Sin la tensión política que precedió a la declaración unilateral de independencia de
Cataluña en octubre y la posterior intervención dispuesta por el gobierno español, el nuevo Parlamento catalán instalado este miércoles y dominado por los partidos independentistas se enfrenta a un desafío nada menor.
De aquí a fin se mes, deberá realizar trabajosas negociaciones políticas para designar al nuevo presidente del gobierno catalán.
Al frente de esas negociaciones estará el novel presidente del cuerpo, Roger Torrent, un diputado independentista de 38 años (ver Perfil), que en su asunción exhibió un discurso mucho más conciliador que el de su antecesora, la también dirigente separatista, Carme Forcadell.
Y he ahí el problema: Izquierda Republicana de Cataluña (ERC) y Juntos por Cataluña –el partido del destituido presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont– tomaron en consideración el planteo del dirigente autoexiliado en Bruselas y llegaron a un acuerdo para que recupere su puesto. Pero hasta el momento no está claro la forma en que podrían nombrarlo.
El propio Puigdemont sugirió una asunción a distancia –una posibilidad que no convence del todo a ERC– pero el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, la descartó de plano.
Incluso, los asesores jurídicos del Parlamento catalán dijeron que la asunción a distancia configura una acción ilegal.
El dirigente sigue siendo el candidato escogido para asumir como presidente de la Generalitat pero está requerido por la justicia española por los delitos de sedición, rebelión y malversación de fondos. Y si regresa a
España irá directamente a la cárcel.
El otro problema asociado es que Juntos por Cataluña no maneja otra alternativa, por lo cual la intención de los secesionistas liderados por Puigdemont se encamina, una vez más, hacia un aparente callejón sin salida.
De hecho, en Juntos por Cataluña saben que si el expresidente regional es investido como tal se exponen a una situación de estancamiento político.
A lo que se agrega, claro está, la intervención por tiempo indefinido del gobierno central en el gobierno regional.
Pero nada de eso parece importar a Puigdemont, quien está dispuesto a recuperar la presidencia a como dé lugar, y sin tomar en cuenta las consecuencias.
De todas formas, en filas de ERC existe cierta reticencia a que la proclamación de Puigdemont implique en los hechos la continuidad de la intervención.
La decisión sobre la investidura de Puigdemont deberá tomarla la mesa del Parlamento, presidida por Torrent, quien pidió a sus colegas "conjurarse" para recuperar las instituciones catalanas "lo más pronto posible".
Por si faltara algún ingrediente, desde Bélgica y vía Twittter, Puigdemont le puso presión.
"Estoy convencido de que ejercerás el cargo con nobleza y valentía, protegiendo las instituciones y el país".
Torrent se enfrenta desde ya a una encrucijada: él mismo anunció recientemente que ERC estaría de acuerdo con una investidura telemática del expresidente catalán si los servicios jurídicos del Parlamento estaban de acuerdo.
Un cambio de opinión lo dejaría expuesto ya al inicio de su gestión.
PERFIL
Roger Torrent, presidente del Parlamento catalán
Licenciado en Ciencias Políticas y de 38 años, el diputado del partido independentista Izquierda Republicana de Cataluña fue elegido como nuevo presidente del Parlamento Catalán por 65 votos contra 56.
En su discurso, más bien conciliador, se comprometió a buscar "diálogo y consenso" y a representar a todas las voces.
LAS CLAVES
Intervención. El gobierno de Mariano Rajoy aplicó el artículo 155 de la
Constitución e intervino Cataluña en octubre pasado.
Mayoría. En las elecciones legislativas del 21 de diciembre, los partidos independentistas obtuvieron la mayoría parlamentaria, con 70 bancas.
Pretensión. El expresidente catalán quiere recuperar su cargo, pero Rajoy se lo impedirá.