Poco confiables. Así calificó las cifras del Ministerio del Interiordadas a conocer esta semana el senador colorado Pedro
Bordaberry, y volvió a plantear el debate por las estadísticas y por como se registran los
delitos.
"Hemos recibido varias noticias de hechos que son tomados como hurtos cuando a nuestro juicio son rapiñas por la modalidad empleada", aseveró Bordaberry en relación a que si se emplea violencia, el hurto siempre debe ser catalogado como rapiña. Según el senador, el gobierno está lejos de cumplir su meta de reducir 30% las rapiñas. En relación a esto expresó: "Todavía no han empezado a bajar".
Un informe de Fundapro, la fundación que dirige el exdirector general del Ministerio del Interior, Guillermo Maciel, y que asesora a Bordaberry en materia de seguridad, señaló que la baja en las rapiñas anunciada por el Ministerio del Interior para 2016 implica que se redujo de 58 rapiñas promedio por día, a 56 por día. "Resultado por ende casi inocuo. Mientras que en los homicidios las cifras continúan siendo sensiblemente elevadas, en virtud que el promedio anual histórico, apenas si llegaba a unos 200 y ahora el promedio supera los 260", afirmó el trabajo.
Fundapro señaló entonces que "resulta imposible garantizar o establecer que la imperceptible reducción del año 2016, represente una tendencia que se vaya a mantener a futuro".
Consultado sobre la metodología empleada por el Ministerio del Interior, el exdirector del Observatorio Rafael Paternain admitió que "puede haber una situación confusa en la clasificación".
"Pueden haber eventos que tienen una clasificación inicial y a medida que empezaba el proceso de profundización esa tipificación podría sufrir transformaciones. Puedo anotar un hurto y un arrebato y a los 15 día puedo tipificarlo como rapiña".
"La situación más común es el efecto frontera entre el hurto más grave y el arrebato, cuando voy a a la calle y tiro una cartera que puede hacerse sin que nadie se de cuenta y una rapiña simple estamos en esa frontera", señaló.
El sociólogo dijo también que para evaluar una política de seguridad ciudadana, no se puede tomar como indicador "ni las denuncias ni mucho menos los proceso judiciales".
"Soy más partidario de ver aquello que se previene, hay que tomar otras metodologías complementarias como las encuestas de victimización. Mediante una metodología ver cómo se comportan los delitos según lo que declaramos por lógica de encuesta. Así vemos si los delitos tienden a bajar, si los delitos se denuncian más o menos", indicó.
Los resultados del PADO
En las ocho horas del día en los circuitos donde funciona el nuevo sistema de patrullaje policial denominado Programa de Alta Dedicación Operativa (PADO), las rapiñas bajaron 41%, según los
datos del Ministerio del Interior que corresponden a los primeros ocho meses de puesta en práctica del sistema que se aplica en la zona metropolitana: Jefaturas de Policía de Montevideo, Canelones y San José, con el refuerzo de la Dirección Nacional Guardia Republicana.
En base a esos datos y sumando las 16 horas restantes y las zonas donde no funciona el programa y el resto del país, la baja de las rapiñas fue de 4% , según los datos divulgados el lunes con las estadísticas de 2016.
De acuerdo a las cifras del Ministerio del Interior, desde que se aplica el PADO se logró bajar 7% las rapiñas en la zona metropolitana.
El PADO se despliega en circuitos compuestos por varios segmentos. Los segmentos tienen una extensión de una o dos cuadras que son patrulladas por policías a pie. En tanto que los circuitos son vigilados por personal motorizado y una camioneta que brinda apoyo cuando sea necesario.
Para establecer los circuitos y segmentos se tomaron en cuenta las cifras de rapiñas de 2015 y se definió Montevideo, Canelones y San José como lugares de acción, ya que concentran el 94% de las rapiñas que ocurren en el país.
En Montevideo hay 120 segmentos en 28 circuitos, que a nivel de superficie ocupan el 8% de Montevideo (25 kilómetros de calle) y es donde vive el 27% de la población de la capital. En Canelones, son 50 los segmentos distribuidos en 19 circuitos, en tanto que en San José son 5 circuitos con 11 segmentos.
El PADO se diseñó en base a un estudio sobre las denuncias ingresadas en el Sistema de Gestión de Seguridad Pública que permite establecer los índices delictivos según las zonas, por lo cual el Ministerio insta a realizar las denuncias de los delitos.