En el este sale tierra líquida por las canillas

Aunque ya no quedan rastros del color amarronado, y a simple vista el agua es igual a la de cualquier otro lugar y sin olor, cuando se toma es imposible no pensar en que se está tragando tierra. Se debe hacer un esfuerzo para poder tomar más de un trago y el sabor, casi áspero, se queda un buen rato en la boca. Con este panorama que se repite desde el 16 de marzo, los vecinos no han tenido otra alternativa que comprar bidones para poder tomar mate, cocinar e incluso para lavarse los dientes.

“El agua es intomable. Tiene un gusto raro, como a barro”, aseguró a El Observador Washington Billapan, vecino del barrio Maldonado Nuevo, mientras esperaba que su esposa hiciera el reclamo para no pagar el último mes en la Unidad de Gestión Desconcentrada (UGD) de OSE en ese departamento. “Nunca se había comprado agua pero ahora la hervís y tomás, e igual no se va el gusto”, agregó Billapan. Lo mismo afirmaron varios de los vecinos consultados por El Observador, quienes se quejaron de que el agua corriente ya no se puede usar “ni para tomar mate”, porque ese sabor a barro es incluso más potene que el de la yerba.

Hay otros, como es el caso de Andrea Galván, quien vive en Sauce Portezuelo, que aseguran que hasta han tenido que comprar agua en bidones para dar a sus mascotas. “Los perros están tomando agua mineral porque les está dando diarrea”, dijo a El Observador Galván, quien desde hace 20 días compra dos bidones por día.

Las góndolas y heladeras de bebidas vacías son también testigos de lo intomable que continúa el agua, a más de 20 días de detectado el problema. La realidad se repite en distintas ciudades del departamento y, según afirmaron desde las cadenas de supermercados Tienda Inglesa y El Dorado, en las últimas semanas la venta de agua, sobre todo de 5 litros y sin gas, se ha triplicado. El encargado de supervisar los locales de El Dorado del departamento de Maldonado, Carlos Pastor, aseguró a El Observador que las dos mayores marcas comercializadas no pudieron cumplir con la distribución, sobre todo en los lugares chicos, y que, ante la falta de bidones, ya comenzaron también a escasear las botellas de uno y dos litros.

Aunque varios vecinos aseguran haber sentido dolores estomacales luego de ingerir el agua corriente, OSE informó que si bien no es potable, tampoco genera problemas en la salud. Para que tenga calidad de potable además de no presentar riesgo para la salud, el agua no debe presentar problemas desde lo organoléptico, que se traduce en la ausencia de olor y fundamentalmente un sabor diferente al característico. “Si se aparta (de los parámetros) solo por eso, no ofrece ningún riesgo para la salud”, afirmó a El Observador el director de la UGD de Maldonado, Jorge Hourcade.

Una nueva especie de algas

El agua que llega actualmente a los hogares que abastece OSE desde Laguna del Sauce, unas 140 mil personas, no tiene olor ni color fuera de lo característico. Es que la causante del problema es una floración algal que no se ve y, según explicaron a El Observador en el laboratorio de OSE, si se juntaran todas los filamentos presentes actualmente en la laguna, su tamaño no sería mucho mayor al de la palma de una mano. Es que la ocasionante del problema tiene un diámetro diez veces menor que el grosor de un cabello.

Según aseguró Hourcade, se trata de la cianobacteria cylindrospernasis, un género nuevo en la Laguna del Sauce, que tiene como característica el favorecer la formación de un metabolito (un tipo de moleculas), que es el causante del olor y gusto a tierra en el agua. Estos metabolitos, explicó por su parte a El Observador el jefe de laboratorio de la planta de OSE de Laguna del Sauce, Gustavo Méndez, siempre están en el agua, aunque “a la larga y en picos altos” generan el mal olor y sabor. Bastan entre 2 y 10 nanogramos para que la persona los detecte y sienta el rechazo.

Los altos niveles de nitrógeno y fósforo que tiene la laguna, algo que se arrastra al menos desde 1989, combinados con “determinados factores climáticos” como la falta de lluvias y la mayor penetración de la radiación solar, hace que las cianobacterias se reproduzcan con más facilidad, y al ser un tipo desconocido, no se pudo neutralizar a tiempo para que no llegara a la población, dijo el director de la UGD de Maldonado.

Aunque según pudo comprobar El Observador incluso el agua de la propia planta potabilizadora de OSE tiene sabor a tierra, de acuerdo a mediciones del laboratorio central del ente y comparado con muestras de otros departamentos, el nivel de metabolitos es actualmente normal.

Lo mismo aseguró el director de la UGD de Maldonado. “Hace varios días que el problema está neutralizado”, dijo Hourcade, quien aseguró que hay algunos lugares donde el consumo de agua es mayor –ya sea porque está más poblado o porque durante Semana Santa hubo más turismo– donde ya no se nota el mal sabor.

A pesar de que el presidente Tabaré Vázquez aseguró ayer en rueda de prensa que le “preocupa el agua en Maldonado” porque es “un bien inapreciable”, “restringido y finito”, todavía no se puede saber cuándo se volverá totalmente a la normalidad.

“La desaparición es un fenómeno muy gradual porque tenés que ir renovando toda el agua para que desaparezcan los metabolitos, pero además hay una adhesión de estos elementos en las paredes de las tuberías, que hace que persista” su efecto, explicó Hourcade. Mientras tanto, los vecinos deberán seguir gastando en bidones, y quienes no pueden hacerlo, relegarse a tomar un agua que aunque insípida e incolora, sabe a barro.