El consejo de
Abengoa dio anoche luz verde al plan de viabilidad de la compañía, según confirmó la empresa en un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Abengoa deberá ahora negociar con sus acreedores una reestructuración de la deuda y los recursos necesarios para continuar su actividad, tal y como se indica en el comunicado. Este apartado es vital para el futuro de la empresa, que busca reducir su pasivo en € 6.000 millones, desde los casi € 9.000 millones (unos US$ 9.720 millones) actuales hasta € 3.000 o € 4.000 millones.
En el documento la empresa también subraya que se centrará en las actividades de ingeniería y construcción. Este plan de viabilidad, elaborado por Alvarez&Marsal y que tendrá que ser consensuado con los acreedores, constituye el primer paso para sanear el negocio del grupo, reducir su tamaño y evitar el concurso de acreedores.
Entre las medidas operativas que contempla aplicar Abengoa está la venta de activos costosos de desarrollar y la aplicación de un ajuste salarial.
Abengoa -la empresa española que a fines de noviembre se declaró en preconcurso de acreedores- no disminuiría su presencia en Uruguay, de acuerdo a lo informado ayer por el diario ibérico Expansión. En Uruguay, Abengoa -a través de Teyma Abengoa, su filial local- está involucrada en varios proyectos, entre los que se encuentran el polideportivo
ANTEL Arena, la
construcción de un muelle pesquero en Capurro, el primer centro de reclusión llevado adelante bajo la modalidad de participación pública privada (PPP) en Punta de Rieles y el Centro de Convenciones de Punta del Este, entre otros. La misma suerte correrían los proyectos de la compañía en otros países, como Chile, Perú, México y Sudáfrica. Sí se vería reducida su presencia en Brasil.