"Hay un manejo conservador de la esencialidad"

La huelga anunciada por los profesores de Montevideo, que comenzará el 17 de agosto, quita aún más la posibilidad de llegar a los 200 días de clase pautados para Ciclo Básico y los 150 para Bachillerato. Sin embargo, el gobierno quiere que se cumple, de cualquier forma. La ministra María Julia Muñoz sostuvo que "trabajarán hasta Navidad" con tal de cumplir con el calendario lectivo. La especialista en negociaciones colectivas Verónica Raffo sostuvo en entrevista con El Observador que las medidas tomadas por los sindicatos tienden a ser más drásticas que hace unos años.

No hay una limitación desde el punto de vista constitucional uruguayo sobre cuáles son los servicios que se pueden declarar esenciales. Como la ley establece diferentes derechos, entre ellos el de huelga, hay un manejo conservador y restrictivo respecto al concepto de la esencialidad. Antes se iba a qué decía la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre qué sería un servicio esencial. Ahí aparecen los que tienen que ver con la salud, la vida o la seguridad. La realidad es que la OIT ha ido evolucionando en todos estos años respecto a qué consideramos un servicio esencial. Hay servicios que no son esenciales naturalmente, pero que sí son considerados esenciales por el Comité de Libertad Sindical y la Comisión de Expertos de OIT: ciertos servicios públicos que no serían esenciales en esa clasificación tan restrictiva, pero que tengan importancia trascendental o utilidad pública, también se pueden considerar servicios a los que el Estado les puede pedir un servicio mínimo y que tenga que haber continuidad. El comité de expertos se suma a esto y lo que hace es equilibrar. El Estado se tiene que ocupar de que esos daños, que influyen de manera tan trascendental sobre los terceros, sobre la población en general, no sean tantos y no afecten a tanta gente.

Se está precipitando la discusión y el gobierno ni siquiera puso las pautas para el sector público. Ni siquiera se negoció. Se está precipitando la discusión y el gobierno ni siquiera puso las pautas para el sector público. Ni siquiera se negoció.

Esto es la manifestación política de cuál sería la voluntad. Están manifestando que están dispuestos a asumir una posición que está totalmente protegida legalmente, que es una decisión legal.

Se está precipitando la discusión y el gobierno ni siquiera puso las pautas para el sector público. Ni siquiera se negoció. Eso ha pasado mucho estos años: nuestra Constitución defiende el derecho de huelga y las medidas que puedan tomar los sindicatos, pero lo que ha pasado es que las medidas no van de menos a más. Vemos que hay ocupaciones, piquetes, huelgas desde el día uno, cuando ni siquiera se tuvo la oportunidad de negociar sobre los temas. La realidad es que las medidas son usadas porque lo ven más respecto al gobierno; el juego es mucho más político y tiene mucho más que ver con cómo se va a posicionar un gobierno que tiene una orientación de izquierda respecto de una central sindical a la que durante mucho tiempo estuvo más alineado y que por primera vez parece enfrentarse más duramente. Eso trasciende los números y los aumentos, es más una jugada política. Lo que vemos hoy es que hay una interrelación muy fuerte entre la central sindical y los legisladores.

No hay una limitación desde el punto de vista constitucional uruguayo sobre cuáles son los servicios que se pueden declarar esenciales. No hay una limitación desde el punto de vista constitucional uruguayo sobre cuáles son los servicios que se pueden declarar esenciales.

En el sector privado las medidas pueden llevar a tener que adoptar decisiones por parte del empresariado. Las medidas vinculadas directamente con las empresas y la productividad pueden llevar a levantar la empresa e irse. En el sector privado es un juego de negociación real.

Hay un formato diferente de cómo se plantean las medidas. Es un formato muy poco sano. Andá a repuntar en la negociación después de una huelga. No es un formato colaboracionista, en el que se dé una negociación sana, con entendimiento de cuáles son las realidades del sector, la empresa y la actividad. No ocurre en todos los casos, pero ocurre.