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Política a golpe de dólar

El dólar en Argentina cerró con un nuevo récord al público, en un contexto de incertidumbre y dudas sobre el cumplimiento del programa acordado con FMI
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17 de junio de 2018 a las 05:00
Por Fernando Gutiérrez

El diagnóstico del gobierno argentino fue contundente: no sufre tanto por la hemorragia de dólares sino por la pérdida de credibilidad del mercado.

De hecho, así lo marcó el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, cuando le preguntaron su opinión sobre la nueva corrida cambiaria que vive el país. Y el funcionario no pareció transmitir una sensación de que el tipo de cambio tenga un retraso que pueda justificar el salto devaluatorio. Más bien, atribuyó la volatilidad a una demanda del mercado por señales más claras.

La decisión por Luis "Toto" Caputo luce elocuente: no era el candidato con más pergaminos para conducir el Banco Central ni es reconocido como un experto macroeconomista. Pero, tras su pasado como "trader" del JP Morgan y del Deutsche Bank, todos le reconocen un conocimiento profundo sobre el mercado y, sobre todo, la capacidad de saber qué piensan los que están del otro lado del mostrador.

Para el gobierno argentino, Caputo –que otras veces "salvó las papas" gracias a sus contactos en Wall Street– era la carta de última instancia para recuperar la confianza perdida.

El propio Federico Sturzenegger, "renunciado" tras la nerviosa jornada financiera del jueves, fue el primero en admitir, en su carta de dimisión, que su credibilidad se había erosionado hasta el punto en que se le hacía imposible seguir.

Lo cierto es que los tiempos se aceleraron de una manera imprevista. El mismísimo día que se dio a conocer la carta de entendimiento que le envió el gobierno al Fondo Monetario Internacional, uno de los firmantes de la misiva dejó de ser funcionario.

Eso lleva a pensar que, por la mañana, el propio Mauricio Macri tenía pensado que Sturzenegger continuaría al frente del Banco Central, aun a pesar de la volatilidad que dominó al mercado cambiario.

Pero la corrida que llevó al dólar minorista a 28,43 pesos argentinos y el desplome de bonos soberanos y acciones de empresas argentinas en Wall Street fueron elocuentes de por sí: el mercado le estaba comunicando al gobierno que no habría más margen. El 20 de junio, día previsto para el ingreso de la primera cuota de US$ 15.000 millones del FMI, parecía largo plazo. Había que hacer algo de inmediato para recuperar la credibilidad perdida.

Sturzenegger probablemente haya sido el más sorprendido: ya había sacado el pasaje de avión a Basilea, donde pensaba viajar el fin de semana para entrevistarse con los funcionarios del Banco Central chino y renegociar el swaps de monedas.

Cuesta creerlo, pero fue apenas una semana atrás que, sonriente y con indisimulable sensación de triunfo, el ahora extitular del Central anunciaba, junto al ministro Dujovne, el acuerdo por los US$ 50.000 millones. Ese día, ambos destacaron el respaldo internacional y credibilidad que el mundo financiero estaba dejando en evidencia, al autorizar un monto 1.100% superior a la cuota del país en el FMI.

Impregnado de ese clima triunfalista, Sturzenegger anunciaba que al día siguiente se levantaría el techo de 25 pesos argentinos que le había impuesto al dólar, porque las condiciones habían cambiado. Y que, en adelante, habría un sistema de libre flotación.

La respuesta del mercado fue contundente: el acuerdo con el FMI no había eliminado la incertidumbre sobre los problemas de fondo de la economía. Y, en consecuencia, había una única pregunta que los operadores se hacían todos los días: ¿cuál sería el nivel de tipo de cambio para corregir los desequilibrios?

Caputo debuta con señales

Las primeras horas de Luis "Toto" Caputo al frente del Banco Central son materia de estudio por los analistas del mercado, que tratan de interpretar señales respecto de cuál será la estrategia del funcionario para superar la volatilidad cambiaria.

Y el primer tema del que tomaron nota los analistas es que el Banco Central se abstuvo de intervenir en el mercado. El volumen negociado fue muy bajo (US$ 590 millones), lo que implica que habría sido relativamente fácil para Caputo marcarle un "techo" al dólar.

Sin embargo, prefirió que la divisa flotara y no pareció preocuparse por el hecho de que superara el nivel al que había cerrado ayer, la jornada que marcó el "no va más" para Sturzenegger. Finalmente, cerró en el nuevo nivel récord de 28,10 pesos en el mercado mayorista y a 28,85 para el público.
Por ende, la especulación que se hace a esta hora en la City es que Caputo podría estar considerando que se produzca ahora una suba en un mercado prácticamente sin oferta, aun cuando eso pudiera implicar una disparada por encima de lo que los economistas prevén como nuevo precio de equilibrio.

En la jerga financiera, lo que se llama un "overshooting". Consiste en dejar que deslice la cotización hasta que el precio tiente a vendedores y, a partir de allí, dejar que el mercado corrija a la baja, con el consiguiente "castigo" para los que habían comprado en el pico de la corrida.

Es una jugada arriesgada si el Banco Central tiene pocas reservas –porque ahí no habría techo a la vista–, pero no para un funcionario que recibirá una billetera de US$ 7.500 millones como consecuencia del acuerdo con el Fondo Monetario.

Caputo, para los que lo conocen de su pasado como "trader" del mercado financiero, no es un funcionario que pueda temerle a estos movimientos y, por lo tanto, la especulación es que la suba del día de su debut pueda formar parte de la estrategia.

Por otra parte, la política de libre flotación está en línea con lo que pide el FMI, que no está dispuesto a que los dólares de su préstamo "stand by" sean utilizados para sostener un tipo de cambio específico y de esa forma subsidiar a los argentinos que hacen turismo en el exterior.

Para la apertura del lunes, la expectativa del mercado es que haya una "tregua". Hay una versión en el sentido de que Caputo habló con exportadores para que liquiden US$ 300 millones, una cifra que, en este contexto de bajo volumen, parece suficiente para traer calma.

Por otra parte, se espera con ansiedad la respuesta de los inversores a la emisión de dos nuevos bonos, con los cuales el nuevo titular del Central espera que puedan entrar US$ 4.000 millones de manos privadas.

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