Blogging: el blog que llevamos dentro

Web Log

La traducción al español de la palabra blog es bitácora. Por definición, se trata de una página de internet en la que un usuario realiza publicaciones cronológicamente, que, por lo general, contemplan texto, fotografía o ilustración. Antes de la expresión blog se le llamaba weblog, por la unión de las palabras web y log, esta última significa “diario” en inglés. Las plataformas más populares que ofrecen servicio de blogging son Tumblr, Wordpress y Blogger. No solo los individuos tienen blogs: por propiciar un intercambio directo y “relajado” con los lectores, es moneda corriente en prácticamente todas las empresas del mundo, ya sean pequeños emprendimientos o multinacionales.

Hecho histórico

Si bien el blogging es una tendencia que puede resultar reciente, ya tiene una historia de más de 15 años. En 2001, el año de la caída del World Trade Center, algunos blogs políticos norteamericanos y británicos se popularizaron rápidamente, como el de Andrew Sullivan y el de Ron Gunzburger. En España sucedió algo parecido, también por la misma época, pero con blogs más bien personales, como el de la adolescente madrileña Claudia P. Esta chica decidió escribir sobre su intensa vida en una página, luego de que la madre se apropiara de su diario íntimo. Esta decisión en apariencia contradictoria es una de las características más revolucionarias del blogging: la exposición de la intimidad en la red para reafirmar la universalidad de los procesos individuales. Contar cosas en internet a “todos” (y al mismo tiempo a nadie) puede brindar una sensación de seguridad más certera que las confesiones de papel encerradas con candadito, porque el “secreto”, una vez revelado, se resignifica.

Yo+

La razón de ser de las redes sociales es compartir la individualidad. Pero, a diferencia del blogging, tanto Facebook como Twitter ofrecen esta posibilidad a nivel estructural, es decir, por encima de la voluntad del usuario (ellos nos preguntan: ¿qué está pasando?). Y en ese sentido, se pierde bastante libertad, por eso me permito pensar que el blogging, aun en el auge desbordante de las redes sociales, sigue siendo la mejor herramienta para decir cosas. No se trata de inclinarse por una opción o la otra, las redes son un excelente e imprescindible complemento para el blog.

La influencia del “yo” potenciada por el blogging se extiende a todos los temas: periodismo, literatura, gastronomía y salud. El periodismo, por ejemplo, se ha revolucionado por completo a partir del blogging, a tal punto de que las escuelas de comunicación incluyen el fenómeno dentro de los programas de estudio. Es que el blog desafía por completo los conceptos de autoridad y conocimiento, cualquier desconocido puede alzar su voz, y si lo hace inteligentemente, puede convertirse en un auténtico “líder de opinión”, pero, claro, esto es un arma de doble filo. Como en la vida misma, hay muchísimos blogs con informaciones falsas y que apelan a la comunicación del engaño, pero en este punto, creo que lo mejor siempre es tener conciencia de lector, que no es más que cuestionar permanentemente lo que absorbe la mirada.

Amor por liberar datos

Como apasionada activa del blogging (y sin ser una geek) puedo asegurar, sin exagerar, que esta actividad abrió puertas maravillosas a los seres humanos. Básicamente ha potenciado la universalidad, la libertad de expresión y con ello la democracia. Y es, sin lugar a dudas, una vía rápida y efectiva para demostrar el talento. Quienes tenemos amor por la escritura sabemos lo difícil que resulta acceder a las editoriales y publicar. El blog es un hogar para los escritores, fundamentalmente para los jóvenes, para los “no consagrados”; así como para los fotógrafos, los artistas en general, los amantes de la cocina, el diseño, los viajes, la moda. La posibilidad de dejar a la vista de todos por tiempo ilimitado cuentos, relatos, también fotografías, recetas, dibujos, artículos de moda y tendencias es abrirse camino en la profesionalización del campo en cuestión. Doy fe de que hay muchísimos editores “reclutando” talentos a través de la lectura de blogs, así como marcas interesadas en esponsorizar. Lo importante, claramente, es tener un buen blog.

Cómo lograr un buen blog

Ya en 2002 aparecieron manuales de uso del blog, así que actualmente disponemos de una cantidad infinita de consejos para triunfar en esta actividad. Aquí exponemos las más importantes, de acuerdo al humilde entender de esta bloguera accidental.

Algo para decir. La razón de ser del blog es compartir nuestra visión del mundo, nuestro arte, nuestra pasión. Si identificás este impulso, ya diste el primer gran paso.

El tema. Esto es lo más importante porque define la identidad del blog. Cuanto más específico, mejor, por ejemplo: maternidad, cocina, moda, cómics o libros. Muchos blogs tienen excelente contenido pero pecan de imprecisos, si lo que querés es hacer un blog sobre tu vida, pues adelante, pero el estilo y el contenido deberán ser sumamente atractivos. Si querés hacer un blog de fotografías, también importa la definición (urbana, retratos, fotorreportajes, etcétera).

La plataforma. Las tres que mencionaremos a continuación son buenas, deberás elegir la que se adecue mejor a tus objetivos blogueros:

Wordpress. Ofrece dos opciones: wordpress.com y wordpress.org. El diferencial está en que la segunda garantiza gratuitamente una mayor libertad al usuario, al dejarlo encargarse del servicio de hosting, y esto implica también, mucho trabajo. Esta opción debería ser elegida por quienes tengan muy bien definidos sus propósitos con el blog o quienes quieran profesionalizar un blog ya existente. Wordpress.com tiene una cantidad bastante limitada de plantillas gratuitas, así como también de herramientas de análisis y estadística.

Blogger. Blogger (antiguamente Blogspot) popularizó el blog y le otorgó el estatus que actualmente tiene. Es la elegida por los “principiantes” del blogging y sigue siendo una buena vía para iniciarse porque es muy fácil de usar. Su ventaja más importante es pertenecer a Google, básicamente por la facilidad de vinculación a otras cuentas. Aunque también es su talón de Aquiles, ya que Google te hace ceder los derechos, así que el blog no será del todo tuyo.

Tumblr. Actualmente es la más popular en cuanto a estadísticas. Tiene un excelente feedback que la configura como una auténtica red social: marcás corazoncitos a lo que te gusta, chequeás el muro con las publicaciones de quienes seguís y podés rebloguear. Tiene buenas opciones de plantillas y personalización de estas. Es el elegido por los jóvenes (su público objetivo es de 15 a 25 años) y lo ideal es usarlo para publicaciones breves, instantáneas, pero que la edad no te limite.

El título. Mi consejo es que te importe más cómo suena que lo que expresa, debe tener “punch” y no ser muy largo (no más de tres palabras). Si se te ocurre uno de más de una palabra, alguna de ellas podría ser el tema del blog. Lo ideal es complementarlo con una buena bajada (oración explicativa debajo del título).

Lenguaje multimedia. Si se trata de un blog basado en textos, se agradecen los complementos visuales en cada post: fotos, videos o links. Y, si se trata de fotos, se agradece el texto.

Diseño estético. Siempre hay que tenerlo en cuenta porque todo llega a través de la mirada: más allá del estilo importa la armonía. Si no estás muy seguro de cómo abordar este aspecto, mi consejo es que apeles al minimalismo: menos es más.

La frecuencia. Para hacerse lugar en el mundo del blogging hay que estar presente. No se trata de publicar todos los días pero sí semanal o quincenalmente.

Dominio correcto del idioma. ¡Ah, sí! Odiamos las faltas de ortografía y los errores sintácticos.

Estilo. Cada cual encuentra el suyo, todos tenemos un estilo, algo que nos hace únicos; hay que potenciarlo.

Presencia en redes. Hay que darle bombo. El autor del blog es el único responsable de su difusión. Facebook y Twitter son aliados. Soy de las que cree que vincular el blog a nuestras redes sociales es obligación. Lo ideal es generar redes a partir del blog.

Leer blogs. Siempre se aprende a ser mejor leyendo.

Dedicación. Aunque no hagas posts diariamente, está bueno tener el blog presente todos los días porque la inspiración también se trabaja. Y, además, un blog puede funcionar como un currículum online las 24 horas.