Reestructura del BROU desnudó las fracturas del gremio bancario

Los conflictos en los bancos oficiales del sector público del sindicato (AEBU) suelen tener un contexto de alianzas y desacuerdos entre las corrientes que lo integran. Allí, las posturas se enfrentan; los ánimos se crispan durante un tiempo, hasta que luego los dirigentes zurcen acuerdos internos para llegar a una salida.

Actualmente, el Consejo de Banca Oficial del sindicato está compuesto por cuatro sectores. El que tiene la presidencia –luego de las elecciones de este año que las ganó con una mayoría mínima– es la Coordinadora para el Cambio. Este grupo conformado por dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT) y otros de izquierda radical –no frenteamplistas– tiene, incluida la presidencia, cuatro cargos. La segunda fuerza es la Lista 98 (Partido Socialista y Asamblea Uruguay) también con cuatro cargos. La tercera es el Espacio 17 (básicamente de dirigentes del Partido Comunista, aunque también con dirigentes de otros sectores del Frente Amplio) con dos cargos. Por último, la Lista 1955 (MPP) tiene un lugar dentro del consejo.

La llegada de la Coordinadora a la presidencia cambió la lógica en la conducción del sector de banca oficial ya que durante varios períodos fue ejercida por la 98 o la 17, a veces enfrentadas, con acuerdos después. Desde su asunción a fines de abril, la nueva agrupación marcó sus diferencias con las demás listas.

En una entrevista con El Observador el nuevo presidente del Consejo de Banca Oficial, Matías Arbizu, señaló que a AEBU le faltaba independencia política. "En el movimiento sindical, en general quienes están dirigiendo los sindicatos tienen afiliación con el partido de gobierno que dificulta los reclamos de los trabajadores y sirve de colchón para permitirle al gobierno avanzar en determinados aspectos", afirmó. Respecto a los bancos públicos auguró una postura más combativa del sindicato. Y fue el Banco República –que ya se encontraba en un proceso de reestructura e incluía el cierre parcial de sucursales en el interior y la fusión de dependencias en Montevideo– el primer objetivo de la nueva conducción del gremio.

En setiembre, en una asamblea de trabajadores del BROU, las listas radicales hicieron prevalecer su postura e ir al choque contra el Directorio del banco. A fines de octubre promovieron la ocupación de la dependencia Mercado Modelo (que iba a cerrar para ser fusionada a partir de noviembre) que todavía mantienen, y ocuparon otras dependencias en la capital y el interior.

Los demás sectores no se oponen a las medidas ya que surgieron a partir de la asamblea. Pero en la interna tienen posturas diferentes sobre la forma de conducir el conflicto. El viernes pasado hubo un nuevo ámbito de negociación entre el Directorio del banco y dirigentes de las cuatro listas del Consejo Oficial. Se fijó un cuarto intermedio hasta este viernes porque las posturas no consiguieron acercarse, fundamentalmente por los distintos puntos de vista entre los dirigentes de la Coordinadora y los representantes del banco.

El dirigente de la 98 Roberto Umpiérrez dijo a El Observador que la lista entiende que "en un proceso de negociación algo hay que ceder; de lo contrario no es posible avanzar". Agregó que "hay un mandato de asamblea que hay que respetar. El sindicato está declarado en contra de los cierres parciales, las ocupaciones estaban definidas por asamblea. Pero hay que ceder en algo para que las dos partes puedan acercarse".

Ante eso, Umpiérrez sostuvo que la 98 tiene "diferencias metodológicas" con la forma en cómo se está llevando adelante la negociación con el banco. En ese sentido, añadió que "diferencias en la interna siempre existen, porque hay distintas corrientes, no es nada nuevo que pase en el sindicato. "Las ocupaciones no son el fin que perseguimos; el fin es encontrar una salida al conflicto", concluyó.

Por su parte, el dirigente de la 17 Carlos Márquez dijo a El Observador que su sector plantea "otra forma de conducción de esta situación".

"Consideramos que la ocupación es una medida extrema", dijo Márquez. Igualmente, reconoció que las ocupaciones estaban dentro de la plataforma que triunfó en asamblea. "Una vez que se resolvió, eso es lo que defendemos, pero nosotros hicimos otras propuestas", expresó. Añadió que los dirigentes de la 17 no entienden qué es "lo que se está yendo a buscar" a los ámbitos de diálogo con el banco.

La reestructura del BROU traspasó los límites sindicales y se trasladó a la discusión política. Incluso, dentro de los sectores del Frente Amplio hay posturas diferentes.

Al respecto, la dirigente de la Coordinadora Lorena Lavecchia dijo a El Observador que el conflicto con el BROU "no es un problema nuestro contra el Frente Amplio; no somos frenteamplistas desnorteados ni gente que quiere enterrar al gobierno. Representamos a trabajadores", afirmó.

Uno de los conflictos más fuertes que el sindicato tuvo en el sector público fue en 2010 cuando negociaba con el Poder Ejecutivo el nuevo convenio salarial para los trabajadores. A fin de ese año, aplicó medidas que lograron retener hasta 120 mil cheques en la cámara compensadora (clearing). Finalmente, en diciembre se destrabaron los documentos. A fines del año siguiente, 2011, volvió a instalarse el conflicto. Y esta vez en noviembre se trancaron cerca de 80 mil cheques. Durante las negociaciones, los sectores que integraban el consejo (había representación de la 98, la 17 y también de una corriente de la izquierda radical) intercambiaron acusaciones por las posturas asumidas. Los más combativos señalaban a los moderados como "entreguistas" y los acusaban de negociar a espaldas del resto del sindicato con el gobierno. En el bando contrario, se entendía que la postura de los radicales lo único que hacía era dinamitar el diálogo.