OMedia*
Hace 20 años, Daniela Busqué abrió su salón de belleza sobre la calle Constituyente entre Roxlo y Minas; como profesional siempre tuvo la inquietud de aprender a fabricar pelucas y postizos. A fines de 2010 una de sus clientas, profesional en Medicina, conoció las prótesis capilares mientras participaba de un congreso de oncología en Buenos Aires, y a su regreso le contó a Daniela de su existencia. La estilista viajó entonces y tomó cursos de capacitación para poder ofrecer este servicio a la clientela. Fue así que, a partir del año 2011, Evasión Estilista se convirtió en el primer salón en Uruguay en ofrecer prótesis capilares. Hoy cuenta con una amplia clientela, entre ellas muchas personas que transitan procesos oncológicos, así como otras que sufren de alopecia areata o que buscan esta solución por estética.
Las prótesis capilares, a diferencia de las antiguas pelucas, pasan inadvertidas, como si fueran el propio cabello del cliente, y son financiadas en buena parte (en algunos casos hasta el 100% de su valor) por el BPS, Caja de Profesionales (70% del valor real) y Caja Notarial (10% de descuento realizado en el salón).
"Al comienzo usé pañuelos para cubrir mi cabeza, pero realmente extrañaba cómo me veía con mi pelo". Así comenzó a buscar soluciones; primero le colocaran una peluca que estaba hecha de fibras sintéticas, muy distintas a su cabello original; visualmente tampoco tenía nada que ver con lo que Camila recordaba de su propia imagen: pelo corto, con mechas rubias y cerquillo. "No me podía meter al mar con ella y si corría y había viento me la tenía que agarrar, porque se me volaba", contó Camila sin vergüenza y con humor, después de pasar muchos días y noches angustiada.
Cuando Daniela conoció a Camila Delgado, hace siete meses, llevaba un tiempo usando peluca; la estilista lo notó y le habló de las prótesis y sus beneficios. La joven quedó muy entusiasmada.
Pero, ¿cuál es la diferencia entre una peluca y una prótesis? Mientras que la primera está realizada con cortinas de pelo y elementos metálicos, la prótesis tiene una base de tul de algodón que le permite al cuero cabelludo "respirar"; sobre esta base se anuda el cabello natural, uno a uno de forma manual, y sin metal.
Su principal diferencia con una peluca es que con una prótesis capilar no es necesario utilizar cerquillos para disimular la línea frontal de crecimiento ya que, gracias a su concepción, pasa inadvertida; la prótesis también brinda la posibilidad de hacer una vida normal (deporte, natación, bañarse en el mar, entre otras actividades que no son compatibles con el uso de una peluca). Las prótesis que utiliza Evasión son de la marca Newlacecu.
A diferencia de las pelucas, que son de uso semipermanente porque no están fabricadas para dormir ni hacer actividades deportivas con ellas, una prótesis capilar da una libertad inédita en este sentido: se puede usar fija durante 24 horas (con un sistema de pegamento con cintas doble faz, especialmente diseñadas para todo tipo de piel, o con pegamento líquido de uso transdérmico, que puede manipular la propia persona). Camila comenzó a utilizar este sistema hace siete meses y ella misma se la pega y despega. También la lava y acondiciona.
Hay una gran variedad de casos en que las prótesis se convierten en una verdadera solución; van desde una enfermedad autoinmune como lupus hasta los diferentes tipos de cáncer que requieren quimioterapia, tratamiento que hace que el pelo se caiga en la mayoría de los casos.
Pero también pueden ser utilizadas por hombres, mujeres y niños que por diversas razones no médicas comienzan a perder el cabello, lo que afecta en gran manera su autoestima.
La prótesis capilar no necesariamente debe usarse pegada, esto es opcional. Las que no van fijas, por ejemplo, son utilizadas por pacientes que reciben radioterapia en la cabeza, debido a que la piel en esta zona queda muy sensible. En estos casos la profesional recomendará el mejor sistema a adoptar.
Matías Bacigalupe es otro de los clientes de Evasión Estilista. Cuando habla de su "nuevo pelo" al joven de 27 años se le dibuja una sonrisa en el rostro: "A veces me miro al espejo y todavía no lo puedo creer". Matías tiene alopecia que viene de familia; dice que tanto su padre como su abuelo comenzaron a perder pelo desde jóvenes. "Yo siempre fui una persona que se preocupó por su estética y un día me vi la pelada de atrás en un video y me decidí a hacer algo".
Tanto Matías como Camila plantearon que sentir la falta de cabello no solo tuvo un impacto estético sino también emocional.
Para Matías el tener cabello significó sentirse más él mismo. "Yo voy a todos lados feliz y orgulloso de mi nuevo pelo".
Todo en Evasión está dispuesto para apoyar y brindar contención emocional a las personas que enfrentan la falta de pelo. "Hay una frase que decimos: 'Verte bien es sentirte mejor'. No es frívolo decirlo, es real y tangible, porque creo que la falta de pelo es parte de tu desnudez", dijo Daniela Busqué.
El salón cuenta con un sector privado e íntimo. Los espejos instalados en este espacio pueden ser cubiertos de manera que el cliente no vea las diferentes etapas de transformación, si así lo desea. Daniela contó que tuvo clientas que nunca se vieron sin cabello hasta volver a recuperarlo luego de un tratamiento de quimioterapia, por ejemplo.
A la profesional se le mezclan emociones cuando habla sobre su trabajo como estilista. Está convencida de que su propósito es ayudar a otros a sentirse bien en un momento difícil. "Primero somos seres humanos y todos podemos sufrir temas de salud que nos dejen sin cabello. Segundo, queremos ser buenos profesionales y aconsejar mejor; el objetivo final es lograr que los clientes sigan siendo ellos mismos frente al espejo durante todo este período, y esta posibilidad solo puede brindarla el uso de una prótesis capilar".
Daniela siempre es optimista porque además ha experimentado de primera mano el cambio de vida que significa volver a tener pelo. "La vida es linda. Aunque a veces con obstáculos, lo esencial es recordar siempre que lo mejor está por venir..."
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Precios
El precio de las prótesis varía de acuerdo al tamaño (parciales o completas), el largo del cabello y el tipo de confección. Las parciales pueden comprarse por US$ 630 en adelante y las enteras a partir de US$ 1.100.
Este precio puede subvencionarse en muchos casos hasta el 100% del valor total, a través del BPS y con indicación médica. Debido a que la falta de cabello se considera una cuestión de salud, el organismo financia prótesis capilares hasta 35 UR sin necesidad de que deba realizarse un expediente, tanto para niños, mujeres y hombres con cáncer o alopecia areata.
*Todos los contenidos identificados como O Media son realizados por el equipo de El Observador comisionados por empresas u organizaciones. Se trata de contenido que no necesariamente responde a los criterios editoriales de El Observador.
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