El gobierno de Daniel Ortega se resiste a convocar elecciones anticipadas y el Ejército anunció que no reprimirá las protestas

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Ortega evade diálogo y reprime a resistencia popular en Nicaragua

Manifestaciones contra el gobierno se intensificaron y ya se registraron al menos 52 muertos
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14 de mayo de 2018 a las 05:00
Nicaragua vivió horas de profunda tensión este domingo con miles de personas manifestando en las calles contra el presidente Daniel Ortega y a un día de cumplirse un plazo dado por la iglesia católica para que el gobierno cree las condiciones para iniciar un diálogo que luce esquivo.

Los bloqueos de carreteras y marchas continuaban en ocho departamentos, incluida la capital, donde miles de personas se desplazaron a Masaya, 30 km al sur, que el sábado sufrió horas de "terror y zozobra" ante una feroz represión que dejó un muerto y 150 heridos, según la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH).

Los obispos demandaron el viernes a Ortega que previo al diálogo permita el ingreso de la CIDH, cesar la represión, retirar a grupos paramilitares y no obligar a empleados públicos a acudir a manifestaciones partidarias.

El exdiplomático y opositor Mauricio Díaz dijo a la AFP que Ortega respondió con una carta "llena de ambigüedades donde no hay un compromiso de cumplir" con las demandas y por el contrario arreció la represión entre viernes y sábado.

Muere la esperanza de diálogo

El obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, miembro de la comisión que prepara el diálogo, escribió en Twitter que el secretario de la CIDH dijo que no han recibido la anuencia del gobierno para viajar a Nicaragua.

El Centro Carter, que envió a un equipo al país centroamericano, llamó el sábado a Ortega, a través de Twitter, a detener la violencia y la represión y "demostrar buena voluntad de ir al diálogo".

En este escenario el Ejército instó en la medianoche del sábado a "detener la violencia y otras acciones desestabilizadoras", y se declaró a favor del diálogo con mediación de la iglesia católica.

Desde la institución castrense, cuyo jefe supremo es Ortega, se aseguró en declaraciones a la AFP que se "no reprimirá" las protestas de la población, dijo el vocero del Ejército de Nicaragua, el coronel Manuel Guevara.

"No tenemos por qué reprimir", dijo Guevara, y aseguró que los militares se apegarán a la Constitución, que los mandata a "proteger objetivos vitales para el funcionamiento del país", según citó El País de Madrid.


No obstante, la posición de los militares despertó criticas en sectores opositores que esperan "un mensaje más claro" que ayude a evitar que se siga la destrucción en el país.

A juicio del exdiplomático y analista Róger Guevara, Nicaragua intentará superar la crisis mediante "un diálogo que no parece avanzar, pero que es lo más saludable dentro del plano de soluciones pacíficas" pese al rencor que hay por las vidas perdidas.

El sociólogo y académico Cirilo Otero dijo a la AFP que no se trata que los militares den un golpe de Estado "sino que convenzan a Ortega de convocar a elecciones transparentes", pues considera que el diálogo "nació muerto".

"Vacío de poder"

"La gente perdió el miedo y el respeto a Ortega y a su vicepresidenta y esposa Rosario Murillo. Esto no es gobierno. Lo que hay en Nicaragua es un vacío de poder y liderazgo político", indicó Otero.

Durante 25 días de protesta Ortega se ha dirigido a la nación cuatro veces, la última el sábado en medio de los disturbios en Masaya, para enviar un mensaje a través de una llamada telefónica de un minuto transmitida por los medios oficiales.

"Queremos reiterar el llamado y el compromiso de ponerle fin a la muerte y la destrucción. Que no se siga derramando sangre de hermanos", dijo el mandatario.

"En ese mensaje Ortega llamó a la reconciliación y al amor, pero por otro lado vi, una movilización de antimotines hacia Masaya, donde hubo una acción represiva tremenda", apuntó el exdiplomático Díaz.
La represión contra las manifestaciones es "exagerada y absolutamente desigual" porque el gobierno no se enfrenta a una revuelta armada: "la gente anda en las calles con piedras, palos y banderas" pidiendo justicia y libertad, agregó.

Las protestas, que iniciaron estudiantes el 18 de abril contra una reforma a la seguridad social y que se extendieron a otros sectores en rechazo a la represión y para exigir libertad y democracia. Hasta ahora el saldo no oficial de las protestas es de 52 muertos.


La crisis ha evidenciado contradicciones internas en el gobierno, considero Díaz, que actúa en forma "totalmente irregular".

"No hay una sola voz; no se sabe realmente quién esta al frente del Ejecutivo, si es Ortega, Murillo o son otros dirigentes del Partido Frente Sandinista", agregó.

"Igual que Somoza"

Ortega, un exguerrillero de 72 años, gobernó tras la victoria de la revolución sandinista (1979-90) que puso fin a la dinastía de la familia Somoza, y retornó al poder en 2007.

"La gente exige un cambio porque llegó a la convicción de que el régimen (de Ortega) no tiene nada que ofrecer para el futuro del país", advirtió en su blog el exdiputado de la disidencia sandinista, el abogado y economista Enrique Sáenz.

Ortega es "igual que Somoza. La diferencia está en que Somoza enfrentaba una insurrección armada (y) Ortega se ensaña en una insurrección cívica desarmada", apuntó Sáenz.

Masaya, la ciudad que resiste la represión

"¡Patria libre o morir!" gritaban este domingo miles de nicaragüenses que marcharon hasta la combativa y "heroica" ciudad de Masaya, cuya población ha sido blanco en los últimos días de una feroz represión, incendios y saqueos que dejaron al menos un muerto y 150 heridos. La marcha salió en caravana de Managua y ciudades aledañas hasta Masaya, donde el sábado la población resistió con piedras, morteros caseros y hondas la embestida de la policía, que este domingo se había replegado a sus cuarteles.

Lo que ha pasado en Masaya fue "una salvajada de parte del gobierno. Después de lo que hizo, Daniel Ortega necesita irse", dijo a la AFP Néstor Rocha, integrante de la caravana.

Fue Monimbó –bastión de la lucha sandinista contra la pasada dictadura de los Somoza (1934-1979)– donde se desataron los enfrentamientos más violentos que sacudieron a Masaya desde el viernes.
La policía atacó mientras la población, desesperada, buscaba refugio en sus casas o para defenderse tras las barricadas.





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