La proporción de vacas de cría y terneros en el rodeo nacional supera el 60%.<br>

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Preguntas claves en el Uruguay ganadero

Preocupa saber si habrá condiciones de competitividad para que los terneros que se van en barco queden pastando porque sea mejor negocio esperarlos y vender la carne, pero también si la producción de terneros crecerá lo suficiente como para que la industria no se quede sin novillos
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06 de julio de 2018 a las 05:00
Por Blasina y Asociados, especial para El Observador

A pesar de la sequía que impactó sobre todo en los primeros meses de este año, puede subir la cantidad de terneros que nazcan en la próxima primavera y sean contabilizados el próximo año. Pero, a pesar de que la producción de terneros se estabiliza y tiende a subir, en el rodeo uruguayo cada vez hay menos novillos. Es que cada vez más terneros y novillos de menos de dos años son exportados en pie. En esa tensión se mueve la ganadería.

La exportación en pie ha estabilizado los precios y permitirá contabilizar al 1º de julio de este año una cantidad récord de vacas entoradas.

Pero los industriales ven con preocupación una población decreciente de novillos. ¿Logrará la producción de terneros aumentar lo suficiente para reabastecer a la industria? ¿Podrá la producción nacional volverse lo suficientemente competitiva como para que los invernadores puedan competir con los compradores de ganado para embarcar?

Esa es la historia que tiene por delante el sector cárnico uruguayo, que está pagando este año mejores precios por los novillos y entusiasmando a los productores que han sembrado pasturas y proporcionado grano en cantidades importantes, para sostener una faena trascendente, a pesar de enviar menos vacas a frigorífico para expandir la lucrativa producción de terneros.

El sector de la cría vacuna atraviesa un momento favorable, en parte por la exportación en pie, pero también por un otoño alentador en lo forrajero y un dólar más amigable.

Al mismo tiempo la extracción de animales del rodeo vacuno es cada vez mayor, año a año una mayor proporción del stock vacuno sale, ya sea por faena o por exportación en pie. Pero el rodeo vacuno es cada vez más criador. El stock de vacas de cría en 2017 ya fue récord en 4,29 millones de cabezas y en 2018 aumentará a unos 4,35 millones, generando un potencial de producción de terneros de 2,8 millones o algo más en el destete del otoño de 2019.

Es decir, a pesar de la sequía, la producción de terneros puede lograr un aumento de aproximadamente 100 mil terneros respecto a los 2,7 millones del año anterior.

La persistencia de un precio del ternero superior a los US$ 2 por kilo vivo desde 2017, que permite recibir unos US$ 400 por animal vendido, empieza a notarse en la capacidad por superar la adversidad de la sequía, la disminución en la faena de hembras y el mayor cuidado en la recría de las terneras y vaquillonas.

En el recuento de vacunos que se hace al 1° de julio la participación de vacas de cría y terneros en el total del rodeo supera el 60% de los animales y esa elevada proporción puede seguir en ascenso en los próximos dos años.

Una previsible preocupación


Pero eso tiene una contracara no tan amigable: en el rodeo hay cada vez menos novillos. Una preocupación previsible de la industria.

Por un lado se mantiene una elevada faena de novillos, al tiempo que cada vez salen más terneros y novillitos en pie. Esto tiene como consecuencia un menor stock de machos, la principal categoría para la producción de carne. La población de novillos al 1º de julio posiblemente sea el más bajo en cuatro décadas, en 2,2 millones de cabezas. Son unos 350 mil menos respecto a 2016. Lo que lleva a suponer que la faena de esta categoría va a ser difícil de sostener en 2019 y 2020.

Sin embargo, en los últimos dos años la faena de novillos se mantuvo estable y en lo que va de este año, tras muy fuertes faenas en noviembre y diciembre del año pasado, la oferta supera las expectativas, en parte por el uso cada vez más importante de granos que aceleran el engorde de los animales.

Ganadería abierta: cada vez más terneros, cada vez menos novillos. Se detectaron varios récords al cierre del año agrícola: en vacas entoradas, en pocos novillos y en extracción.

Al cierre del año agrícola 2017/2018, finalizado en junio, la faena fue de 2,33 millones de vacunos, 3% inferior respecto al año agrícola anterior cuando se faenaron 2,41 millones de cabezas con los novillos liderando la participación. La faena de hembras, de 1,11 millones, fue 7% menor que en el año agrícola previo, casi 90 mil vacas menos, mientras que la de novillos totalizó 1,17 millones, un 1% superior a la del ejercicio anterior. Con menos stock de novillos, más faena.

Con una faena estable, las exportaciones de ganado en pie continúan su tendencia de crecimiento y alcanzarán un nuevo récord. Superaron las 400 mil cabezas al cierre del año agrícola 2017/2018, un 50% superior que en el mismo período del año anterior cuando los envíos no alcanzaban las 280 mil cabezas. Del total, casi el 90% están registradas para engorde y faena y corresponde a las categorías de terneros y novillos.

Es por esto que en el 2017/2018 la tasa de extracción fue la mayor desde que se tienen registros. Con un 23%, superó al 22% del año pasado y al 20% promedio de los últimos 10 años (20%). A pesar de que en 2005 y 2006 la faena fue entre un 5% y 10% mayor (2,6 y 2,5 millones, de cabezas respectivamente), en esos años la salida de ganado en pie fue mucho menor (54 mil y 69 mil cabezas, respectivamente).

Por otra parte, la extracción de hembras del sistema para el ejercicio 2017/2018 fue de 24%, se mantuvo apenas un punto por encima que el promedio de los últimos 10 años (23%) y bajó un punto porcentual respecto al ejercicio anterior (25%). Estos resultados muestran que la ganadería mantiene su máquina de producción que son las vacas de cría y aumenta su extracción en base a terneros y novillos.

Por un lado la exportación en pie genera una salida inédita de ganado del stock, pero también estimula a un mayor entore.

El XVI Taller de Gestación Vacuna realizado en la estación experimental Treinta y Tres del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) mostró datos importantes, el porcentaje de preñez promedio alcanzado a nivel país en un año de sequía fue de 75,6%, solo 2,2 puntos porcentuales por debajo del año pasado. Un dato es que más allá de la sequía que provocó la caída, es el tercero más alto de la década. La más alta correspondió al año 2013 con un 81,5%, seguida de la del año pasado, que fue de 77,8%.

Considerando la información recabada por INIA, la diferencia promedio entre las tasas de preñez y destete calculada, según los datos oficiales, es del orden de 10 puntos porcentuales, eso llevaría a una tasa de destete de 65,6% y con esto a una producción de terneros a junio de 2019 que estará cerca de los 2,8 millones que cabe esperar este año. Esto mantendrá al rodeo vacuno estable algo por debajo de los 12 millones, pero con vocación a producir cada vez más.

Los datos de preñez se obtuvieron del relevamiento de 410.428 vacas, de las cuales quedaron preñadas 310.296. En los últimos 20 años, el período en que se alcanzó el más bajo índice de preñez fue al cierre del ejercicio 2008/2009, cuando la tasa fue de 59%, lo que coincidió con una sequía y un momento incierto en cuanto a precios.

La mayor presión de extracción puesta sobre el rodeo vacuno representa un estímulo para el sistema de cría, que debe proveer terneros de remplazo para evitar una nueva caída del stock.

Con la producción de terneros en ascenso y la salida en pie también en crecimiento, cabe preguntarse si las condiciones de competitividad en Uruguay serán suficientes para que parte de los terneros que se van al exterior en barco puedan quedar pastando en los campos uruguayos, porque sea mejor negocio esperarlos y vender la carne que vender simplemente terneros.

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Limitada retención de vientres en ovinos

A pesar de que tanto el precio de la carne como el de la lana se mantienen con una firmeza muy destacada, eso no garantiza para nada que el stock ovino uruguayo –próximo a los siete millones de cabezas– vaya a subir.

Por un lado la faena en el primer semestre del año se mantuvo por encima de la actividad del año pasado, y por otro es justamente la faena de ovejas la que supera a la del año anterior, limitando la producción de corderos en el futuro.

Tal vez un buen desempeño reproductivo permita una cierta recuperación de la majada, pero da la impresión que tanto el stock de vacunos como el de ovinos se mantendrán relativamente estabilizados.
La faena de 27% más de ovinos en el primer semestre y en particular el de más de 31% en ovejas parece marcar que el sector seguirá con una población estable, en los niveles de años anteriores.

No solo un mejor precio decide a un productor a aumentar o bajar una producción.

Hay factores que van por fuera de los precios y que siguen pesando.

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