un informe en el que detalla los resultados de pruebas con las que busca explicar las razones cognitivas por las que una persona llega a agredir a su pareja.
La investigación compara reacciones de un grupo de delincuentes -violentos y no violentos- con las de aquellos que han perpetuado actos de
violencia doméstica contra sus parejas. Según detalla la introducción del estudio, la prueba que realizan tiene dos partes en las que los individuos deben unir números dispersos en una hoja de papel con líneas rectas.
La revista científica publicó estos resultados demostrando que, efectivamente, los agresores domésticos presentan un "funcionamiento ejecutivo alterado". Esto se explica debido a que estas personas necesitaron más tiempo para completar una de las dos partes de la prueba, lo que refleja que tienen más problemas para controlar su impulsividad y son menos flexibles cognitivamente.
Lo que el estudio concluye es que esta flexibilidad mental -de la que los violentos carecen- es lo que permite ser permeables a los cambios e imprevistos del día a día, y también en las relaciones interpersonales de pareja.