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Fiscal del caso enfermeros: “No puede afirmarse” que “sean inocentes”

En la computadora del enfermero Acevedo había “artículos sobre la muerte de personas”, se advierte en la apelación. Lea el documento
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07 de abril de 2015 a las 21:49

Los enfermeros Ariel Acevedo y Marcelo Pereira estuvieron casi tres años presos, acusados de matar a 15 pacientes. El 26 de febrero fueron absueltos y recuperaron la libertad. La jueza Dolores Sánchez dictaminó que “los encausados no han cometido ilícito alguno” y que su procesamiento se basó en “un rumor”. La fiscal Mónica Ferrero apeló ese fallo, por considerar “que no puede afirmarse (...) que sean inocentes”.

Acevedo, que trabajaba en la Asociación Española, confesó que le inyectaba aire a pacientes, no con la finalidad de “parar la vida, sino permitir descansar”. Pereira, que trabajaba en esa mutualista y en el Hospital Maciel, confesó que inyectaba morfina a pacientes “irreversibles” para que “por fin puedan descansar en paz”.

La fiscal Ferrero coincide en la apelación con el fiscal que la antecedió en el caso, Gilberto Rodríguez, que había pedido condenas de 14 y 16 años de prisión para los enfermeros por delitos de tentativa de homicidio. “En los dos casos más tangibles, se determinó que las dosis no fueron las causantes de la muerte, pero sí que existieron”, expresa la magistrada. “Ello determina que no puede de modo alguno afirmarse, y menos ante una clara confesión de parte enlazada con fuerte indicios probatorios, que los enfermeros sean inocentes”, agrega Ferrero en la apelación divulgada por el portal de la Fiscalía de Corte.

La fiscal enumera luego los indicios probatorios. En la única paciente a la que se le pudo realizar una autopsia, “no se encontró morfina en la sangre, no obstante se encontraron trazas en la orina”. Como revela la historia clínica de la paciente, los médicos no habían ordenado que se le suministrara morfina. “Se suministraron sustancias sin prescripción médica; ello está debidamente probado en autos a nuestro juicio”, expresa la fiscal.

“No es legal que un enfermero que tiene al cuidado un paciente le suministre medicación al mismo sin prescripción médica alguna. Y si lo hace, se debe determinar el dolo, esto es la intención de hacerlo, lo que es ajeno a la motivación”, agrega.

Las confesiones
La fiscal reconoce que “ambos dieron sus motivaciones y alejaron de sus conductas cualquier finalidad de dar muerte”, pero advierte que “el dolo en la conducta de los encausados surge claramente en el sentido de que pudieron representarse los efectos de su accionar”.

Para la fiscal, ambos enfermeros eran conscientes de que, al suministrar aire o morfina sin prescripción médica, estaban violando la ley. Fundamenta esa postura con declaraciones de los acusados. “Vuelvo a repetir que estoy convencido de que mis actos fueron erróneos y que estoy arrepentido de haberlos hecho, porque no era yo quién para tomar en mis manos la vida de otros seres humanos”, declaró Acevedo, tras confesar que inyectó 20 centímetros cúbicos de aire en varios pacientes. “Mi error fue haberlo suministrado sin autorización médica. No fue con el fin de matar a nadie”, declaró Pereira, que inyectaba morfina.

“Mendacidad notoria”
La jueza que los absolvió destacó en su sentencia que ambos alegaron que “fueron presionados por el personal policial” para que confesaran y que recibieron “un mal asesoramiento” de su anterior abogada.

En contrapartida, la fiscal Ferrero considera que las confesiones son válidas y que los dos enfermeros se retractaron “para evitar la condena penal y la pública, porque su admisión había generado un revuelo internacional”.

“Ello, seguramente, determinó a tratar de elaborar una exculpatoria como la que ensayaron, ambas totalmente criticables porque la mendacidad es notoria a poco que se analice”, expresa.

La fiscal asegura que “la prueba de suministro de dichas sustancias sin prescripción médica es suficiente para la condena de los mismos, ya que introduce la violencia privada ejercida, y dicho ilícito se consuma apenas se hace efectiva la violencia o la coacción psíquica”.

Entre otras pruebas e indicios, Ferrero menciona testimonios de compañeros y mensajes de texto que intercambiaron los enfermeros. Además, destaca que en la computadora de Acevedo “se encontraron artículos sobre la muerte de personas”.

Un Tribunal de Apelaciones condenará o absolverá a los enfermeros.

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