"El miedo tras un robo se te pasa, pero esto fue horrible"

En el pequeño comercio situado en la esquina de las calles Blanes y San Salvador, en el Parque Rodó, todavía no dan crédito de lo ocurrido ni de la muerte de Diana Gonnet.

"El miedo después de un robo se te pasa a los pocos días, pero esto fue horrible", dijo uno de los encargados de la fábrica de pastas. "¿Quién podía pensar que algo así podía pasar un domingo, a esa hora y con el local lleno de gente?", se preguntó el trabajador en diálogo con El Observador.

Hasta lo ocurrido el domingo 16 de agosto, en la fábrica de pastas (que tiene como anexo un restorán) tenían miedo al accionar de los delincuentes en la noche. Pero ahora los empleados viven en alerta ante el mínimo movimiento fuera de lo usual. Sienten miedo todo el tiempo.

Al menos dos trabajadores que tenían licencia pendiente pidieron para tomársela a los pocos días de la rapiña, y si bien no dijeron que la razón de tomar sus vacaciones ahora tuviera que ver con el episodio, "te dabas cuenta que era por eso", contó el encargado del local.

El Ministerio del Interior se contactó con la fábrica de pastas y ofreció asistencia psicológica para los empleados que la requieran.

El miedo en el barrio

Cerca de la hora 14 del domingo 16 de agosto, un hombre armado entró a la fábrica de pastas para robar. En determinado momento ingresó un expolicía que forcejeó con el delincuente y en ese momento Gonnet recibió un disparo en el abdomen. Fue trasladada a una mutualista donde murió dos días después. El rapiñero que disparó y un cómplice que lo esperaba en una moto fueron procesados con prisión por el juez Gustavo Iribarren.

Lo ocurrido en la fábrica de pastas Blanes conmocionó a los vecinos de la zona, que también, desde aquel día, viven atemorizados. "Vi cómo le disparaban a menos de un metro a un señor que previo le dieron un culatazo en la cabeza para tirarlo y después en el piso quisieron ejecutarlo. Vi correr gente y tirarse al piso desesperada. Vi a una chica de unos 25 años ser arrastrada hasta el cordón de la vereda de enfrente. Salí corriendo a asistirla. No me voy a olvidar más de esos ojos mirando la nada en shock", relató en Faccebook Adriana Masiello, quien vive en la misma cuadra.

Los efectos de un hecho violento

Después de presenciar un episodio violento —como puede ser una rapiña— la reacción depende de las características de cada persona. "Primero, en el momento, suele producirse una desorganización psíquica donde no se sabe si se trata de un evento real o una fantasía", dijo el psiquiatra y criminólogo Luis Bibbó. Agregó que la reacción también está pautado por "el discurso social dominante" en cuanto a la inseguridad.

Después de producido el shock inicial, un episodio violento genera secuelas que también varían según la personalidad. "Después de pasado el impacto del primer momento se empieza a ver la verdadera magnitud de lo que pasó y ahí se activan el miedo, la angustia, la ansiedad", dijo el experto consultado por El Observador. Y a partir de ahí es que, por ejemplo, se empieza a tener miedo en determinados lugares o situaciones.