El Cobos minuano aprovecha cada minuto para darse los gustos

El “Cobos minuano” –en referencia al vicepresidente argentino que rompió con la presidenta Cristina Kirchner–fue elegido como suplente de Adriana Peña (Alianza Nacional) en las elecciones de 2010 fruto de las alianzas políticas de aquel momento.
Peña renunció hace dos meses para ser candidata nuevamente en las municipales del 10 de mayo y Villalba asumió en su lugar. Gane o pierda, quien triunfe en las elecciones recién asumirá en julio. Y, hasta entonces, mandará Villalba, un hombre que ya se acomodó por fuera de la estructura partidaria.

Luego de las elecciones de octubre Villalba anunció su voto a Tabaré Vázquez en el balotaje lo que generó inquietud en filas blancas. “Si asume la intendencia puede descabezar el gabinete, ordenar gastos…puede hacer cualquier cosa”, dijo a El Observador en aquel momento un allegado a Jorge Larrañaga quien lidera el sector del que formaba parte Peña.
Incluso la intendenta dudó en renunciar a su puesto para no dejarle la cancha libre a su suplente. Villalba era director de Servicios Sociales de la intendencia pero, poco después de asumir, fue separado del cargo por supuestas irregularidades.

En junio de 2011 Villalba saltó a la notoriedad cuando Peña debió ausentarse por un viaje al extranjero y tuvo que dejar la intendencia en manos de su rival durante diez días. Para empezar, “el Cobos minuano” le dio licencia a los directores comunales de confianza de Peña. “Está dejando pegado al departamento frente a todo el país, haciendo algo que es un despropósito”, se quejó en ese momento el director del Asuntos Sociales, Mario Martínez.
Villalba respondió que tomó la decisión para “salvarles el cuello” y para que no quedaran “en medio de un problema ajeno”.
Además, Villalba inició la construcción de rampas para discapacitados en la terminal de ómnibus de Minas y en varias plazas públicas, y sacó de circulación el auto que usaba la intendenta.

Después, redactó un decreto por el cual los automovilistas de Minas debían estacionar del lado derecho de la calle, y propuso ponerle a una calle el nombre de “Beato Juan Pablo ll”.
“Tenemos la intención de construir una pista de patín, y un mirador de las sierras”, anunció en esos momentos de gobernante coyuntural. Sus fugaces intenciones terminaron cuando la intendenta Peña llegó del viaje, restituyó a sus directores y dejó a su correligionario con las ganas de seguir realizando cambios.

Consultado por El Observador sobre la aprensión que provocaba en Alianza Nacional la sola posibilidad de que asumiera por seis meses al frente de la comuna minuana, Villalba dijo que ahora reacciona “mucho menos emocionalmente y mucho más racionalmente”.
Y le aconsejó a sus excorreligionarios: “No le tengan miedo al miedo que más miedo te da”.
Por su parte, Peña había asegurado en El Observador TV que su relación con Villalba fue recompuesta e incluso diagramaron obras en conjunto. Fuentes cercanas a Peña dijeron que Villalba se comprometió, y está cumpliendo, con la reparación de la ruta de salida a Treinta y Tres, con la remodelación de las plazas Libertad y Rivera, y con la construcción de un comedor del INDA.

Además, desde que asumió el cargo el 10 de febrero de 2015, Villalba levantó un mirador panorámico sobre la ruta 60, remodeló la terminal de ómnibus, está construyendo una piscina en el estadio municipal y otra cerca del centro de Minas y ha reparado algunas calles. En el estadio instalará una rampa para discapacitados con acceso directo a la platea.
Ayer, El Observador intentó hablar con el nuevo hombre fuerte de Lavalleja. “El intendente está muy ocupado”, respondió una secretaria.