Si se asume que la nueva vicepresidenta de Uruguay será la senadora Lucía Topolansky, el cambio puede generar repercusiones profundas en la dinámica del gobierno. El ascenso del Movimiento de Participación Popular (MPP) a presidir la Asamblea General y ser suplente del presidente Tabaré Vázquez puede tener consecuencias en la dinámica actual de la administración. Para empezar, Topolansky es, a los efectos prácticos, como si el expresidente José Mujica (2010-2015) estuviera en la vicepresidencia. Por lo tanto su accionar, por más independencia que tenga, será en sintonía con lo que piense y diga Mujica.
Topolansky es una dirigente con mucha experiencia de negociación en el Parlamento. Tiene, a diferencia de Sendic, años en el Senado y eso le puede servir para zurcir los acuerdos que el hasta ahora vicepresidente no pudo alcanzar.
Desde el punto de vista de Vázquez, esto último puede ser positivo. Es esperable que el puente que ahora significa el MPP en la vicepresidencia genera un vínculo Ejecutivo-Legislativo más fluido. Aunque tampoco se deben desestimar antecedentes de roces entre Vázquez y Topolansky, como cuando en 2005 el mandatario vetó la posibilidad de que la senadora asumiera en el ministerio de Vivienda.
"Lo más importante es tener una vicepresidencia que funcione como tal; eso es clave", dijo a El Observador el doctor en ciencia política, Adolfo Garcé. Para el analista, sin embargo, el ascenso de Topolansky puede generar efectos negativos para los intereses del gobierno. A juicio de Garcé, para los intereses de Vázquez, del ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, y del canciller, Rodolfo Nin, "no es lo ideal" que el MPP incremente su poder. En temas como la política exterior y la económica, el sector de Mujica ha marcado discrepancias que ahora, en una posición más relevante, puede hacerla pesar.
"De todas formas, en términos del funcionamiento del gobierno, la salida de Sendic pone punto final a la crisis y repara un puente roto que había con el Parlamento", agregó Garcé.
Por otra parte, la salida de Sendic y la asunción de Topolansky genera un cambio en la bancada del Frente Amplio en el Senado. Hasta hoy, la lista 711 tenía dos senadores más el voto del vicepresidente. Al renunciar Sendic, o bien asume él su banca u otro dirigente de su sector, pero en todo caso su representación se reduce a dos legisladores. En cambio el MPP gana uno y pasa a tener siete de los 14 senadores del FA. Eso pasa porque en lugar de Topolansky asumiría Charles Carrera, dirigente del MPP que hoy ocupa la Secretaría General del Ministerio del Interior.
Si bien este sábado se especulaba con una rebelión de los legisladores de la 711, ello fue descartado y lo más probable es que ahora el FA cierre filas para salir a flote de esta crisis. "Este es otro susto que despierta al mamado. Es una crisis brutal sin precedentes desde la restauración democrática", consideró Garcé.
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