El 31 de enero de 1962, los cancilleres de los países de la Organización de Estados Americanos (OEA) se reunieron en Punta del Este y decidieron excluir a Cuba del Sistema Interamericano.
En ese año, el embajador uruguayo José Mora Otero estaba al frente de la secretaría general del organismo, cargo al que Uruguay accedió por segunda vez en la historia el año pasado con Luis Almagro.
La decisión de Almagro de activar la Carta Democrática tiene el antecedente de la separación de Cuba aunque la normativa era diferente.
El excanciller Didier Opertti, dijo a El Observador que no son hechos comparables y se dieron en un marco jurídico distinto e incluso en un contexto exterior diferente.
En aquellos años el mundo vivía la llamada Guerra Fría que protagonizaban Estados Unidos y la Unión Soviética.
Opertti opinó que en el caso de Venezuela "hay una base de apoyo" para activar la Carta Democrática.
En la resolución de la OEA de 1962, que tuvo cuatro puntos, los países consideraron "incompatible" con los principios del organismo la adhesión de Cuba al "marxismo-leninismo". "El alineamiento de tal gobierno con el bloque comunista quebranta la unidad y solidaridad del hemisferio" dice la resolución.
La suspensión de Cuba recibió el voto a favor de 14 países, entre ellos Uruguay, hubo seis abstenciones (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador y México) y un voto en contra que fue el de Cuba.
Antes de esa resolución, la OEA había emitido una advertencia cuestionando la injerencia de Cuba en Venezuela.
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