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El pastoreo racional demuestra ser una herramienta efectiva para producir más
El asesor ganadero Luis Sardo explicó a El Observador Agropecuario cómo se ha implementado esta tecnología en la ganadería
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06 de julio de 2015 a las 05:00
El pastoreo racional está logrando experiencias interesantes y permite obtener, por ejemplo, 240 kilos de carne por hectárea con una alta carga animal en un campo Coneat 30 en un sistema de cría.
El tema fue destacado a El Observador Agropecuario por el asesor de productores ganaderos Luis Sardo, quien explicó que el pastoreo racional es la contrapartida a lo que representa el pastoreo continuo. Explicó que el pasto natural o implantado en pastoreo continuo cuando se come el rebrote la planta se agota rápidamente y termina por ofrecer muy poco forraje.
Para un grupo de técnicos y productores que ha trabajado en este tema, está claro que todo mejoramiento si no se maneja adecuadamente se pierde y genera pérdidas económicas muy importantes, afirmó Sardo.
El pastoreo racional se define como la implementación de subdivisiones en los potreros, llevando el agua a esas parcelas que obviamente tiene su costo. Sin embargo, se obtienen resultados muy buenos porque esas plantas en los períodos de descanso adecuados –a pesar de las adversidades climáticas– tienen otras defensas.
Un ejemplo en el norte
En Tacuarembó, el productor Juan Roberto Dutra Keirán, quien compró una fracción de campo en Cuchilla de Laureles con un índice Coneat 30, participó en cursos del Instituto Plan Agropecuario (IPA), algunos presenciales y otros a distancia, donde se enteró de los cursos de pastoreo racional, se interesó y realizó una experiencia muy interesante.
Dutra subdividió una parte del campo de 64 hectáreas en 73 parcelas que son menores a una hectárea y luego construyó un sistema hidráulico que le permite con un bebedero de plástico transportar el agua en un cuatriciclo al lugar donde lo necesita.
La idea básica es que el ganado rote y que todos los días tenga una nueva fracción de pastura que está descansada y tenga acceso al agua para beber. En ese lugar se alimenta y se satisface rápidamente, bostea y orina en esa fracción, lo que permite hacer un reciclaje importante de los tres elementos básicos. De la bosta y la orina se recicla el nitrógeno y el potasio.
Sardo comentó que este productor tuvo resultados importantes y generó el interés del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) que lleva a cabo un monitoreo a cargo del técnico Joaquín Lapettina, y de Gustavo Garibotto, del Ministerio de Ganadería, que analizan los resultados y las posibilidades de transferir esa tecnología a otros productores.
Se trata de una tecnología de manejo de pasturas que pueden ser mejoradas y dentro de lo que es el concepto de pastoreo racional hay productores más conservadores y otros más arriesgados. En ese contexto se le puede agregar fósforo, alguna leguminosa adecuada al tipo de suelo "y alguna gramínea que es la escuela agronómica básica de cómo mejorar una pastura", sostuvo Sardo.
El productor, que es un empresario, tiene que adaptarse al mercado y al clima, por lo que hoy encontró su mejor opción en la recría.Pero anteriormente haciendo la cría (con seis cabezas por hectárea incluyendo los terneros) alcanzó a producir 240 kilos de carne por hectárea, lo que en un campo Coneat 30 es un guarismo muy bueno, opinó Sardo. Dijo además que la alta carga animal es un beneficio determinante que tiene este sistema, si bien tiene sus riesgos ante una adversidad climática, pero se puede hacer alguna prevención en reserva forrajera o dar granos.
Estudios realizados en Argentina y Estados Unidos demuestran que las raíces de las plantas incluidas en este sistema de pastoreo racional crecen significativamente. Tienen una mayor capacidad de explorar los nutrientes básicos, como el agua y el fósforo, explicó Luis Sardo. En los períodos de descanso las plantas acumulan reservas, que les permiten después tener rápidamente un rebrote. Además de la importancia que tiene el tipo de suelo lo fundamental es darle el descanso adecuado a esas parcelas luego que el pasto es comido por los animales, que pueden ser 20 o 40 días. En un invierno muy riguroso a lo mejor hay que esperar hasta 60 días.
El tema fue destacado a El Observador Agropecuario por el asesor de productores ganaderos Luis Sardo, quien explicó que el pastoreo racional es la contrapartida a lo que representa el pastoreo continuo. Explicó que el pasto natural o implantado en pastoreo continuo cuando se come el rebrote la planta se agota rápidamente y termina por ofrecer muy poco forraje.
Para un grupo de técnicos y productores que ha trabajado en este tema, está claro que todo mejoramiento si no se maneja adecuadamente se pierde y genera pérdidas económicas muy importantes, afirmó Sardo.
El pastoreo racional se define como la implementación de subdivisiones en los potreros, llevando el agua a esas parcelas que obviamente tiene su costo. Sin embargo, se obtienen resultados muy buenos porque esas plantas en los períodos de descanso adecuados –a pesar de las adversidades climáticas– tienen otras defensas.
Un ejemplo en el norte
En Tacuarembó, el productor Juan Roberto Dutra Keirán, quien compró una fracción de campo en Cuchilla de Laureles con un índice Coneat 30, participó en cursos del Instituto Plan Agropecuario (IPA), algunos presenciales y otros a distancia, donde se enteró de los cursos de pastoreo racional, se interesó y realizó una experiencia muy interesante.
Dutra subdividió una parte del campo de 64 hectáreas en 73 parcelas que son menores a una hectárea y luego construyó un sistema hidráulico que le permite con un bebedero de plástico transportar el agua en un cuatriciclo al lugar donde lo necesita.
La idea básica es que el ganado rote y que todos los días tenga una nueva fracción de pastura que está descansada y tenga acceso al agua para beber. En ese lugar se alimenta y se satisface rápidamente, bostea y orina en esa fracción, lo que permite hacer un reciclaje importante de los tres elementos básicos. De la bosta y la orina se recicla el nitrógeno y el potasio.
Sardo comentó que este productor tuvo resultados importantes y generó el interés del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) que lleva a cabo un monitoreo a cargo del técnico Joaquín Lapettina, y de Gustavo Garibotto, del Ministerio de Ganadería, que analizan los resultados y las posibilidades de transferir esa tecnología a otros productores.
Se trata de una tecnología de manejo de pasturas que pueden ser mejoradas y dentro de lo que es el concepto de pastoreo racional hay productores más conservadores y otros más arriesgados. En ese contexto se le puede agregar fósforo, alguna leguminosa adecuada al tipo de suelo "y alguna gramínea que es la escuela agronómica básica de cómo mejorar una pastura", sostuvo Sardo.
El productor, que es un empresario, tiene que adaptarse al mercado y al clima, por lo que hoy encontró su mejor opción en la recría.Pero anteriormente haciendo la cría (con seis cabezas por hectárea incluyendo los terneros) alcanzó a producir 240 kilos de carne por hectárea, lo que en un campo Coneat 30 es un guarismo muy bueno, opinó Sardo. Dijo además que la alta carga animal es un beneficio determinante que tiene este sistema, si bien tiene sus riesgos ante una adversidad climática, pero se puede hacer alguna prevención en reserva forrajera o dar granos.
Buenas raíces
Estudios realizados en Argentina y Estados Unidos demuestran que las raíces de las plantas incluidas en este sistema de pastoreo racional crecen significativamente. Tienen una mayor capacidad de explorar los nutrientes básicos, como el agua y el fósforo, explicó Luis Sardo. En los períodos de descanso las plantas acumulan reservas, que les permiten después tener rápidamente un rebrote. Además de la importancia que tiene el tipo de suelo lo fundamental es darle el descanso adecuado a esas parcelas luego que el pasto es comido por los animales, que pueden ser 20 o 40 días. En un invierno muy riguroso a lo mejor hay que esperar hasta 60 días.
