Nacional > ENTREVISTA
"Hay que respetar la elección de cada uno"
Liliana Oliveri fue invitada por la Conferencia Episcopal y dio charlas de educación sexual
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29 de noviembre de 2015 a las 05:00
Invitada por la Conferencia Episcopal Uruguaya y por Avista Proyectos Educativos, la argentina Liliana Oliveri visitó Uruguay para dictar un curso de capacitación docente en educación sexual. Además visitó colegios católicos y se reunió con padres para atender sus inquietudes. Oliveri, una de las autoras de los libros de educación sexual que promueve Avista, Saber amar y Aprender a amar, defendió la libertad de las personas en cuanto a su condición sexual. "A veces en nombre de la libertad queremos impostar un pensamiento único y no corresponde", dijo.
¿Cuál es el límite del papel que cumple padres e instituciones educativas en la educación sexual?
Los padres son los primeros educadores de sus hijos. La institución educativa siempre es complementaria y subsidiaria. El hueco se produce cuando no hay enseñanza de los padres, entonces, las instituciones lo hacen todo. Este es un tema que genera temor, ansiedad y pudor. Por eso me parecen muy útiles los libros que provee Avista. Saber Amar y ahora, Aprender a amar son proyectos inéditos y únicos a nivel internacional porque son proyectos de sexualidad grado por grado, desde jardín de tres hasta último año de liceo.
¿Estos libros tienen una base antropológica cristiana?
No. Tienen una base antropológica, que parte de la convicción de que la persona tiene una naturaleza humana. Y esa naturaleza viene dada, no es construida desde un neutro. Yo no elijo ni mis padres, ni mi sexo. Esa naturaleza se puede desarrollar en plenitud. Puede ser que haya un quiebre con la orientación sexual, por supuesto. No negamos la realidad.
¿Cómo hacen para compaginar todos los temas que están en el tapete con la base antropológica de la que parten?
Es que una buena educación afectivo sexual tiene que tener un norte claro, que es llevar a la persona a la plenitud de la madurez sin obviar la realidad. Nosotros hablamos de todos los temas clarísimamente porque para nosotros no hay temas tabú. Si querés que me atreva a más, para nosotros el sexo seguro no existe.
¿Por qué?
Porque las relaciones sexuales tienen una implicancia afectiva muy grande, pueden traer bebés al mundo, pueden acarrear enfermedades. Es bueno que el adolescente sepa que luego deberá asumir esas consecuencias.
¿Los libros abarcan todos los temas, como por ejemplo la homosexualidad?
A partir de la pubertad, claro que hablaremos de orientación sexual. Sabemos que la homosexualidad es una realidad y somos muy respetuosos con la no discriminación. Estamos convencidos de que la discriminación es una atrocidad que atenta contra la persona. Sí hacemos un fomento gozoso de la masculinidad y de la feminidad sin estereotipar, con mucha naturalidad.
Es difícil fomentar la masculinidad y la feminidad sin estereotipar.
Es que no la fomentamos, la vemos como una realidad gozosa.
El año pasado se promovió una guía de educación sexual, que animaba a los docentes homosexuales a no ocultar su condición ante los alumnos. ¿Está bien que el docente tome ese rol?
La homosexualidad hay que aceptarla y hay que tener un trato exquisito con estas personas, lo que no hay que hacer es promoverla. El docente no puede hacer lobby dentro del centro educativo. Como yo no hago lobby diciéndole a todo el mundo que tiene que tener 10 hijos como yo. Hay que respetar la elección libre de cada persona.
¿Cuál es el límite del papel que cumple padres e instituciones educativas en la educación sexual?
Los padres son los primeros educadores de sus hijos. La institución educativa siempre es complementaria y subsidiaria. El hueco se produce cuando no hay enseñanza de los padres, entonces, las instituciones lo hacen todo. Este es un tema que genera temor, ansiedad y pudor. Por eso me parecen muy útiles los libros que provee Avista. Saber Amar y ahora, Aprender a amar son proyectos inéditos y únicos a nivel internacional porque son proyectos de sexualidad grado por grado, desde jardín de tres hasta último año de liceo.
¿Estos libros tienen una base antropológica cristiana?
No. Tienen una base antropológica, que parte de la convicción de que la persona tiene una naturaleza humana. Y esa naturaleza viene dada, no es construida desde un neutro. Yo no elijo ni mis padres, ni mi sexo. Esa naturaleza se puede desarrollar en plenitud. Puede ser que haya un quiebre con la orientación sexual, por supuesto. No negamos la realidad.
¿Cómo hacen para compaginar todos los temas que están en el tapete con la base antropológica de la que parten?
Es que una buena educación afectivo sexual tiene que tener un norte claro, que es llevar a la persona a la plenitud de la madurez sin obviar la realidad. Nosotros hablamos de todos los temas clarísimamente porque para nosotros no hay temas tabú. Si querés que me atreva a más, para nosotros el sexo seguro no existe.
¿Por qué?
Porque las relaciones sexuales tienen una implicancia afectiva muy grande, pueden traer bebés al mundo, pueden acarrear enfermedades. Es bueno que el adolescente sepa que luego deberá asumir esas consecuencias.
¿Los libros abarcan todos los temas, como por ejemplo la homosexualidad?
A partir de la pubertad, claro que hablaremos de orientación sexual. Sabemos que la homosexualidad es una realidad y somos muy respetuosos con la no discriminación. Estamos convencidos de que la discriminación es una atrocidad que atenta contra la persona. Sí hacemos un fomento gozoso de la masculinidad y de la feminidad sin estereotipar, con mucha naturalidad.
Es difícil fomentar la masculinidad y la feminidad sin estereotipar.
Es que no la fomentamos, la vemos como una realidad gozosa.
El año pasado se promovió una guía de educación sexual, que animaba a los docentes homosexuales a no ocultar su condición ante los alumnos. ¿Está bien que el docente tome ese rol?
La homosexualidad hay que aceptarla y hay que tener un trato exquisito con estas personas, lo que no hay que hacer es promoverla. El docente no puede hacer lobby dentro del centro educativo. Como yo no hago lobby diciéndole a todo el mundo que tiene que tener 10 hijos como yo. Hay que respetar la elección libre de cada persona.
