Los colegios privados moderan suba de cuotas para evitar la pérdida de alumnos

La educación ha sido uno de los rubros que tradicionalmente en los últimos años registró las mayores subas de precios, con ajustes anuales que superaban largamente la evolución general de la inflación. Sin embargo, el ritmo de aumentos se ha venido moderando y en los meses recientes parece consolidar la senda a la baja que comenzó a observarse en 2016. Las instituciones privadas aprovechan la moderación en los salarios, su principal fuente de egreso, para ajustar en menor medida las cuotas y evitar la pérdida de alumnos.

Los datos de inflación que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE) dan cuenta que en los últimos dos meses el comportamiento de los precios de la canasta educativa estuvo por debajo de los dos dígitos, algo que no ocurría al menos desde mayo de 2011, según la serie histórica.

En los 12 meses finalizados a marzo el costo de los servicios de educación que componen la canasta de consumo de los uruguayos se encareció en promedio 9,35% (en febrero ese guarismo fue de 9,7%), mientras que la totalidad de los bienes y servicios que componen la canasta (IPC) subieron 6,65% en el último año. Así la brecha sobre la inflación es inferior a 3 puntos porcentuales. Por ejemplo, en diciembre de 2014 el costo de la canasta de consumo de educación se encarecía a una tasa interanual de 14,3%, mientras que el IPC general se ubicaba en ese entonces en 8,3%, con una distancia de 6 puntos porcentuales.

Si se observa el comportamiento de los distintos rubros en el acumulado a marzo se abarataron respecto al año pasado la enseñanza preescolar, primaria y secundaria. También cayeron en forma significativa los precios en la enseñanza terciaria y universitaria, junto con los cursos de posgrado. Idiomas, cursos de computación y otros cursos también se abarataron con la única excepción de las clases particulares cuyos precios se aceleraron (ver gráfico).

Ya en 2017 el comportamiento de los precios de la educación había evidenciado cierta moderación y el rubro se mantuvo en un rango cercano a 11%. En 2016 los valores se habían fluctuado en el eje de entre 12% y 13%.

En diálogo con El Observador, la presidenta de la Asociación de Institutos de Educación Privada (Aidep), Zózima González explicó que existe cuidado entre las instituciones de no ajustar las cuotas en índices superiores a los que las familias puedan hacerse cargo. "Tengo la percepción que hay un cuidado muy especial en las posibilidades que puedan tener las familias de asumir un costo que sea más elevado, más aún en aquellas que tengan más de un niño", dijo.

Por su parte, el presidente de la Asociación Uruguay de Educación Católica, Rafael Ibarzabal, recordó que el abanico de instituciones católicas es "muy amplio", con una fuerte presencia en contexto sociales vulnerables. Agregó que las instituciones católicas "más reconocidas" apenas responden por el 11% de la matrícula de estudiantes de su gremial. "Hay que cuidar el ajuste en las cuotas y ver que las familias puedan asumir ese gasto", reconoció.

Esa variable, sumado a la coyuntura general de la economía y el empleo (el desempleo escaló en febrero a 9,3% en su mayor nivel desde 2007) lleva a que las instituciones vayan graduando y priorizando sus necesidades de inversión. "Algunos años se opta por la formación docente, otros por la tecnología o la mejora del mobiliario porque todo en simultáneo no se puede", explicó Ibarzabal, quien agregó que en los últimos tres años ha "crecido bastante" la solicitud de becas por parte de las familias. "Todo eso termina repercutiendo porque afecta los presupuestos anuales de las instituciones", indicó.

En relación al comportamiento de la demanda que están teniendo los colegios privados, González señaló que todavía no se han analizado los datos de las inscripciones registrados en 2018. En los últimos cinco años la matrícula se ha mantenido sin grandes variaciones y el porcentaje de alumnos que concurre a centros privados de educación inicial, primaria y secundaria es aproximadamente un 17% de la matrícula total de educación.

Lo que sí está ocurriendo es una gran movilidad de alumnos de una institución privada a otra, y los costos de la cuota son un factor que está pesando al momento de tomar la decisión, explicó González. También destacó una baja en la cantidad de alumnos de educación inicial. En este caso, el alumno no llega a incorporarse a un centro privado, sino que concurre directamente a la educación pública, comentó.

Desde 2016 la educación pública es obligatoria a partir de los cuatro años. Así los padres tienen hoy la alternativa de enviar a sus hijos a jardines de infantes gratuitos y en algún caso por horario completo.

La evolución de las cuotas difiere entre las instituciones, dado que además de los salarios, cuentan otros factores como los costos fijos y los gastos de mantenimiento. De todas formas, la incidencia de los salarios en los presupuestos es significativa y tiene un peso entorno al 80%. De allí que si aumentan los salarios, la cuota también tiene que ajustar.

En la última ronda de negociación colectiva de 2015, el sector se autoclasificó en el sector intermedio con ajustes nominales decrecientes de 8,5%, 7,5% y 7% cada año. Ibarzabal reconoció que en el último tiempo los salarios docentes de los privados aumentaron por debajo de lo que lo hicieron los públicos, algo que ayudó a moderar los ajustes en las cuotas. De la mano con la desaceleración de la inflación, los salarios en la enseñanza privada tuvieron en el año cerrado a febrero de 2018 una suba real de 1,9% y registraron una moderación respecto a igual período en 2017 cuando habían crecido 2,5%.