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Daños del huracán Patricia fueron menores a los esperados
Sin víctimas mortales, las inundaciones y árboles caídos fueron el saldo
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25 de octubre de 2015 a las 05:00
El huracán Patricia, uno de los más poderosos en la historia, azotó con fortísimos vientos y torrenciales lluvias el oeste de México, causando caos en ciudades y centros turísticos costeros. No obstante, provocó menos daños de lo que se temía antes de debilitarse el sábado a una depresión tropical.
Con ráfagas cercanas a los 300 kilómetros por hora, el ciclón afectó calles y carreteras, y derribó árboles y postes de luz tras tocar tierra, además de provocar cortes del suministro eléctrico. Pero no se reportaban víctimas y la tormenta se debilitó rápidamente en su camino hacia el noroeste del país.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (CNH), que describió antes a Patricia como un ciclón potencialmente catastrófico, dijo que la tormenta se había degradado el sábado en la mañana a una depresión tropical.
El viernes, miles de turistas nacionales y extranjeros fueron desalojados en la región occidental del país. En Jalisco, donde se ubican exclusivos condominios y hoteles en conocidos centros turísticos como Puerto Vallarta, fueron regresados a sus alojamientos tras el paso de la tormenta.
Puerto Vallarta se despertó con un sábado soleado. Trabajadores retiraban tablas de ventanas y los autobuses públicos estaban funcionando.
"Estuvo más tranquila la noche, pura lluvia y ya sin vientos", dijo a la agencia Reuters Juan Michel, de 36 años, gerente de un hotel en Barra de Navidad, en los límites de Jalisco y el estado de Colima, cerca de Manzanillo, el principal puerto del país.
"El oleaje llenó la alberca de material que sacó el mar, basura, pedazos de plástico", agregó.
Los aeropuertos, las carreteras y los puertos de la región ya operaban con normalidad, dijo la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Agregó que las telecomunicaciones en Jalisco, Colima y Nayarit no se vieron afectadas, aunque había interrupciones en el servicio de electricidad.
Patricia tocó tierra el viernes 24 con un enorme ojo de 10 kilómetros de diámetro cerca de la zona de Cuixmala, entre Manzanillo y Puerto Vallarta, sede de un exclusivo centro turístico que ha recibido en los últimos años a líderes mundiales, músicos y multimillonarios excéntricos.
Una empleada de un exclusivo hotel de Cuixmala dijo que no había huéspedes alojados cuando la tormenta golpeó porque todos habían sido evacuados, aunque no quedaba claro el estado en el que se encontraban las instalaciones.
Ramona Delgado, de 45 años, quien administra un edificio de apartamentos en Manzanillo, pasó la noche en su casa en la oscuridad con sus dos hijos, pero dijo que el sábado temprano había regresado la luz.
"Nos asustó demasiado, creímos que iba a desaparecer Manzanillo", dijo. "Ahora ya no hay viento, solo hubo árboles caídos en mi cuadra", agregó.
Cuando generó vientos sostenidos de más de 300 kilómetros por hora antes de impactar en tierra, Patricia fue el huracán más fuerte jamás registrado en el hemisferio occidental.
Pero perdió ímpetu cuando su estructura se encontró con la Sierra Madre occidental, una cadena montañosa en el centro norte de México.
No obstante, las autoridades advirtieron que las lluvias continuarán y podrían registrarse deslaves, deslizamientos de laderas y desbordamientos de ríos y arroyos.
Los residentes de Las Juntas, un pueblo cerca de donde se unen dos ríos a unos 10 kilómetros de Puerto Vallarta, estaban siendo evacuados luego de un rápido aumento de los niveles de agua durante la noche, dijo una portavoz de Protección Civil.
Patricia se había convertido el jueves en tormenta tropical y fortalecido rápidamente al acercarse a la costa mexicana. Meteorólogos incluso la habían comparado por su poder con el tifón Haiyan que en el 2013 azotó Filipinas dejando más de 6,300 muertos.
En un mensaje televisado el viernes por la noche, el presidente Enrique Peña Nieto exhortó a los mexicanos a tomar precauciones, y advirtió que la tormenta que los meteorólogos habían dicho podría causar daños catastróficos todavía plantea un grave riesgo.
"Los primeros reportes confirman que los daños han sido menores a los correspondientes a un huracán de esta magnitud", dijo Peña Nieto. "Pero aún no podemos bajar la guardia", agregó.
(Reuters y AFP)
Con ráfagas cercanas a los 300 kilómetros por hora, el ciclón afectó calles y carreteras, y derribó árboles y postes de luz tras tocar tierra, además de provocar cortes del suministro eléctrico. Pero no se reportaban víctimas y la tormenta se debilitó rápidamente en su camino hacia el noroeste del país.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (CNH), que describió antes a Patricia como un ciclón potencialmente catastrófico, dijo que la tormenta se había degradado el sábado en la mañana a una depresión tropical.
El viernes, miles de turistas nacionales y extranjeros fueron desalojados en la región occidental del país. En Jalisco, donde se ubican exclusivos condominios y hoteles en conocidos centros turísticos como Puerto Vallarta, fueron regresados a sus alojamientos tras el paso de la tormenta.
Puerto Vallarta se despertó con un sábado soleado. Trabajadores retiraban tablas de ventanas y los autobuses públicos estaban funcionando.
"Estuvo más tranquila la noche, pura lluvia y ya sin vientos", dijo a la agencia Reuters Juan Michel, de 36 años, gerente de un hotel en Barra de Navidad, en los límites de Jalisco y el estado de Colima, cerca de Manzanillo, el principal puerto del país.
"El oleaje llenó la alberca de material que sacó el mar, basura, pedazos de plástico", agregó.
Los aeropuertos, las carreteras y los puertos de la región ya operaban con normalidad, dijo la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Agregó que las telecomunicaciones en Jalisco, Colima y Nayarit no se vieron afectadas, aunque había interrupciones en el servicio de electricidad.
Patricia tocó tierra el viernes 24 con un enorme ojo de 10 kilómetros de diámetro cerca de la zona de Cuixmala, entre Manzanillo y Puerto Vallarta, sede de un exclusivo centro turístico que ha recibido en los últimos años a líderes mundiales, músicos y multimillonarios excéntricos.
Una empleada de un exclusivo hotel de Cuixmala dijo que no había huéspedes alojados cuando la tormenta golpeó porque todos habían sido evacuados, aunque no quedaba claro el estado en el que se encontraban las instalaciones.
Sin consecuencias
Decenas de personas también fueron evacuadas en dos comunidades alrededor del volcán de Fuego de Colima debido a algunos deslaves producto de las lluvias.Ramona Delgado, de 45 años, quien administra un edificio de apartamentos en Manzanillo, pasó la noche en su casa en la oscuridad con sus dos hijos, pero dijo que el sábado temprano había regresado la luz.
"Nos asustó demasiado, creímos que iba a desaparecer Manzanillo", dijo. "Ahora ya no hay viento, solo hubo árboles caídos en mi cuadra", agregó.
Cuando generó vientos sostenidos de más de 300 kilómetros por hora antes de impactar en tierra, Patricia fue el huracán más fuerte jamás registrado en el hemisferio occidental.
Pero perdió ímpetu cuando su estructura se encontró con la Sierra Madre occidental, una cadena montañosa en el centro norte de México.
No obstante, las autoridades advirtieron que las lluvias continuarán y podrían registrarse deslaves, deslizamientos de laderas y desbordamientos de ríos y arroyos.
Los residentes de Las Juntas, un pueblo cerca de donde se unen dos ríos a unos 10 kilómetros de Puerto Vallarta, estaban siendo evacuados luego de un rápido aumento de los niveles de agua durante la noche, dijo una portavoz de Protección Civil.
Patricia se había convertido el jueves en tormenta tropical y fortalecido rápidamente al acercarse a la costa mexicana. Meteorólogos incluso la habían comparado por su poder con el tifón Haiyan que en el 2013 azotó Filipinas dejando más de 6,300 muertos.
En un mensaje televisado el viernes por la noche, el presidente Enrique Peña Nieto exhortó a los mexicanos a tomar precauciones, y advirtió que la tormenta que los meteorólogos habían dicho podría causar daños catastróficos todavía plantea un grave riesgo.
"Los primeros reportes confirman que los daños han sido menores a los correspondientes a un huracán de esta magnitud", dijo Peña Nieto. "Pero aún no podemos bajar la guardia", agregó.
(Reuters y AFP)
