a funcionar de forma racional, republicana y democrática”.

“El mandato que hemos recibido, frente a adversarios inspirados en el fascismo, será defendido con los poderes que la Constitución confiere a la democracia. Al odio responderemos con amor. A la mentira, con la verdad. Al terror y a la violencia responderemos con la Ley y sus más duras consecuencias”, agregó.

Se demostró que sí era posible gobernar este país con la más amplia participación social, incluyendo a los trabajadores y a los más pobres en el presupuesto y en las decisiones de gobierno”, afirmó después.

Y agregó: “Se ha demostrado que un representante de la clase trabajadora sí podría dialogar con la sociedad para promover el crecimiento económico de forma sostenible y en beneficio de todos, especialmente de los más necesitados”.

Diagnóstico “terrible”

Luego advirtió: “El diagnóstico que recibimos del Gabinete de Transición es terrible. Los recursos sanitarios se han vaciado. Han desmantelado la educación, la cultura, la ciencia y la tecnología. Destruyeron la protección del medio ambiente. No dejaron recursos para comidas escolares, vacunación, seguridad pública”.

También se comprometió a ayudar a los más postergados: “Ninguna nación se ha levantado ni puede levantarse sobre la miseria de su pueblo. Este compromiso empieza por garantizar un Programa Bolsa Família renovado, más fuerte y más justo para atender a los que más lo necesitan”, señaló.

Asimismo, adelantó que las primeras acciones del Gobierno tendrán como objetivo “rescatar a 33 millones de personas del hambre y rescatar de la pobreza a más de 100 millones de brasileños que han soportado la carga más pesada del proyecto de destrucción nacional que hoy termina”.

Deforestación cero

También enarboló como objetivo primordial lograr la deforestación cero en la Amazonia y la emisión cero de gases de efecto invernadero en la matriz eléctrica, además de estimular la reutilización de pastos degradados. “Brasil no necesita deforestar para mantener y ampliar su frontera agrícola estratégica”, aseguró

“Crear, plantar y cosechar seguirá siendo nuestro objetivo. Lo que no podemos aceptar es que sea una tierra sin ley. No toleraremos la violencia contra los más pequeños, la deforestación y la degradación del medio ambiente”, agregó.

Y de inmediato justificó la creación del Ministerio de Pueblos Indígenas: “Nadie conoce mejor nuestros bosques ni es más eficaz para defenderlos que quienes estuvieron aquí desde tiempos inmemoriales. Revoqueemos todas las injusticias cometidas contra los pueblos indígenas”, explicó.

A continuación, se refirió a la refundación del Ministerio de la Mujer “para demoler este castillo de desigualdad y prejuicios”, dijo. Y agregó: “Es inaceptable que las mujeres cobren menos que los hombres por el mismo trabajo. Es inaceptable que sean acosados impunemente en la calle y en el trabajo. Que sean víctimas de la violencia dentro y fuera del hogar”.

Y cerró el discurso entre vítores con dos consignas: “¡Viva la democracia” y “¡Viva el pueblo brasileño!”.

Le respondieron desde el público con otra: “Lula guerrero del pueblo brasilero”.

La llegada al Congreso

Antes de asumir, Lula recorrió el trayecto que une la Catedral de Brasilia con el Congreso. De pie, saludando desde el Rolls Royce negro, y acompañado por su mujer, el vicepresidente Geraldo Alckmin y su esposa, exactamente a las 14.30 de este domingo Luiz Inácio Lula da Silva comenzó a la cabeza de una caravana el desfile que lo llevó hacia el Congreso para recibir la banda presidencial.

Enfundado en un traje azul, con camisa blanca y corbata al tono, el presidente brasileño saludó durante todo el trayecto, de unos dos kilómetros, al público reunido para verlo pasar levantando alternativamente sus manos derecha e izquierda.

La primera dama Rosângela Silva, conocida como Janja, eligió un traje dorado con detalles bordados para vestir en la toma de posesión, mientras la esposa del vicepresidente, Lu Alckmin, lució un vestido blanco en el evento. Geraldo Alckim también eligió vestir un traje azul, pero a diferencia de Lula, con corbata roja.

El auto descapotable en el que Lula llegó al Congreso viajó durante dos kilómetros, desde la Catedral Metropolitana, en medio de un impresionante operativo de seguridad. A su paso, el mandatario electo fue vivado por miles de seguidores, que festejan su llegada al poder.

A las 14.41 descendió frente al Palacio del Congreso y caminó por una alfombra roja junto al vicepresidente y sus respectivas esposas y escoltado por autoridades parlamentarias.

En el interior lo esperaban 17 jefes de Estado que viajaron para participar del acto, entre ellos el presidente argentino, Alberto Fernández, el rey Felipe VI de España, el mandatario de Ecuador, Guillermo Lasso; el colombiano Gustavo Petro, el uruguayo Luis Lacalle Pou y el boliviano Luis Arce.

También lo recibieron representantes de más de 120 países y expresidentes como José Pepe Mujica y Julio María Sanguinetti, de Uruguay, y Evo Morales, de Bolivia.

Antes de la investidura se realizó un minuto de silencio por las muertes del astro futbolístico brasileño, Edson Arantes do Nascimento, Pele, y del pontífice emérito Benedicto XVI, y luego se entonó el himno nacional de Brasil.

Exactamente a las 15.04, Lula juró como presidente de la República Federativa de Brasil.

“Prometo mantener, defender y cumplir la Constitución, observar las leyes, promover el bien general del pueblo brasileño, sustentar la unión, la integridad y la independencia de Brasil”, declaró con la mano sobre la Constitución y fue vitoreado por los presentes en el recinto con un insistente “Olé-olé-olé, Lula, Lula”.

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