Policía cambió investigadores y el Kiki cayó en tres días

Christian Damián Pastorino, alias el Kiki, se encontraba rodeado por la policía en una precaria casa de madera del barrio El Monarca cuando sobre la hora 17.30 de este martes tomó su arma y se disparó un tiro en la cabeza. Durante dos meses había logrado eludir a la policía, que lo buscaba por haber asesinado a su pareja el pasado 9 de diciembre, pero su suerte cambió cuando este sábado quedó registrado por las cámaras del supermercado Super Vero de La Blanqueada, matando a una cajera de un disparo en la espalda e hiriendo gravemente a un guardia de seguridad cuando estaba en el piso.

Ese hecho, que alcanzó gran notoriedad pública, lo convirtió, según dijo el fiscal que se encontraba de turno al momento de la rapiña, Gilberto Rodríguez, en el "hombre más buscado del país". A la policía le llevaría tres días dar con el delincuente que pasó más de dos meses fugitivo.

El fiscal de homicidios Juan Gómez –quien tomó el caso desde el lunes– dijo que la "publicidad del caso, la decisión de la autoridad policial de destinar muchos funcionarios a la búsqueda" así como "el seguimiento de noche, de madrugada y de día" y "la necesidad de dar una respuesta seria a la población en este caso, o en cualquier caso" fueron determinantes para cambiar la suerte de la policía.

Hasta el sábado, el caso del asesinato de la pareja del Kiki era seguido por personal de investigaciones de Zona IV, pero a partir de la rapiña ocurrida en el supermercado de La Blanqueada, las tareas de investigación pasaron a manos de Información Táctica de Policía de Montevideo, una unidad que se ocupa de algunos de los casos más sonados del país, como los enfrentamientos entre bandas criminales a lo largo de todo Montevideo, la fuga de Anthony Martín Rodríguez Silvera, alias Pato Feo en octubre de 2017, entre otros.

Este grupo policial puso en práctica el cambio que la fiscal de violencia doméstica Diana Salvo –quien llevaba la investigación sobre el Kiki– había solicitado al fiscal adjunto de Corte, Ariel Cancela, el viernes previo a la rapiña en el supermercado Super Vero. En esa comunicación, Salvo había transmitido su preocupación luego de que, tras más de cinco allanamientos, no se pudiera dar con el delincuente, lo que la hizo pensar –según dijo a El Observador–, que el Kiki iba siempre "un paso adelante".

Sin embargo, Cancela le explicó que el procedimiento para estos casos es que hablara con el policía a cargo del caso y que enviara un resumen con todas las actuaciones a la Fiscalía General de la Nación, lo que Salvo previó hacer este lunes.

Según reconoció Gómez, las investigaciones llevadas adelante por el equipo requirieron de "mucha inteligencia policial". Según explicó, se realizaron escuchas telefónicas, se ubicaron celulares y se determinó "más o menos" dónde podía estar escondido.

"El análisis que hacíamos era de extremo cuidado, teníamos conocimiento de que esta persona había manifestado que no se entregaría a la policía. Había un riesgo muy fuerte de que pudiera haber un enfrentamiento, que felizmente no hubo. Era muy difícil de rastrear y ubicar el lugar donde detenerlo", señaló el fiscal.

La policía llegó sobre 17.15 al barrio El Monarca (ruta 8, kilómetro 23). Ingresaron por varias viviendas que rodeaban a la pequeña casa de madera en la que se refugiaba el Kiki, y esperaron allí hasta estar listos. En el cielo, un helicóptero de la policía custodiaba el terreno.

Con la casa rodeada, y sin posibilidad de escape, uno de los efectivos se dispuso a abrir la puerta pero antes de entrar se escuchó un tiro. El Kiki se había disparado en la cabeza. Al cierre de esta edición el delincuente estaba internado en el Hospital de Clínicas con muerte cerebral. En el lugar se detuvo a un menor de edad que se alojaba con el delincuente. Además, se incautaron $ 4.300 y US$ 3. A su vez, encontraron tres armas calibre 32 y el morral que utilizó el Kiki durante el asalto del sábado.

La fiscalía también investiga a la mujer que era la propietaria de la casa donde fue encontrado el Kiki, así como personas que pudieron haber colaborado con él para mantenerse prófugo durante dos meses.

Gómez negó que haya elementos para creer que había una filtración en la policía.

La investigación en cambio apunta a otros delincuentes, quienes podrían haberlo alojado o incluso cometer rapiñas con él.

El Kiki tenía antecedentes por un delito de receptación en reiteración real con un delito de tenencia de arma de fuego, y ha sido investigado por varios ilícitos desde 2012. La primera vez que fue indagado por la policía fue en febrero de 2012 por un delito de rapiña. A eso le siguieron una anotación policial en el marco de una investigación por hurto en noviembre del mismo año, por rapiña en abril de 2013, y por violación en noviembre de ese mismo año.

La policía también lo investigó por una rapiña en setiembre de 2014 y por hurto en febrero de 2015. La última indagación fue en diciembre del año pasado, por denuncias de violencia doméstica.

Además de ser buscado por la muerte de su pareja, Pastorino es sospechoso de haber participado en un homicidio ocurrido en agosto de 2017, en un caso de presunto ajuste de cuentas. Se trata de la muerte de un joven de 18 años que fue baleado cuando circulaba en un auto en la zona de La Teja.

Luego, quien presuntamente sería el Kiki, lanzó una tela incendiada al vehículo lo que hizo que este se prendiera fuego. La madre del Kiki dijo, en entrevista a Telenoche, que su hijo la había amenazado de muerte, razón por la cual tenía custodia policial.