Dentro de un año estará listo el sistema ShakeAlert desarrollado por el U. S. Geological Survey (USGS) junto con distintas universidades, para obtener una temprana alerta sobre terremotos en la costa noroeste de Estados Unidos. Especialmente se busca detectar el "Big One", que se cree tendrá una magnitud de 9 o más en la escala Richter
Desde hace años existe la teoría en Estados Unidos sobre un terremoto de magnitud 9 o más que golpeará el noroeste del país. El "Big One" o "Gran Terremoto" tendría lugar en los próximos 30 años y sería consecuencia de la falla de San Andrés, según informó The Guardian.
Cuando se trata de un sismo promedio, una alerta de entre 15 y 30 segundos previos al terremoto, es suficiente para que los ciudadanos se protejan. Sin embargo, para un terremoto con la magnitud del que se cree se aproxima, se necesitaría más tiempo. Se espera que el programa ShakeAlert pueda anunciar a los civiles con hasta cinco minutos de anticipación, y que envíe la alerta directo a sus teléfonos móviles. De esta manera, se podría evitar que trenes que están por arrancar, se detengan, o que vehículos no se suban puentes o pasen por túneles.
Se cree que este sismo golpea la costa de California una vez cada 240 años, y la última vez fue hace más de 300. Por ello, se teme que este se aproxime pronto. Según USGS, California tiene un 99,7% de probabilidad de sufrir un terremoto de magnitud 6.7 o más, y que existe un 10% de posibilidad que un terremoto de 8 o 9 golpee la costa noroeste.
Según la BBC, si este terremoto llegara a golpear, podrían morir cerca de 2.000 personas y los daños materiales superarían los US$200.000 millones. Por otro lado, el golpe ocasionaría sismos de menor grado a minutos del primero y una oleada de tsunamis. Por ello, la creación del programa ShakeAlert es de vital importancia, así las personas podrían prepararse y buscar refugio.
La falla de San Andrés es una falla continental que se extiende a través del estado de California con una longitud de 1.300 km. Allí se forma una placa tectónica entre la placa del Pacífico y la del Norte Americano. Esta línea entre las placas tectónicas hace que California se divida en dos partes. El movimiento de estas genera que la zona del noroeste del país sea propensa a sufrir terremotos, especialmente en los alrededores de la ciudad de Los Ángeles.
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