Un sacudón al statu quo universitario

En 1993, cuatro decanos propulsores de una transformación rupturista con lo que hasta el momento se venía haciendo en la Universidad de la República (Udelar) presentaron un documento reclamando un golpe de timón. Con la consagración, el miércoles, de Roberto Markarian como nuevo rector de la Udelar, ese documento vuelve a estar más vigente que nunca y amenaza con hacer tambalear la segunda reforma universitaria promovida por Rodrigo Arocena.

El documento de los cuatro decanos, que en su momento removió a la interna universitaria, fue firmado por Mario Wschebor, entonces decano de la Facultad de Ciencias; Eduardo Touya, decano en aquella época de la Facultad de Medicina; Álvaro Díaz, decano de Agronomía, y Roberto Scarsi, decano de la Facultad de Veterinaria. Su destinatario fue Jorge Brovetto, rector de la Udelar del momento. Y su objetivo fue “alertar contra el estancamiento” que enfrentaba la educación pública superior y proponer puntos de discusión para sacarla del “rezago en el tiempo”.

Los firmantes aseguraban que las propuestas y reformas se venían planteando desde 1989, pero cuatro años después continuaban sin tener andamiento, por esta razón las hacían públicas. Sin embargo –y a pesar del debate que generó el documento–, Brovetto prefirió mantener el statu quo y no atender las demandas de cambios, que consideraban que la Ley Orgánica de 1958 había quedado obsoleta.

En aquel entonces, Markarian era un profesor muy cercano a Wschebor, y como tal se embanderó con las reformas previstas en la propuesta. Entre otras transformaciones, los cuatro decanos proponían descentralizar en las facultades el poder rectoral, evaluar y planificar las políticas que la institución llevara a cabo, profesionalizar al personal administrativo, la creación de un sistema educativo superior, debatir la forma de ingresar a la Universidad, buscar otras formas de financiamiento para no depender únicamente del dinero estatal y la creación de una nueva estructura organizativa que aglutinara las carreras técnicas.

El documento en la nueva era
La elección de Markarian, tras una tensa sesión de la Asamblea General del Claustro (AGC), supone una ruptura grande con el conservadurismo que reinó en la Udelar durante al menos cuatro décadas. Es que el profesor grado 5 de Cálculo se convirtió en el primer defensor del documento de los cuatro decanos que llega al rectorado.

Eso implica también una amenaza al proyecto de Universidad liderado por el exrector Rodrigo Arocena, que se plasmó en la segunda reforma universitaria y contó con el apoyo entusiasta de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU), aunque con el paso de los años despertó la crítica en algunos sectores de la agrupación, como el Frente Susana Pintos, el ala más radical de la agrupación.

Uno de los principales cuestionamientos tienen que ver con la flexibilidad de los planes de estudio y el sistema de acreditación, que se impulsó para masificar la educación terciaria. Sin embargo, para el Frente Susana Pintos esto llevó a rebajar la exigencia.

Otro punto de discordia en la política de Arocena fue destinar el aumento del presupuesto a la extensión de la Universidad al interior del país, descuidando la financiación de proyectos claves en Montevideo, como el Hospital de Clínicas.

Esta realidad explica en parte la fractura interna de la FEUU, que quedó en evidencia el miércoles en la votación de la AGC, cuando más de la mitad de los delegados de la agrupación votaron al exdecano de la Facultad de Humanidades, Álvaro Rico, y por la continuidad del proyecto de Arocena. Los restantes apoyaron a Markarian. De esta manera, por primera vez en la historia la FEUU no votó en bloque al rector.

El enfrentamiento entre estos dos proyectos universitarios quedó en evidencia cuando al culminar la votación, el sector de la FEUU que apoyó a Markarian coreó en el Paraninfo: ¡“Markarian es rector, Markarian es rector. Se terminó la reforma, la puta madre que lo parió!”.

Plataforma de Markarian
“La búsqueda de un nuevo equilibrio en la Udelar” es el nombre del documento elaborado por Markarian y presentado en el mes de junio, donde exponía las principales propuestas y líneas de acción en caso de llegar al rectorado. Muchas de ellas coinciden con las reformas presentadas en el documento de los cuatro decanos.

Allí estableció como primera prioridad la creación de una ley de coordinación de la enseñanza pública que reúna a todo el sistema educativo público, en especial el nivel terciario.

En segundo lugar postuló la necesidad de definir claramente las distintas opciones terciarias y sus complementaciones. En este punto adquiere una especial relevancia la Universidad Tecnológica (UTEC), a la que Markarian nunca se opuso, contrariamente a la posición de Arocena, quien había señalado la falta de un “proyecto académico desarrollado que sustente la creación de la UTEC”. En cambio, Markarian ya ha mantenido conversaciones con las autoridades de esa universidad para trabajar en coordinación.


Por último, el documento de Markarian propuso la creación de un departamento de Planificación y Evaluación que permita a la institución conocerse a sí misma “en tiempo real” y a partir de allí pensar políticas.