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Colombia postergó la paz
*Desde Bogotá
"¿Teme al fantasma del brexit?", le preguntó en setiembre una periodista al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, en el sentido de si era posible que la ciudadanía rechazara el Acuerdo de Paz entre su gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el plebiscito realizado ayer domingo.
"No creo que en este caso eso se presente. Los colombianos están muy aburridos con esta violencia, con esta guerra. Llevamos tres generaciones. Alguien decía que hemos perdido inclusive la compasión, la capacidad de sentir dolor ajeno. Y eso, en cierta medida, es cierto. Por eso van a decir, aunque es una paz imperfecta, cumple con todos los requisitos mínimos, los estándares internacionales, los nacionales, y vamos a aprobarlo", respondió muy seguro de que el Sí se iba a imponer en la consulta popular.
La verdad es que la opinión del jefe de Estado representaba lo que reflejaban los estudios de opinión pública. Los analistas solo discutían acerca de la diferencia en puntos porcentuales a favor del acuerdo firmado entre el gobierno colombiano y las FARC.
Santos en estas horas se mueve en un ambiente político adverso, como le había ocurrido al exprimer ministro británico David Cameron, quien también se embarcó confiado en un referéndum para mantener a su país en la Unión Europea. Pero a Cameron, como ahora a Santos, los ciudadanos le dijeron que No. Cameron renunció y Santos anunció ayer, desde Casa de Nariño, que insistirá con un acuerdo y que para ello convocará a todos los partidos políticos a la luz del resultado negativo del plebiscito.
"Vamos a decidir entre todos cuál es el camino que debemos tomar para que la paz sea posible", dijo en cadena nacional. "No me rendiré, seguiré buscando la paz hasta el último minuto de mi mandato", agregó.
Además, informó que continuará el alto el fuego bilateral y definitivo con las FARC.
¿Por qué había tanto optimismo en el oficialismo? Es que todas las encuestas hace más de un mes que coinciden en que el Sí era la opción ganadora. Ahora los encuestadores dicen que el No fue una opción "subterránea" porque los ciudadanos tenían temor a decir que votaban en contra del Acuerdo de Paz.
Analistas consultados dicen que las razones de la apretada victoria del No son múltiples. Por lo menos argumentan cuatro posibles motivos que explican el rechazo al Acuerdo de Paz.
El presidente Santos, el principal embanderado del Sí, recogía en setiembre 61% de imagen desfavorable, frente a 36% de apoyo. En agosto, esas cifras eran de 61% y 38%, respectivamente.
El principal referente del acuerdo tiene una alta impopularidad que no contribuyó a sumar apoyos al Sí.
También los analistas creen que la campaña de comunicación del oficialismo no fue muy efectiva en comparación a la que desplegaron los partidarios del No, en particular, el expresidente Álvaro Uribe, en una campaña –como ocurrió en la del bretix– en la que hubo "muchas mentiras".
Por último, opinan que los dirigentes de las FARC tuvieron una actitud "muy arrogante" durante la negociación de los acuerdos –al no aceptar ni un año de cárcel–, lo que se agravó con la actitud triunfalista que mostraron con la firma del acuerdo. La ciudadanía no puede aceptar que la guerrilla se yerga como una fuerza triunfadora tras 52 de conflicto armado.
La oposición
Los opositores al pacto, liderados por Uribe, creen que el Acuerdo de Paz era demasiado concesivo para con los guerrilleros porque muchos de ellos no cumplirían sentencias tras las rejas y además saldrían beneficiados con bancas en el Parlamento.
"Les pido a todos los ciudadanos que tengan confianza de que vamos a saber manejar esta situación sin sobresaltos, vamos a trabajar con el gobierno para poder reconducir este acuerdo", dijo Francisco Santos, un hombre cercano al popular Uribe.
Las regiones de Colombia aún golpeadas por el conflicto, incluyendo zonas pobres en las costas del Caribe y del Pacífico, votaron contundentemente a favor del pacto, pero áreas que ya habían sido pacificadas por la campaña militar de Uribe, en el centro del país, votaron en contra, según consignó la agencia Reuters.
Santos dijo ayer que insistirá hasta el último minuto de su gobierno con terminar el conflicto armado con las FARC. Pero eso hoy supone incluir en la negociación a la oposición que quiere ver a los guerrilleros en la cárcel, algo que hoy parece imposible.
Las FARC y el ELN esperan negociar
La guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) mantiene su voluntad de paz a pesar de que los colombianos rechazaron un acuerdo firmado con el gobierno del presidente Juan Manuel Santos para poner fin a un conflicto armado de 52 años, dijo ayer su máximo líder Rodrigo Londoño, alias Timochenko.
"Las FARC-EP mantienen su voluntad de paz y reiteran su disposición de usar solamente la palabra como arma de construcción hacia futuro", sostuvo el máximo comandante de las FARC en La Habana.
"Con el resultado de hoy sabemos que nuestro reto como movimiento político es todavía más grande y nos requiere más fuertes para construir la paz estable y duradera", agregó.
El líder de las FARC y el equipo negociador de la guerrilla que participó en los diálogos de paz se reunieron ayer en La Habana para analizar el resultado del plebiscito, informó la agencia EFE.
En tanto, la segunda guerrilla de Colombia, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), pidió ayer seguir buscando una "salida negociada" al conflicto armado, a pesar de la decisión popular de rechazar el acuerdo de paz con las FARC.
Momentos después de conocerse la victoria del No en el plebiscito, el ELN escribió en su cuenta en Twitter que "a pesar de los resultados" hay que "continuar luchando por la paz".
"Llamamos a la sociedad colombiana a continuar buscando una salida negociada al conflicto armado", dijo el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista) en la red social.
"A pesar de los resultados adversos para los acuerdos de La Habana los colombianos debemos continuar luchando por la paz con transformaciones", agregó el grupo rebelde, que tiene pendiente iniciar una negociación similar a la de las FARC con el gobierno, aunque para ello Santos pide primero la liberación de todos los secuestrados.
