Al menos 60 personas murieron el lunes en
Yemen en un atentado suicida reivindicado por el grupo yihadista
Estado Islámico (EI) contra jóvenes reclutas del ejército, que combate a la vez a los rebeldes chiitas y a grupos yihadistas sunitas.
El ataque, con coche bomba, es el más sangriento ocurrido en la ciudad de Adén, en el sur de Yemen, desde que fuera retomada por el gobierno en julio de 2015. El atentado ilustra las dificultades que tienen que enfrentar las autoridades para restablecer la seguridad en Adén, declarada, sin embargo, "capital provisional" de Yemen.
Yemen está sumido desde 2014 en un conflicto que enfrenta a los hutíes, rebeldes chiitas procedentes del norte, con el gobierno del presidente Abd Rabo Mansur Hadi, que fue expulsado de la capital, Saná, y cuyas fuerzas se reagruparon en el sur.
En marzo de 2015, Arabia Saudita se puso al frente de una coalición militar árabe para frenar el avance de los hutíes, quienes, aliándose con los simpatizantes del expresidente Ali Abdalá Saleh, se expanden por el país.
Aprovechando el caos generado por este conflicto, los yihadistas de Al Qaida y sus rivales del grupo Estado Islámico han reforzado su influencia en el sur y en el sureste de Yemen.
El ataque
El EI reivindicó el ataque del lunes. "Unos sesenta muertos en una operación mártir de un combatiente del Estado Islámico contra un centro de reclutamiento del ejército en Adén", publicó la agencia Amaq, órgano de propaganda del grupo yihadista.
En un tuit, el hospital de
Médicos Sin Fronteras (MSF) indicó que había recibido 45 muertos y 60 heridos.
Según fuentes de seguridad, la explosión se produjo en el patio de la escuela "Sanafir", en el norte de Adén.
Los reclutas, reunidos en el patio, terminaban las formalidades para unirse a las filas de las fuerzas armadas yemenitas, que el gobierno, exiliado en Arabia Saudita, quiere reforzar con la ayuda de la coalición árabe.
Según testigos, el kamikaze aprovechó la entrada de una camioneta para lanzar su vehículo contra los reclutas.