Mundo > Polémica
Papa defiende a obispo acusado de encubrir abusos en Chile
Pontífice concluyó visita a ese país en medio de controversias
Tiempo de lectura: -'
19 de enero de 2018 a las 05:00
Indígenas expoliados, migración ilegal, escándalos de pederastia en la Iglesia. El papa terminó este jueves una visita a Chile jalonada por polémicas, antes de viajar a Perú.
En su última misa, realizada en una playa del Pacífico, en el norte de Chile, ante 50.000 personas, el papa habló del asunto más emblemático de su pontificado: la defensa de los migrantes.
Defensor de las "periferias" a donde vaya, el pontífice argentino, de 81 años, eligió Playa Lobito, a 20 km de Iquique para enarbolar la defensa de los migrantes, un día después de abogar en Temuco, en plena tensión por el conflicto mapuche, por la unidad y el reconocimiento de los pueblos originarios y condenar la violencia.
"No hay una sola prueba en contra, todo es calumnia ¿Está claro?", contestó el papa a periodistas chilenos que le preguntaron a su llegada a Iquique por qué no apartaba al obispo Juan Barros.
Nombrado en enero de 2015 por el papa obispo de Concepción, Barros, de 61 años, está acusado por las víctimas del sacerdote Fernando Karadima, uno de los casos más emblemáticos de los abusos del clero en Chile, condenado por el Vaticano en 2011 por pederastia, de encubrirlo.
"El día que me traigan una prueba contra el obispo Barros, ahí voy a hablar", aseguró el pontífice. El obispo acompañó al papa durante su visita al país. En Santiago y en Temuco concelebró las multitudinarias misas y también estuvo presente en Iquique, donde un abrazo del papa inflamó las redes sociales.
"¡Como si uno hubiese podido sacarse una selfie o foto mientras Karadima me abusaba a mi o a otros con Juan Barros parado al lado viéndolo todo!", replicó tras las declaraciones del papa en su cuenta de Twitter, Juan Carlos Cruz, una de las víctimas del sacerdote, del que se hizo una película.
Cerca de 80 religiosos están acusados de haber perpetrado abusos sexuales a menores desde el año 2000.
Este martes el papa había recibido a un pequeño grupo de víctimas de abusos sexuales perpetrados por sacerdotes, con los que lloró, según el Vaticano, después de manifestar su "dolor" y su "vergüenza" por estos abusos.
"Estemos atentos a todas las situaciones de injusticia y a las nuevas formas de explotación", a la "precarización del trabajo", a que se "aprovechen de la irregularidad de muchos inmigrantes" y a la "falta de techo", dijo el pontífice.
Muchos inmigrantes en esa zona viven en campamentos improvisados sin servicios mínimos.
Chile se transformó en los últimos años en receptor de inmigrantes, principalmente por su frontera norte, por donde se registra un intenso ingreso irregular de extranjeros procedentes principalmente de Colombia, Haití, República Dominicana y Ecuador.
Más de medio millón de extranjeros viven hoy en situación legal en el país, según datos oficiales, un 3% de la población de 17,5 millones. Pero según datos recientes de la prensa, sólo el año pasado llegaron cerca de 105.000 haitianos y más de 100.000 venezolanos.
El papa agradeció "la presencia de tantos peregrinos de los pueblos hermanos de Bolivia y Perú –y no se pongan celosos– especialmente de los argentinos, que son mi patria".
"Gracias a los hermanos argentinos que me acompañaron en Temuco, en Santiago acá, en Iquique", dijo el papa, que con éste ya suma seis viajes a América Latina.
El papa Francisco entronizó la imagen de María, que tiene su morada en la localidad de La Tirana, a 70 km de Iquique, como 'reina y madre' de Chile.
Antes de concluir su visita a Chile, el pontífice se reunió con víctimas de la dictadura.
Posteriormente, el pontífice llegó a Perú, donde le esperan nuevos reclamos de pueblos originarios y de ambientalistas preocupados por la explotación salvaje de sus recursos.
La visita permite a Kuczynski olvidar, temporalmente, los conflictos políticos que lo tuvieron al borde de la destitución y la polémica por el indulto que concedió al expresidente Alberto Fujimori.
Luego de saludar a obispos y autoridades, el papa fue conducido hacia la Nunciatura Apostólica.
En su última misa, realizada en una playa del Pacífico, en el norte de Chile, ante 50.000 personas, el papa habló del asunto más emblemático de su pontificado: la defensa de los migrantes.
Defensor de las "periferias" a donde vaya, el pontífice argentino, de 81 años, eligió Playa Lobito, a 20 km de Iquique para enarbolar la defensa de los migrantes, un día después de abogar en Temuco, en plena tensión por el conflicto mapuche, por la unidad y el reconocimiento de los pueblos originarios y condenar la violencia.
Defensa
Pero durante su visita a Chile, destinada en buena medida a restañar las heridas de una Iglesia chilena desacreditada por su silencio ante los escándalos de abusos sexuales del clero, el papa defendió a un obispo acusado de encubrirlos."No hay una sola prueba en contra, todo es calumnia ¿Está claro?", contestó el papa a periodistas chilenos que le preguntaron a su llegada a Iquique por qué no apartaba al obispo Juan Barros.
Nombrado en enero de 2015 por el papa obispo de Concepción, Barros, de 61 años, está acusado por las víctimas del sacerdote Fernando Karadima, uno de los casos más emblemáticos de los abusos del clero en Chile, condenado por el Vaticano en 2011 por pederastia, de encubrirlo.
"El día que me traigan una prueba contra el obispo Barros, ahí voy a hablar", aseguró el pontífice. El obispo acompañó al papa durante su visita al país. En Santiago y en Temuco concelebró las multitudinarias misas y también estuvo presente en Iquique, donde un abrazo del papa inflamó las redes sociales.
"¡Como si uno hubiese podido sacarse una selfie o foto mientras Karadima me abusaba a mi o a otros con Juan Barros parado al lado viéndolo todo!", replicó tras las declaraciones del papa en su cuenta de Twitter, Juan Carlos Cruz, una de las víctimas del sacerdote, del que se hizo una película.
Cerca de 80 religiosos están acusados de haber perpetrado abusos sexuales a menores desde el año 2000.
Este martes el papa había recibido a un pequeño grupo de víctimas de abusos sexuales perpetrados por sacerdotes, con los que lloró, según el Vaticano, después de manifestar su "dolor" y su "vergüenza" por estos abusos.
Migración
En su última misa, entre el mar y las montañas, en una región vecina a Perú y Bolivia, donde uno de cada diez ciudadanos es extranjero, el papa alertó sobre la explotación y la discriminación que sufren los inmigrantes."Estemos atentos a todas las situaciones de injusticia y a las nuevas formas de explotación", a la "precarización del trabajo", a que se "aprovechen de la irregularidad de muchos inmigrantes" y a la "falta de techo", dijo el pontífice.
Muchos inmigrantes en esa zona viven en campamentos improvisados sin servicios mínimos.
Chile se transformó en los últimos años en receptor de inmigrantes, principalmente por su frontera norte, por donde se registra un intenso ingreso irregular de extranjeros procedentes principalmente de Colombia, Haití, República Dominicana y Ecuador.
Más de medio millón de extranjeros viven hoy en situación legal en el país, según datos oficiales, un 3% de la población de 17,5 millones. Pero según datos recientes de la prensa, sólo el año pasado llegaron cerca de 105.000 haitianos y más de 100.000 venezolanos.
El papa agradeció "la presencia de tantos peregrinos de los pueblos hermanos de Bolivia y Perú –y no se pongan celosos– especialmente de los argentinos, que son mi patria".
"Gracias a los hermanos argentinos que me acompañaron en Temuco, en Santiago acá, en Iquique", dijo el papa, que con éste ya suma seis viajes a América Latina.
El papa Francisco entronizó la imagen de María, que tiene su morada en la localidad de La Tirana, a 70 km de Iquique, como 'reina y madre' de Chile.
Antes de concluir su visita a Chile, el pontífice se reunió con víctimas de la dictadura.
Posteriormente, el pontífice llegó a Perú, donde le esperan nuevos reclamos de pueblos originarios y de ambientalistas preocupados por la explotación salvaje de sus recursos.
Un respiro para el presidente
Al llegar a Perú, el papa fue recibido al pie de la escalerilla por el presidente Pedro Pablo Kuczynski y su esposa, la estadounidense Nancy Lange.La visita permite a Kuczynski olvidar, temporalmente, los conflictos políticos que lo tuvieron al borde de la destitución y la polémica por el indulto que concedió al expresidente Alberto Fujimori.
Luego de saludar a obispos y autoridades, el papa fue conducido hacia la Nunciatura Apostólica.
