El Mercosur fue

En el último año, Argentina adoptó medidas proteccionistas y cerró su economía a las importaciones de productos y servicios. Toda actividad de comercio exterior está sujeta a la aprobación del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, que además restringe al máximo la salida de divisas. En la bolsa cayeron Uruguay y sus “socios” del Mercosur al desconocerse por completo el tratado fundacional del bloque, el de Asunción.

Brasil no llegó a tanto pero, para superar algunos problemas de acceso a su mercado, Montevideo tiene que negociar mano a mano con Brasilia, por fuera del bloque.

La unión aduanera no es tal: el arancel externo común está tan perforado que se hunde y, cuando tuvo problemas, Uruguay recurrió a los tribunales del Mercosur, sí, pero pese a tener fallos favorables nadie los respetó.

Además de bloquear el comercio intrazona, Argentina impidió durante cinco años el cruce de personas por el río Uruguay a través del puente San Martín sin que se le moviera un pelo. El Mercosur tampoco se despeinó.

El presidente José Mujica y el vicepresidente Danilo Astori reconocen todo esto, pero el gobierno se niega a llevar las flores al cementerio y dice que aún en este estado el Mercosur es al menos un lugar donde negociar.

“Desde el punto de vista formal no existe el Mercosur. Desde el punto de vista real existe pero desde el punto de vista jurídico está todo hecho un chicle”, dijo Mujica al semanario Búsqueda el mes pasado, cuando la administración Kirchner sumaba bloques a la barrera comercial.

“Nosotros vamos a ir, vamos a hacer acuerdos con el país que se descuide y, cuando vengan a reclamar, vamos a decirles que no se pueden asustar con eso. Va una cosa por la otra”, advirtió el presidente.

En la misma línea, Astori se despachó sin vueltas contra el vecino del Río de la Plata el pasado lunes en una entrevista con La República.

“Hasta ahora Argentina ha desconocido por completo el tratado de Asunción y Uruguay lo ha cumplido fielmente”, dijo el vicepresidente, y agregó: “Cuando nació el tratado de Asunción en 1991 lo hace con dos excepciones al libre comercio: el azúcar y la industria automotriz. Nada más. Todo lo demás hacia un proceso de liberación comercial que, en algunos casos, tenía etapas y una cierta progresividad, pero nace como un tratado muy abierto. De eso, en la práctica hoy, en las relaciones con Argentina y también en algunas con Brasil, casi no queda nada, porque hay todo tipo de restricciones no arancelarias, todo tipo de trabas”.

Ante esta situación a Uruguay le queda, denunciar, patalear y esperar a que el Tribunal de Controversias del Mercosur le dé la razón y obligue a la parte que incumple a corregirse. Pero eso tampoco funciona, dice Astori: “El camino de la denuncia ante instituciones del Mercosur es absolutamente inútil, ya lo seguimos y fracasó. Es más, hubo fallos favorables a Uruguay que no se cumplen. Pasa lo mismo que con el tratado de Asunción”.

Todo dicho, o no. Hay algo positivo, según el vicepresidente. “En este marco muy negativo, qué tenemos como positivo, tenemos un espacio de negociación. Hay un equipo de este lado y un equipo de aquel lado que se encuentran y negocian. Este camino hay que seguirlo porque no tengo ninguna alternativa”, dijo Astori.

La posición de Mujica y Astori no coincide con el optimismo que intenta transmitir la bancada de gobierno en el Parlamento cuando le apuntan con el tema “Argentina”.La senadora Lucía Topolansky, esposa del presidente, dijo a El Observador que el Mercosur “no murió” y que Uruguay debe insistir en su transformación.

“No murió el Mercosur, para mí no murió. Los proyectos de mercado común son largas construcciones, larguísimas. Este fue un Mercosur concebido solo como un acuerdo comercial, pero nosotros hemos hecho un esfuerzo y vamos a seguir haciéndolo para transformarlo en una cosa distinta, que además de intercambio comercial tenga construcción de economía, intercambio de conocimientos e investigación, un Mercosur social”, dijo la primera senadora del FA.

Topolansky desechó cualquier hipótesis de abandonar el bloque. “No vamos a salir al descampado; solos por el mundo nos va a ir mucho peor”, dijo la primera dama.Sobre el momento que atraviesa Argentina y las medidas proteccionistas que afectan a los exportadores uruguayos, Topolansky ensayó una explicación: “Lo que pasa es que Argentina, por el default que tuvo en el 2001 no es sujeto de crédito y tiene que buscar cualquier forma para retener los dólares, pero se están pensando alternativas, de un intercambio tipo trueque, en moneda local, que puede caminar”, dijo la senadora.

El martes, en el Parlamento, cuando la oposición criticaba al gobierno por la falta de firmeza ante Argentina, el senador Alberto Couriel defendió la relación con la administración Kirchner.“La Argentina nos da los ingresos de turismo, nos da las inversiones inmobiliarias y con todas las restricciones del 2011, las exportaciones a Argentina crecieron 17%”, dijo Couriel.

Convencidos de que el Mercosur fue al menos la versión original del bloque, la oposición exige replantear el vínculo de Uruguay con sus socios. “En forma urgente, Uruguay debe realizar un planteo que implique un nuevo enfoque del Mercosur y comenzar el camino de las negociaciones bilaterales”, dijo el líder colorado Pedro Bordaberry el martes durante la Asamblea General.

El senador y presidente del Directorio del Partido Nacional, Luis Alberto Heber, habló en la misma línea: “El Mercosur se ha vaciado de contenido. Los incumplimientos de los socios mayores, que hacen prevalecer siempre sus intereses, deben llevar a realizar en lo interno y en lo externo su replanteo. Así no podemos seguir”, sentenció.

Murió, fue, no sirve... como quiera, el Mercosur ya no es lo mismo.