Hiplet: un híbrido inverosímil en puntas

¿Qué pasa cuando se mezcla el hip hop con el ballet? Se obtiene hiplet, uno de los híbridos más curiosos que logra salir del mundo de la danza para entrar en la cultura popular.

Concebido por Homer Hans Bryant, el director artístico y fundador del Centro Dancístico Multicultural de Chicago, el hiplet (se pronuncia jip-let, para rimar con ballet) exhibe a las bailarinas sobre puntas, girando y llegando hasta el suelo en una traducción libre de los movimientos del hip hop. Por ahora, las bailarinas de hiplet son puras mujeres, pero si Bryant consigue su sueño de empezar una compañía profesional de hiplet, dijo que planearía añadir hombres.

El trabajo en puntas es un componente esencial del ballet también importante en el hiplet. Pero en éste, las puntas tienen un efecto diferente, más anclado. Las bailarinas dominan movimientos como el hiplet strut –caminar en puntas con las caderas que se balancean de un lado a otro– o doblar las rodillas hasta que las nalgas casi rozan el piso, al tiempo que saltan en puntas y balancean los brazos de adelante hacia atrás. Nia Lyons, una bailarina de hiplet de 18 años de edad, lo llama la caminata del pato.

Si el ballet se orienta hacia lo etéreo, el hiplet, por lo general con música pop, tiene más que ver con lo terrenal. También tiene ternura: mientras que la mitad inferior del cuerpo puede ser avispada y de percusión, la superior transmite un flujo natural.

"No puedes hacer hiplet sin el ballet", notó Lyons, quien ingresará al programa preprofesional de la Dance Theater of Harlem en Nueva York este otoño. "Ninguna de nosotras podría hacerlo sin una formación fuerte; yo creo que la gente ni siquiera se da cuenta de eso".

Una representación en vivo, como quedó demostrado en un festival reciente en el Parque Douglas en esta ciudad demostró la exquisitez del hiplet. Sin embargo, los teléfonos son donde la mayoría de la gente ve lo que ve: los videos de Bryant que están disponibles en un canal de Instagram se han hecho virales en los últimos meses.

No todos están enamorados de la invención de Bryant. El hiplet, con las rodillas dobladas y los tobillos ligeramente flexionados de la bailarinas, puede tener un aspecto precario – aunque sus bailarinas y él insisten en que no es peligroso– y puede parecer estéticamente poco elegante.

"Me encanta lo poco elegante", dijo Bryant hace poco en su centro de danza en South Loop. "Claro que es probable que esté horrorizando a muchos maestros y algunas antiguas divas del ballet que pensarían que esto no debería estar pasando. Está bien, despabílense y consíganse una vida".

Los estudiantes deben tener pies y piernas fuertes, dominar las puntas y ser capaces de inclinarse para atrás con los tobillos en lugar de mantenerlos derechos. Nia Parker, de 17 años, dijo que el reto es centrar el peso del cuerpo. "Tuve que aprender a mantener el equilibrio cuando estaba parada de puntas", comentó. "Tienes que recordar ciertos brazos que no son clásicos, mientras tus pies hacen cosas que son clásicas, junto con las piernas que hacen cosas que no son clásicas, pero, todo sigue teniendo una base clásica. Es un extraño acertijo".

Para Parker, poder combinar una forma de arte moderno como el hip hop con una forma de arte clásico también habla de los tiempos en que vive. "Para eso es el arte y es lo que muchas personas están haciendo con la tecnología", comentó. Bryant, a quien sus alumnas conocen como Homer –entre ellas han estado Sasha y Malia Obama–, afirmó que se encuentra en el otro extremo del arco iris de Misty Copeland.

"Ella (Copeland) está tratando de demostrarle a todo un montón de personas que es negra y que puede bailar ballet", dijo. "Yo estoy tratando de llevar a estas chicas hacia lo que son y marcar una diferencia. Ninguna de ellas quiere crecer para ser una bailarina. Si se meten a la danza, querrán ir a una compañía contemporánea o se irán a ir a Europa. Ese es el juego final. Yo estoy tratando de hacer mejores seres humanos".