El despertar de la Fuerza, el séptimo episodio de la saga
Star Wars y su retorno a los cines en 15 años, fue una producción atípica dentro del
Hollywood contemporáneo ya que logró evitar con éxito las filtraciones grandes en cuanto a su elenco, trama y otras posibles sorpresas.
Disney, la propietaria de la franquicia desde 2012, desea mantener esta tendencia para los próximos filmes de la saga, por lo que el inicio de la producción del
episodio VIII marcó un gasto de US$ 4.25 millones en medidas de seguridad, para evitar la filtración de imágenes, videos o cualquier otro tipo de información sobre el rodaje.
Actualmente la película se está filmando en los estudios Pinewood, en Londres, y el próximo mes se trasladará a Croacia. En ambos sitios se ha establecido un equipo de
drones de seguridad para detectar personas u otros drones de espionaje. También se ha contratado a un grupo de 600 guardias de seguridad, que en distintos turnos se encargan de la custodia de las locaciones.
Star Wars: episodio VIII, se lanzará en diciembre de 2017. Sin embargo, en diciembre de este año se estrenará Rogue One, una historia derivada de la saga galáctica que se ambienta entre los episodios III y IV.