Fotos del dolor: impacto del terrorismo de Estado en las familias de los desaparecidos

A los 5 años, Karina Tassino vacacionó junto a su familia en el Parque de Vacaciones de UTE. De esos días en familia quedó una foto que se tomó junto a su padre, Oscar Tassino, frente a una de las arboladas del lugar. Ahora, a sus 47 años, Karina ve su foto expuesta en el Centro de Fotografía Montevideo al lado de una actual en el mismo lugar pero sin su padre. Él desapareció el 19 de julio del 1977.

La de Tassino es una de las 16 familias retratadas en Ausencias, un proyecto del fotógrafo argentino Gustavo Germano que comenzó en Argentina en 2007, lo reiteró en Brasil en 2012 y ahora son expuestas por primera vez las fotografías logradas en Uruguay durante 2016.

No son retratos comunes. Buscan replicar el mismo escenario que una foto de álbum familiar pero resaltando la ausencia de las víctimas de desaparición forzada en la dictadura. La idea es mostrar "el universo afectivo transformado", dijo Germano a El Observador.

El fotógrafo entrerriano comenzó con esta iniciativa por la experiencia de su propia familia, que sufrió la desaparición de su hermano Eduardo Germano. Secuestrado en 1976, sus restos recién fueron hallados en 2014. El fotógrafo tomó una foto en la que estaba junto a sus tres hermanos y la replicó marcando la ausencia del desaparecido. Pero quiso que el proyecto trascendiera el corte autobiográfico y mostrar la cantidad de familias afectadas.

"Estaba bueno poder ponerte de los dos lados de la cámara digamos. Ponerme en el lugar en el que pedía a los demás que se pongan", contó el fotógrafo.

El principal objetivo del creador de Ausencias es que la gente no vinculada directamente al tema, pueda empatizar con los familiares de desaparecidos, emocionarse, y comprender que el propio Estado se convierta en terrorista.

"Yo creo que las cosas que uno aprende a través de las emociones, es muy difícil olvidarse. O es difícil dejarlas de lado y decir: aquí no ha pasado nada", explicó Germano.

El arduo trabajo de preproducción requiere contactar a los familiares de los desaparecidos, abrir junto con ellos los álbumes familiares, conocer sus historias y luego salir a buscar los escenarios de las fotografías que, en la mayoría de los casos, cambiaron mucho.

A Karina Tassino, volver al parque de la UTE 41 años después, le resultó movilizador. "En ese momento es como que haces un viaje, ¿entendes? Estás en ese momento sin esa persona", contó una de las protagonistas de la muestra en el Cdf.

Tassino destaca que la muestra fotográfica puede provocar mucho más que las narraciones por el poder de la imagen y quiere que ayude a que los más jóvenes conozcan lo que pasó en el país 44 años atrás. "Los que ya sabemos, lo sabemos. ¿Y los que no saben?", se preguntó.

La muestra de Ausencias provoca gran impacto lo visual, pero para conocer más de cada una de las historias están disponibles folletos con la información de cada familia.

Germano afirma que siente satisfacción con que su idea colabore a la memoria general. "Me siento bien pudiendo aportar a manejar una situación que tiene una alta carga emotiva pero que también puede causar conciencia en otras personas sobre historias que son muy parecidas a la mía", dijo el fotógrafo.

La muestra abrió ayer en la sede central del Cdf y el 28 de junio a las 19 habrá un encuentro con el autor y el equipo de producción en el Centro Cultural de España (Rincón 629).

A futuro, Germano se propone hacer Ausencias en otros países del continente donde funcionó la coordinación represiva del Plan Cóndor. "La denomino una contra operación simbólica de representación de los desaparecidos", explicó.