Una pericia forense que se encuentra a estudio de la Justicia confirmó un caso de mala praxis médica en la atención a una embarazada a la que se le realizó una cesárea de urgencia en el hospital de Paso de los Toros (Tacuarembó) en agosto de 2013.
La joven de 18 años embarazada a término consultó por pérdida de líquido y contracciones. Estuvo en observación una hora y se le dio el alta con el diagnóstico de preparto. Cinco días después volvió al hospital de Paso de los Toros por una situación similar y los médicos decidieron hacerle una cesárea de urgencia. El bebé nació con vida pero murió una semana más tarde en el hospital de Salto, a donde había sido trasladado, por haber aspirado líquido amniótico y meconio.
La joven presentó una denuncia penal por la atención que recibió en el hospital de Paso de los Toros. El caso está a cargo del juez Jorge Tabáres y el fiscal Fernando Pérez, que en breve decidirá si pide o no procesamientos. En diciembre declararon como testigos tres peritas (dos forenses y una médica legista) del Instituto Técnico Forense que presentaron un informe sobre la actuación del personal que atendió a la joven embarazada.
El abogado de la madre del bebé fallecido, Nicolás Pereyra, dijo a El Observador que la pericia ratifica que se trató de un caso de mala praxis y que la muerte del recién nacido "se pudo haber evitado". Según Pereyra, quienes podrían llegar a tener mayor responsabilidad son una médica y una partera.
En su informe, las peritas concluyeron que "no se agotaron los recursos disponibles para la evaluación de la salud fetal. No se realizó el monitoreo electrónico fetal ni ecografía, lo que habría permitido valorar el estado de bienestar fetal y el volumen de líquido amniótico. Ello correspondía sobre todo teniendo en cuenta el motivo de la consulta (...)", sostienen las peritas.
En el mismo sentido, las peritas subrayan que al tratarse de una madre primeriza y con un embarazo de 41 semanas "debería haberse extremado la vigilancia materno-fetal manteniendo el monitoreo electrónico en forma continua (siendo que) en este caso se retiró a los 30 minutos". Además, la pericia constató una demora en la realización de la cesárea, ya que la cirugía se hizo recién "una hora después del diagnóstico de sospecha de hipoxia fetal", y no surge que el equipo quirúrgico ni el pediatra hayan sido convocados antes "a pesar de que la situación obstétrica lo justificaba".
En marzo de 2013, cinco meses antes de la cesárea que terminó con el bebé fallecido, el hospital de Paso de los Toros fue escenario de otro episodio trágico: Lucía Oliveira, una mujer de 39 años, falleció desangrada luego de dar a luz. La médica y la partera que están siendo investigadas por el caso del bebé fallecido en su momento también fueron indagadas por el caso de Oliveira.
Por lo ocurrido con la mujer, en junio de 2014 fue procesado sin prisión el médico que estaba de guardia en la emergencia en el momento en que Oliveira realizó el trabajo de parto. La mujer comenzó con hemorragias a las dos de la madrugada pero el profesional recién concurrió para asistirla en las primeras horas de la mañana.
La Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) firmó un acuerdo con la familia de Lucía Oliveira, la mujer que falleció en el hospital de Paso de los Toros luego de dar a luz en marzo de 2013, y pagó una indemnización de US$ 120 mil. ASSE, dependencia estatal que se ocupa de la gestión de los centros de Salud Pública, accedió a celebrar el acuerdo antes de que siguiera su curso el juicio civil iniciado contra el Estado.
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