En las imágenes, en las que se ve como la bebé esquía sobre el agua entre dos hileras de personas dispuesta a agarrarla en el caso de que se cayera, también se aprecia cómo su padre -un esquiador acuático- la entrenó para la hazaña.
Es la segunda vez que St. Onge realiza el truco y según las reacciones de felicidad que muestra mientras se aferra al gancho que la tira de sus esquíes, tampoco será la última vez.
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