Unos 142.700 uruguayos buscan sin éxito su incorporación al mercado laboral. El número ha venido en aumento y muestra el deterioro de las condiciones del mercado, afectado por la desaceleración de la economía en un esquema en el cual los sectores que sostienen los niveles de actividad no se caracterizan por ser intensivos en la contratación de trabajadores.
En febrero, la tasa de
desempleo alcanzó a 8% de la población económicamente activa. Eso no solo implica un incremento respecto al 7,1% registrado en igual mes del año pasado, sino que además es el mayor registro para ese mes desde febrero de 2008.
Según los datos divulgados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (
INE), ese deterioro se explicó por una reducción en el número de empleos disponibles en la economía, con una oferta de trabajo –fuerza laboral disponible– prácticamente estable.La tasa de
empleo se redujo durante los últimos 12 meses de 58,8% de la población en edad de trabajar a 58,3%, mientras que la tasa de actividad se mantuvo sin cambios en 63,3%.
En el primer mes de este año, la tasa de desempleo era de 7,7%. Si bien el último dato divulgado ayer por el INE se encuentra por encima de ese valor, la comparación con el mes inmediatamente anterior puede inducir a error, debido a que el desempleo –y los indicadores del mercado de trabajo en general– tiene un importante componente estacional. Esto es, la zafralidad de ciertas actividades lleva a que el desempleo sea normalmente más alto en algunos meses que en otros y esas variaciones no se pueden leer como una mejora o empeoramiento de las condiciones del mercado.
La comparación con el año pasado muestra que el debilitamiento de las condiciones del mercado laboral continúa, aunque la velocidad a la que la economía uruguaya expulsa trabajadores se ha moderado ligeramente en los últimos meses.
En el promedio de los 12 meses finalizados en febrero había 22.600 menos trabajadores empleados que en la media del año móvil anterior. En los 12 meses finalizados en diciembre, la caída era de 27.500, lo que muestra una desaceleración en el ritmo de contracción del mercado de trabajo.