La primera ministra británica Theresa May se opuso ayer a que
Escocia busque un nuevo referéndum de independencia, pero en realidad no puede frenar fácilmente ese intento, aunque podría retrasarlo para que no interfiera en el
brexit.
"No es momento de politiqueo ni de crear incertidumbre", reiteró May en respuesta a la jefa del
gobierno regional escocés, la nacionalista Nicola Sturgeon, que inició el lunes el proceso del referéndum.
El Parlamento británico, en el que los conservadores tienen mayoría, debe dar su visto bueno al referéndum, una vez lo solicite el Parlamento escocés.
El anterior referéndum de 2014 –en el que el unionismo se impuso por 55% a 45%– fue el resultado del Acuerdo de Edimburgo entre el gobierno central de David Cameron y el regional escocés de Alex Salmond.
En un nuevo acuerdo similar, May podría imponer una fecha más conveniente para ella, pero difícilmente vetarlo, porque significaría ponerse definitivamente en contra el electorado escocés.
"Estamos en tierras ignotas", advirtió Quentin Peel, de Chatham House, alertando del peligro que supondría para May "la amenaza escocesa combinada con una rebelión norirlandesa".
Otros alertan de que el resultado de las negociaciones con la UE podría empeorar la situación si el acuerdo no es bueno, en un momento en que los sondeos revelan un empate a 50% entre independentistas y unionistas en Escocia.
1707
El “Tratado de la Unión” que alumbró el Reino Unido no descarta la independencia de sus miembros.
55%
El plebiscito de 2014 terminó en derrota de los independentistas.
BREXIT
En Escocia el brexit perdió con claridad: 66% votó por quedarse en la Unión Europea, lo que reabre el debate de la independencia.
IRLANDA DEL NORTE
También marcó una derrota clara del brexit. Consideran que dejar la UE es perder autonomía con Londres.
PARLAMENTO
En las recientes elecciones parlamentarias irlandesas los unionistas perdieron la mayoría por primera vez desde los acuerdos de paz de 1999, a manos de quienes buscan la reunificación con la República de Irlanda.