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Garzón quiere conservar mística del pueblo y se opone a urbanización

Residentes se enfrentan a la Intendencia y resisten la masificación del pueblo “más chic” del Uruguay
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18 de septiembre de 2013 a las 18:23

Un proyecto de urbanización para Pueblo Garzón (kilómetro 175 de la ruta 9) enfrenta a vecinos y a la Intendencia de Maldonado. Residentes y visitantes frecuentes recolectan firmas para detener un fraccionamiento por el que creen que se perderá el encanto del pueblo “más chic” de Uruguay; mientras que las autoridades lo ven como la posibilidad de desarrollo para la zona.

“Se perderá esa esencia. Ese pueblo-campo que todos conocemos se va a perder”, afirmó a El Observador Mariano Piñeyrúa, integrante de la Asociación de Vecinos de Garzón.

Por la polémica surgida alrededor de la iniciativa del estudio de arquitectos Real & Asociados se suspendieron cinco proyectos inmobiliarios que serían acordes a las características arquitectónicas y paisajísticas que quieren mantener lo vecinos. Los inversores fueron claros: no se radicarán si se concreta la masificación del lugar.

Kenneth Prevett, uno de los residentes que optó por la “mística” de Garzón hace 16 años, informó a El Observador que los extranjeros residentes están dispuestos a “levantar sus tiendas”.

La inglesa Tiggy Maconochie, diseñadora de la línea de tejidos “Garzón Luxury”, también exhortó a la resistencia para detener “la horrible urbanización que destruirá el pueblo más exquisito y genuino” del país y que “solo hará más ricos a unos pocos hombres ya ricos”.

Lugar místico

Uno de los argumentos de los vecinos es que el proyecto que cuestionan prevé un área urbanizable dos veces más grande que las 16 hectáreas que tiene ahora el pueblo, con una ocupación del 30% de los lotes.

El diseño de Real & Asociados, que promueve el desarrollo bajo la categoría “campo-glam”, plantea construir 70 nuevos padrones divididos en dos franjas: en 17 hectáreas al este y en 21 hectáreas al oeste. Esa obra permitiría la llegada de 300 personas en cinco años, más que la población actual (198 personas registradas por el censo de 2011).

Así, Pueblo Garzón pasaría a ser un centro urbano y, a la larga, correría el mismo destino que otros balnearios del departamento. “Quieren convertir Garzón en Punta del Este o en José Ignacio”, resumió Prevett en tono de queja.

Un acuerdo tácito entre los residentes es mantener el estilo original de las construcciones; así como lo es mantener lo que Prevett llamó como “condiciones de vida de pueblo chico”.
A juicio de los vecinos, nada volverá a ser lo mismo si quedan atrapados entre casas semejantes a las de cualquier barrio privado. Temen perder la seguridad y la tranquilidad. Garzón es, todavía, un lugar donde “no se traba la puerta” y donde “no pululan motos con el escape libre”. En síntesis, “nada te aturde”, relató Prevett.

Preservación o progreso
La “mutación urbanística” a la que se oponen los residentes y habitúes incluye el permiso de edificación de hasta nueve metros (equivalentes a tres pisos). “Es inviable”, calificó Piñeyrúa.
Además, el proyecto habilita el fraccionamiento de solares de hasta 1.000 metros cuadrados con la ocupación del suelo del 50%.

La propuesta presentada por los vecinos a la intendencia es que no se autorice un fraccionamiento inferior a cinco hectáreas (50.000 metros cuadrados) para darle “protección” al pueblo.

El director de Planeamiento Urbano y Territorial de Maldonado, Julio Riella, reconoció a El Observador que estas medidas responden a una normativa de construcción “muy permisible” y se comprometió a que se revisará en el futuro.

Respecto al emprendimiento de Real & Asociados, Riella dijo que es una “oportunidad” de trabajo –se estima la generación de 180 puestos de trabajo directos cuando se complete la ocupación– y desarrollo para toda la zona de influencia de Pueblo Garzón que en los últimos años ha crecido gracias al turismo, a los viñedos y los olivos.

A su juicio, la inversión, cuyo monto no especificó, “hará que tenga vida propia” e impulsará la concreción de servicios públicos como saneamiento y transporte. “Los residentes permanentes tienen muchas carencias”, señaló.

Añadió que la comuna subsidia el transporte de los adolescentes de la zona hasta el liceo más cercano. Riella dijo que si no se estimula su crecimiento, Garzón será “un pueblo fantasma decorativo”.

El proyecto incluye un plan de vivienda social para trabajadores rurales de la zona. Serían 54 casas de dos y tres dormitorios, de un piso o dúplex, con fondo y parrillero. Esto fue bien recibido por la Intendencia puesto que alentaría la repoblación.

En una audiencia pública que se realizará mañana se enfrentará la concepción municipal de progreso con la de los vecinos. Piñeyrúa fue claro: “El progreso no es solamente asfalto, iluminación, semáforos y supermercados. Es preservar lo que tenemos”.

Un terreno baldío costaba US$ 6.000 hace unos años. Hoy se vende a US$ 70.000, según precios que proporcionó Prevett.

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