El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una resolución que impone aranceles a la importación de bienes chinos que totaliza al menos US$ 50.000 millones.
Al firmar la resolución, Trump explicó que la acción comercial podría llegar hasta los US$ 60.000 millones.
El anuncio del presidente surge como represalia por el supuesto robo de propiedad intelectual que ejerció China sobre Estados Unidos, afirmó este jueves una fuente de la Casa Blanca.
Según Everett Eissenstat, asesor económico del mandatario, la decisión de aplicar los aranceles está basada en que Pekín obliga a las empresas extranjeras que deseen operar en su mercado a que compartan tecnología con sus socios chinos.
"China ha buscado obtener ventajas a través de la adquisición desleal o forzando transferencias de tecnología desde compañías estadounidenses", dijo Eissenstat.
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La lista de los productos que serán gravados aún no fueron identificados por el gobierno estadounidense, pero Everett aseguró que tanto estos como sus pesadas tarifas serán anunciados en un plazo de 15 días.
Además, el representante de Comercio Robert Lighthizer, en representación de Estados Unidos, comenzará acciones ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) para evitar que las empresas estadounidenses sigan pasando tecnología.
Antes de conocerse la sanción, el ministerio de comercio chino envió un comunicado en el que aclaró que no se quedará quieto ante una resolución de Estados Unidos que perjudique sus intereses.
"China no se quedará sentada sin hacer nada (...) y tomará definitivamente todas las medidas necesarias para defender con determinación sus derechos e intereses legítimos", decía el comunicado.
El lunes, el primer ministro chino, Li Keqiang, ya alertó sobre la necesidad de evitar actuar de forma "emocional", ya que una guerra comercial entre ambas potencias "no beneficiaría a nadie".
En contraposición a lo planteado para las relaciones comerciales con China, Estados Unidos firmará una exoneración de aranceles siderúrgicos para los negocios con la Unión Europea (UE), Australia, Argentina, Brasil, México, Canadá y Corea del Sur".
Esta exoneración forma un cerco comercial sobre Pekín, al cual no solo se le aplican los impuestos anunciados, sino que se le imponen nuevos aranceles como sanción por el supuesto robo de propiedad intelectual.
Trump había anunciado a principios de marzo que aplicaría un alto gravamen a las importaciones de acero (25%) y de aluminio (10%) y que deberían entrar en vigor a finales de esta semana.
El principal exportador a Estados Unidos en ambos productos en 2017 fue Canadá con el 15,6% en acero y 40% en aluminio. Brasil fue el segundo exportador de acero (9,1%) y México el quinto (7,1%), mientras que Argentina se situó sexto en aluminio con el 3,2%. Alemania fue el séptimo exportador en ambos productos.
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