Una de las virtudes de este libro que se divide en dos tomos es que no es necesario ser un experto en cine para disfrutarlo. Las notas de Homero Alsina Thevenet (H.A.T, en su famosa sigla) tienen la cualidad de trascender el género y son siempre algo más que críticas cinematográficas. Hay una belleza estética, una forma de razonar y de contar, que las eleva a la categoría de arte.
Los textos aquí reunidos son deliberadamente heterogéneos, lo que no hace sino realzar la capacidad de Alsina Thevenet para seducir siempre. El lector queda atrapado con el comentario sobre una película, con el análisis de una determinada corriente del cine, o con la biografía de un productor de Hollywood. El resultado es siempre el mismo.
La selección permite observar además la coherencia de un hombre que predicaba con el ejemplo.
Su famoso decálogo para periodistas está presente en cada página que escribió. Por eso al leerlo nunca hay que recurrir al diccionario para buscar una palabra rara, nunca hay una frase difícil de interpretar o una ambigüedad que confunda, y los datos, fechas, y títulos originales de las películas, siempre están rigurosamente presentes.
Como bien se señala en el prólogo hay críticas positivas, negativas, y varios momentos de fina ironía y buen sentido del humor. También están los temas que siempre le obsesionaron y que lo llevaron a polemizar con otros colegas, tanto de Uruguay como del exterior.
Hay más de un artículo donde se dedica con esmero a destruir la teoría del cine de autor y a sus promotores de Cahiers du Cinema, lo que le valió más de una crítica en su momento. También dedica varias páginas al tema de las listas negras de Hollywood, un asunto que dominaba a la perfección. Y hasta hay lugar para algún homenaje, como el que le dedica a la actriz alemana Marlene Dietrich.
Esplendor
Pero quizás sea en la simple crítica cinematográfica donde Alsina Thevenet brilla en todo su esplendor. Sus análisis de películas como El puente sobre el río Kwai, El ciudadano Kane, Gigante, Rocco y sus hermanos, La dolce vita, Bonnie and Clyde, Roma ciudad abierta, 2001, una odisea espacial, El sargento York, o Iván el terrible, son una maravilla.
Y si bien en esas críticas su opinión es mayormente favorable, es curioso como en cada una de ellas se las ingenia para señalar al menos dos o tres errores, fallos que no desmerecen su juicio positivo, pero que dejan en el lector la sensación de que a H.A.T. nada le parecía absolutamente perfecto.
En el otro extremo están las críticas negativas y las insólitas. Es difícil no sonreír al leer su nota sobre la versión original de Godzilla, e imaginarlo sentado en un cine viendo al gigantesco bicho arrasar Tokio, allá por 1958. O no sorprenderse con su escepticismo ante el cine de Alfred Hitchcock, a quien tilda de artesano y deja muy mal parado en su artículo sobre la película Los pájaros.
De todas formas, hay que señalar que sea a favor o en contra de una película, o de un director, Alsina Thevenet siempre argumentaba de forma impecable y nunca a la ligera. Su capacidad de relacionar filmes, de revelar escenas que al espectador se le habían pasado, de señalar virtudes y defectos de dirección, y el comentario certero sobre la fotografía, la música, el vestuario, los escenarios y las actuaciones, hacen que leerlo sea una experiencia única.
En pleno desarrollo del Festival de Cine de Montevideo, nada mejor que este libro para alentar a los indecisos, para separarse un rato de la computadora, para divertirse pensando qué habría escrito Homero Alsina Thevenet sobre las películas que se están exhibiendo.
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