Se estima que, en promedio, un adulto joven da cerca de un millón y medio de pasos al año. Ahora bien: ¿qué pasa cuando se dan todo estos pasos sobre tacones o zapatos de plataforma?
El
diario La Nación en Argentina consultó a varios especialistas al respecto y todos concluyeron que sin dudas utilizar constantemente zapatos que no generen un apoyo y la estabilidad correcta puede traer consecuencias y lesiones graves.
Tobillos y fracturas de peroné y metatarsianos, y lesiones del talus o astrágalo, son los males más comunes a raíz de utilizar este tipo de calzado, explica en la publicación un médico especializado. Esto se debe a que ciertos músculos se sobre-exigen durante el tiempo que la persona lleva puesto el zapato ya que todo el cuerpo debe realizar un mayor esfuerzo para desplazarse, por eso luego de usarlos durante muchas horas los pies se adormecen y las pantorrillas duelen.
A su vez, un estudio realizado en el 2012
por la Universidad de Auburn en Estados Unidos demostró que un zapato que genera poca propulsión al caminar y no contenga bien el pie puede deformarlo y alterar la postura y hasta el andar de una persona, además de generar molestias en la espalda y los tobillos.
Una posible solución es pasarse a los zapatos más estables o a aquellos que mantienen la altura pero cuyo
diseño ortopédico contienen mejor al pie.